domingo, 31 de mayo de 2015

Existence: Capítulo Tres (Parte 1)

Estaba de pie en mi sala, frustrada por haber perdido el control de la situación en mi encuentro con Pablo. Había ido a la biblioteca preparada para establecer nuestro calendario de viaje y había hecho notas en el cuaderno que el profesor de Oratoria nos había dado a todos los tutores. Había creado un calendario para que lo use Pablo, haciendo notas de los días y tiempos de nuestras sesiones. Escribí instrucciones para él en lo que debía de traer y cómo tomar notas en clase. Todo parecía tan bien. Aun así, nada había sucedido como lo planeado. No había tomado en consideración que estudiar con Pablo el último periodo sería tan imposible desde que todos los jugadores de fútbol tenían que reportarse en el campo durante el último periodo. Tampoco había pensado sobre sus prácticas por la tarde y su trabajo en la noche en la tienda de surf de su tío. El timbre sonó antes que pueda enojarme más sobre el hecho que nada había sucedido como yo quería. No podía apartar mi irritación mientras abría la puerta.

Pablo sonrió con disculpa. 

—Realmente lo siento por esto. Me siento mal que tengas trabajo por mi horario. Sé que las siete es tarde y bueno, lo siento.

Él parecía sincero y un poco nervioso. Esta no era la forma en que esperaba que él actuase. ¿En dónde estaba su arrogancia? ¿Siempre era tan lindo? Sin duda, no. El chico había salido con la peor bruja de la costa del sur por dos años. Retrocedí un poco para dejarlo entrar.

—Está bien. Entra y siéntate en la mesa y traeré algo para tomar. ¿Te gusta la cerveza? —pregunté, caminando hacia el refrigerador así no tenía que mirarlo.

—Eso está genial, gracias.

Existence: Capítulo Dos (Parte 2)

Déjame ver si entiendo bien esto. —Candela estaba sentada en el sillón con un pedazo de pizza en su mano y una bebida entre sus piernas, mirándome fijamente—. ¿Pablo «tan caliente que te hace derretirte» Martinez te pidió ayuda con Oratoria y tú le dijiste que no? ¿Estás loca como creo que lo estás? En serio, Lali, pensé que la locura que a veces muestras solo era parte del espectáculo y en el fondo sí tenías algo de sentido común.

Lancé un pedazo de pizza en el plato en frente de mí con frustración.

—Voy a arreglarlo en la mañana. No es como si hubiese robado un banco. Deja de convertirlo en un gran problema. Sé que lo jodí. Realmente él necesitaba ayuda y yo sí me inscribí para ser tutora. Si quiero el crédito extra, debo ayudar a esos que el profesor de Oratoria me envía.

Candela rodó sus ojos.

—¡Oh, y encima te envió el chico más guapo en el país! Quiero decir, ¿qué pasa contigo?

Fue imposible no encontrar asombro en su drama. Candela nunca fallaba en hacerme sonreír con las pequeñas cosas, convirtiendo todo en una enorme escena dramática.

—Estuvo mal no ofrecerle ayuda. Supongo que mi prejuicio contra él se interpuso en mi camino. Pero, no voy a ayudarlo porque tú crees que es caliente. Voy a ayudarlo porque de hecho él necesita ayuda y me inscribí para ayudar a quienes lo necesitan. 

Candela rodó sus ojos y se congeló, sosteniendo su pizza a mitad de camino entre el plato y su boca.

jueves, 28 de mayo de 2015

Existence: Capítulo Dos (Parte 1)

Oye Lali, el profesor de Oratoria me dijo que necesitaba hablar contigo. —La voz de Pablo pareció sacarme de mi estupefacción momentánea.

Si el profesor de Oratoria lo había enviado, significaba que necesitaba alguna clase de ayuda académica. Sin embargo, no estaba segura si quería ayudar, tampoco tenía la intención de dejárselo fácil. Me las ingenié en mostrar una expresión de «y qué», y esperé en silencio. Pablo se aclaró la garganta y corrió sus manos en sus rodillas, como si de hecho estuviera nervioso.

—Eh, bueno —empezó—, quiero decir, que necesito ayuda con Oratoria. No es mi tema y el profesor dijo que tú eras a la que podía pedirle asistencia. 

