—Gracias por venir —le dije a Benja cuando
nos encontramos.
—Puedo hacer que llegues segura al Parque —empezó,
yendo de frente al grano—. Las rejas del parque están cerradas así que iremos
por los túneles usando los ascensores de carga. Después de eso, tendremos que
usar mi mapa. Nunca he ido a la casa antigua de Peter.
Los túneles se referían a las conexiones
bajo tierra, laberintos de pasajes que operaban como calles y barrios debajo
del Parque. No tenía idea de que ello existía hasta que conocí a Peter. Servían
como residencia primaria para ángeles caídos que vivían en la ciudad, y hasta
recientemente, Peter había vivido entre ellos.
Benja entró por un acceso en la pista, que
daba a la entrada del Parque. La pista se dirigió hacia un almacén. Entramos al
almacén a través de una puerta de lado, cruzando un espacio abierto lleno de
cajas, y finalmente llegamos a los ascensores. Una vez adentro, Benja ignoró
los botones normales que indicaban el número de piso, y presionó un botón
amarillo. El ascensor empezó a ir hacia abajo y finalmente se detuvo. Se abrió
la puerta de metal, y Benja y yo salimos hacia un muelle de carga. El suelo y
las paredes estaban sucias, y la única luz venía de un simple foco colgando
como un péndulo.
—¿Por dónde? —pregunté.
Estaba agradecida de tener a Benja como
guía, que me llevara a través del ombligo del Parque de Atracciones. Siguió con
un paso apresurado, caminando a través de corredores oscuros; utilizamos el
mapa como referencia, para poder llegar hasta debajo del Arcángel, la montaña
rusa del Parque. Desde ahí, yo tomé las riendas, pasando aleatoriamente a
través de los corredores, hasta que finalmente llegamos a lo que reconocí que
era la entrada a la antigua vivienda de Peter.
La puerta estaba con pestillo.
—Pepper, soy Lali. Abre—. Esperé unos
minutos e intenté de nuevo. —Si no abres porque sientes que hay alguien más, es
Benjamín. No va a golpearte. Ahora abre la puerta.
—¿Está solo? —preguntó Benja, silenciosamente.
Asentí. —Debería.
—No siento a nadie —dijo Benja, colocando su
oreja contra la puerta.
—Apresúrate Pepper —dije.
Ninguna respuesta.
—Vamos a tener que romper la puerta —le dije
a Benja—. A la cuenta de tres. Uno, dos…tres.
Juntos, Benja y yo nos lanzamos contra la
puerta.
—De nuevo —gruñí.
Continuamos chocando contra la madera,
golpeándola hasta que se abrió. Caminé por el vestíbulo y hacia la sala de
estar, buscando a Pepper.
El sillón había sido golpeado varias veces,
marcos de fotos que alguna vez cubrieron las paredes, ahora estaban destrozadas
en el suelo. La mesa de vidrio de café estaba de lado, rajada. La ropa del
clóset de Peter había sido lanzada. No sabía si era evidencia de una lucha
reciente o restos de la huida repentina de Peter hace dos semanas, cuando
Pepper había contratado gente para que destruyan el lugar.
—¿Puedes llamar a Pepper? —sugirió Benja—.
¿Tienes su número?
Llamé a Pepper como sugirió Benja, pero no
contestó. —¿Dónde está él? —demandé enojada. Necesitaba ahora esas plumas. —¿Y
qué es ese olor? —pregunté.
Me inserté aún más en la sala de estar. Sin
duda, detecté un olor agrio, nauseabundo, en el aire. Algo se estaba quemando.
Corrí de habitación a habitación, intentando encontrar las plumas. No estaban
aquí. Abrí la puerta del antiguo cuarto de Peter, y este inmediatamente se
llenó del olor de algo orgánico quemándose.
Sin detenerme para pensar, corrí hacia la
pared más lejana de la habitación, la que se abrió para revelar un pasaje
secreto. El momento en que abrí esa puerta, un humo negro entró a la
habitación. Tapando mi boca y nariz con el cuello de mi blusa, llamé a Benja: —Voy
a entrar.
Él entró a través de la puerta tras de mí,
tratando de hacer a un lado el humo con su mano.
Una vez había estado por el pasadizo, cuando
momentáneamente Peter había detenido a Hank antes que yo lo matara, e intenté
recordar el camino. Cayendo de rodillas para evadir lo peor del humo, gateé
rápidamente, tosiendo y jadeando cada vez que olía el aire. Finalmente mis
manos encontraron una puerta. Esta se abrió lentamente, enviando una nueva ola
de humo hacia el corredor.
La luz de un fuego abrasador destelló a
través del humo, llamas alzándose y bailando como un espectáculo exquisito de
magia. Un horrible sonido se escuchó en mis orejas mientras las llamas se
devoraban todo a su alrededor. Benja se colocó a mi alrededor, tratando de
protegerme, forzando su cuerpo delante del mío como un escudo. El calor del
fuego quemó nuestros rostros.
Solo me tomó un momento gritar con horror.
Cuando subes mas? Porfiii sube cap :)bessitos @zairasantos7
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