Miraba directamente al frente mientras hablaba. Ni siquiera me había mirado de frente. Realmente no me gustaba este chico. Finalmente volteó su mirada hacia mi dirección. Estaba segura que aprovechaba de su expresión de esperanza con todas las mujeres, para obtener lo que quería. Mi estómago me traicionó y se removió por el afecto de lo que sus ojos que rogaban. Odiaba que él pudiese hacer que mi cuerpo reaccione a él.

—Este es el primer día de escuela. ¿Cómo puedes necesitar ayuda tan rápido? —pregunté con una voz que esperaba que sonara enojada. 

—Eh, sí, lo sé, pero yo, bueno, es el profesor y sé que voy a tener problemas en ese curso —dijo, un poco a la defensiva. Pablo siempre había sido un buen estudiante. Había estado con él en unas cuantas clases.

martes, 26 de mayo de 2015

Existence: Capítulo Uno

No lo mires y se irá, dije en mi cabeza, mientras caminaba hacia mi casillero. Me tomó una cantidad extrema de voluntad el no mirar hacia atrás sobre mi hombro. No solo el alertarle que podía verlo sería inútil, sino también estúpido. Los pasillos estaban ya llenos de estudiantes. Aunque, si él me seguía dentro de la escuela lo hubiese visto fácilmente entre la multitud de gente. Él se hubiese quedado ahí como siempre, sin moverse y observando.

—¡Ey! ¿Has visto a Pablo? En serio, ¿puede ser más guapo? Oh, sí que puede —Candela Vetrano, mi mejor amiga desde inicial, suspiró mientras cogía mi brazo.

—No, no lo he visto —repliqué, forzando una sonrisa. No me importaba lo guapo que se veía Pablo Martinez. Candela rodó sus ojos y abrió el casillero a mi lado.

—Honestamente Lali, no entiendo cómo puedes ser tan inmune a tanta calentura intensa.

Me las ingenié con una risa genuina y deslicé mi mochila sobre mi hombro. 

—¿Calentura? No acabas de decir eso. 

Candela se encogió de hombros.

—No soy muy buena con las palabras, como tú.

Robé una mirada sobre mi hombro. Los pasillos estaban llenos de gente normal, personas vivientes. Estaban hablando, riendo, y leyendo sus calendarios. Todo era muy real. Solté un suspiro de alivio. Este era el primer día de mi último año. Quería disfrutarlo.

domingo, 24 de mayo de 2015

¡PRONTO!

¡Hola de nuevo!
Por fin recordé que tenía una saga más por querer traducir/adaptar y dárselas a conocer. ¡Espero aún no la hayan leído! Se trata de Existence, de Abbi Glines, y es de hechos sobrenaturales.
Les dejo la Sinopsis, apenas pueda estaré subiendo el primer capitulo.

¡Gracias por el aguante!


Sinopsis

¿Qué pasa cuando eres acosada por la Muerte? Te enamoras de él, de su maldición. 

Lali Esposito de diecisiete años ha visto almas toda su vida. Una vez que se dio cuenta que los extraños que usualmente ve caminando a través de las paredes no eran visibles para nadie más, empezó a ignorarlos. Si no les dejaba saber que podía verlos, entonces la dejaban en paz. Hasta que salió de su auto el primer día de escuela y vio a un increíble sexy chico en una mesa de picnic, observándola con una increíble sonrisa en su rostro. El problema es, que ella sabe que está muerto.

No solo él no se va cuando ella lo ignora, sino que hace algo que ninguno de los otros ha hecho. Habla. Lali está fascinada por el alma. Lo que no se da cuenta es que su fecha para morir se está acercando y del alma hermosa que se está enamorando no es un alma para nada.

Es la Muerte y él está a punto de romper todas las reglas.

Fuente: Goodreads

domingo, 10 de mayo de 2015

El Mar de Tranquilidad: Capítulo 60

Marianella

Nunca estoy mejor, ni siquiera estoy cerca a estar bien. Lo único que he hecho es decidir ponerme mejor. Pero creo que eso es suficiente. Estoy intentando ver la magia en lo milagros de cada día: el hecho de que mi corazón aún palpita, que puedo alzar mis pies de la tierra para caminar y que hay algo en mí capaz de ser amado. Sé que las cosas malas aún suceden. Y que a veces, me sigo preguntando a mí misma porque estoy viva; pero ahora, cuando me lo pregunto, tengo una respuesta.

Regreso un domingo por la mañana y esa tarde camino hacia la cena en la casa de Simón, inesperada, pero siempre bienvenida. Puedo decir que la música es elección de Melody y eso me hace sonreír porque aún la odio pero no a ella. Todos están riendo y ayudando, y además del hecho que Valeria está sentada a la mesa, todo es igual.

Ver a Thiago es mi bienvenida a casa. No le dije que estaba regresando. Él no dice nada cuando me ve, y yo tampoco porque el hecho que estoy aquí es una respuesta. Solo nos miramos uno al otro y hablamos en el silencio como siempre lo hemos hecho y nadie interrumpe la conversación.

—Hola…. —dice la mamá de Simón, con sus ojos amplios, cuando camino hacia la cocina sin ninguna ropa negra en mí, cargando la misma torta de chocolate que traje la primera vez que cené aquí.

—Marianella —lleno la pausa porque todos aún están intentando descifrar cómo decirme. Excepto tal vez, Thiago, quién siempre lo supo.

martes, 5 de mayo de 2015

El Mar de Tranquilidad: Capítulo 59

Mar

Una tarde Thiago llama y como un milagro, le digo que estoy cansada de estar enojada.

—Entonces no lo estés —dice él, como si fuera la cosa más lógica en la tierra. Y tal vez lo es.

—¿Pero si no estoy enojada entonces no es lo mismo que decir que está todo bien? ¿No significa que estoy olvidándolo?

—No. Significa que lo estás aceptando—. Toma una respiración y exhala. —No te estoy diciendo que no debes estar enojada. Deberías estar furiosa. Estás ligada a cada onza de enojo que tienes—. Deja de hablar por un momento y cuando empieza de nuevo puedo escuchar la tensión en su voz. —No tienes idea de cuánto deseo matarlo por lo que te hizo, y si no hubiese sido arrestado, no sé si hubiese habido algo que me hubiese detenido de hacerlo, así que no creas que no creo que tu odio es justificado. Pero tienes una opción ahora y prefiero que escojas ser feliz. Y sé que eso suena estúpido. Tal vez suena como la cosa más imposible del mundo, pero aún es lo que quiero. Él se llevó el maldito piano, Rayito de Sol, no se llevó todo. Mira tu mano izquierda. Probablemente está apretada en un puño, ¿verdad?

No necesito mirar. Él lo sabe.

sábado, 2 de mayo de 2015

El Mar de Tranquilidad: Capítulo 58

Mar

Thiago me dejó ir. O tal vez yo lo dejé ir.

No estoy segura si importa. Él se fue un día después que Simón. Me dijo que me amaba, pero no me permitió decirle lo mismo, porque él no quería escucharlo si es que era cierto. Luego besó la palma de mi mano izquierda, regresó a su auto y se fue.

Creo que el adiós fue más difícil para él porque él está acostumbrado a perder a las personas que mueren, pero no está acostumbrado a perder gente que se va, y eso es lo que yo estaba haciendo. No sé por cuánto tiempo me quedaré. Ni siquiera sé si voy a volver. Todo lo que sé es que es el momento. Es el momento para un montón de cosas, incluso si no puedo hacer que pase todo al mismo tiempo. Y me gustaría, porque la paciencia nunca ha sido algo mío.

Me acurruco en los brazos de mi mamá en una disculpa silenciosa porque no sé qué palabras decir para que sea suficiente. Y cuando hablo, le digo todo lo que sé que es verdad: que me odio a mí misma, que no estoy bien y que tengo miedo de sentirme así para siempre y no sé qué hacer. Y luego le digo que haga la llamada. Iré. 

Voy a terapia casi todos los días al inicio. Y hablo. Y hablo. Y hablo. Y luego hablo más. Y luego lloro. Y cuando termino de llorar, mis padres vienen y luego mi hermano e intentamos encontrar una manera de salir de este hueco, juntos.