miércoles, 25 de febrero de 2015

El Mar de Tranquilidad: Capítulo 37

Mar

Estamos en casa de Simón, cenando. Hemos pasado bastante tiempo aquí; también celebramos Acción de Gracias con la familia de Simón aunque nosotros preferíamos pasarla en casa de Thiago y ordenar pizza. Además del día de Acción de Gracias, hemos pasado los nueve días sin escuela construyendo en el garaje de Thiago. El clima ha estado hermoso y la humedad es baja, así que ha estado perfecto. Trabajamos la mayor parte del día, cocinamos la cena, construimos un poco más, vamos a correr y dormimos. Ha sido una semana perfecta. Odio que ya sea Domingo. 

***

—Es el turno de papá con la música —dice la mamá de Simón.

—¿No es el turno de Simón? —pregunta Melody.

—Buen intento. A simón le toca la próxima semana —se ríe el papá.

Abre un gabinete lleno de CD´s y busca a través de los mismos antes de sacar uno y prender el estéreo. Me toma tres notas para reconocer una sonata que ha puesto. Es la que conozco de corazón. La que he practicado cientos de veces para mi audición ese día en la escuela. La que se convirtió en el tema de mi asesinato. Eso es lo que estamos escuchando en la cena del día domingo. No la he escuchado desde ese día, desde la última vez que la toqué antes de dejar mi casa esa tarde, desde que me escuché a mi misma tarareándola mientras caminaba a la escuela. No la escucho ahora. Tampoco hago nada dramático como soltar platos o volverme loca y correr por la habitación. En lugar de eso, dejo de respirar.

martes, 24 de febrero de 2015

El Mar de Tranquilidad: Capítulo 36

Mar

¿Es triste tener la primera cita a los dieciocho años? Pensé en mandarle un mensaje de texto a Thiago y cancelarle como seis veces el día de hoy. En un punto, finalmente le mandé un texto diciéndole que no podia ir porque no tenía nada que ponerme. Él me respondió ahí mismo…

Así que ahora estoy atrapada. La única cosa que me hace sentir mejor es que Thiago parece ser tan socialmente inadaptado como yo. Excepto que él habla, así que supongo que él gana algo. De todos modos. Realmente lo necesito, no quiero arruinar esto. Es lo suficientemente alo que mi cerebro sea un pozo; no puedo imaginar el vacío que tendría mi corazón si él no estuviera en él.

Desde que no usar nada realmente no es una opción viable, tengo que volver a pensar. No tengo absolutamente ninguna idea de qué usar. Mi sentido de la moda no falta, sino que no existe. Busqué entre ropa de recital, ropa de recuperación y ropa repulsiva. Nunca me he vestido normal, ni siquiera sé qué significa eso. Aquí es donde una amiga mujer entraría a ayudar; también podría haberme tragado el orgullo, escrito una nota a Cielo para que me ayudara, pero toda la idea era de último minuto y ella tenía planeas esta tarde así que ni siquiera está en casa. Lo que significa que mi ropero y yo estamos por nuestra cuenta.

Mi ropero no me sirve. De hecho, se está riendo de mí. Además del vestido que usé ayer, no tengo opciones. Miro mi ropa: negra, negra, más negro. No quiero usar nada de eso. No quiero verme como Mar esta noche, no quiero verme como una puta Rusa. Tampoco quiero verme como lo que era antes. Tal vez esta noche podría ser alguien más, una tercera chica que aún no he conocido. 

El Mar de Tranquilidad: Capítulo 35

Thiago

Me estaciono en casa justo a tiempo para ver a Rama caminando hacia su auto. Se ve nervioso cuando me mira.

—¿Qué sucede? —pregunto. Ni siquiera sabía que sabía en donde vivía.

—Nunca me dijiste lo que piensas de la imagen.

Buen intento Rama, pero ese no es el motivo por el que estás aquí.

—La imagen estuvo perfecta, Rama. Tú sabes que lo fue. ¿Qué quieres?

—¿Por qué me hiciste dibujarla?

Siento que cada persona que conozco quiere una confesión de mí está noche.

—Voy a entrar a mi casa y devolverte la maldita foto así nunca voy a tener que volver a escuchar una maldita palabra sobre eso.

lunes, 23 de febrero de 2015

El Mar de Tranquilidad: Capítulo 34

Mar

El garaje de Thiago está abierto cuando llego, vengo de la casa de Simón. Él está lijando un pedazo de madera, debe estar desesperado por terminarlo porque usualmente deja que yo lija.

—¿Terminaste? —pregunta mientras me siento a su lado.

—Por esta noche. ¿Qué será esto que estás haciendo?

—Una repisa de libros. Por el cumpleaños de Melody.

Nos quedamos en silencio, escuchando el sonido de la lija.

—Te cambiaste —dice después de unos minutos.

Miro mis vaqueros y la blusa negra que me puse luego que me dejó en casa de Simón, y me encojo de hombros.

—Probablemente es una buena idea. Simón nunca hubiese podido concentrarse contigo en ese vestido.

—¿Puedes culparlo? Soy muy hermosa —digo para que deje el tema de Simón conmigo, nunca termina bien. Además, el vestido era para Thiago, no para Simón. 

viernes, 20 de febrero de 2015

El Mar de Tranquilidad: Capítulo 33

Thiago

Acompaño a Luna hasta la puerta y regreso a la sala de estar, deseando estar borracho o drogado como todos aquí. Solo Simón está aquí, los demás están esparcidos por la toda la casa. Simón no disimula mientras observa a Valeria reírse con Rama, la está mirando fijamente. Solo alza la mirada cuando me escucha y puedo ver el disgusto en su rostro. No necesito esto, ya tengo suficiente con lo mío. 

—¿En dónde está ella? —pregunto.

—¿Te importa? —Se está asegurando que yo sepa que soy un idiota.

—¿Qué? —Estoy cansado y quiero irme a casa y mi tolerancia por las estupideces de Simón está cayendo bajo.

—Es una pregunta simple —continúa.

Mi puño se está apretando con cada palabra y me fuerzo a mí mismo a relajarla. —¿Te importa en dónde está? ¿Te importó cuando estuviste en la habitación de invitados tirándote a otra chica? —No puedo creer que tenga las bolas para decirme todo esto a mi. No es como si Rayito de Sol y yo estuviéramos juntos y obviamente él sabe más que cualquiera.

miércoles, 18 de febrero de 2015

El Mar de Tranquilidad: Capítulo 32

Thiago

Acompaño a Luna hasta la puerta y regreso a la sala de estar, deseando estar borracho o drogado como todos aquí. Solo Simón está aquí, los demás están esparcidos por la toda la casa. Simón no disimula mientras observa a Valeria reírse con Rama, la está mirando fijamente. Solo alza la mirada cuando me escucha y puedo ver el disgusto en su rostro. No necesito esto, ya tengo suficiente con lo mío. 

—¿En dónde está ella? —pregunto.

—¿Te importa? —Se está asegurando que yo sepa que soy un idiota.

—¿Qué? —Estoy cansado y quiero irme a casa y mi tolerancia por las estupideces de Simón está cayendo bajo.

—Es una pregunta simple —continúa.

Mi puño se está apretando con cada palabra y me fuerzo a mí mismo a relajarla. —¿Te importa en dónde está? ¿Te importó cuando estuviste en la habitación de invitados tirándote a otra chica? —No puedo creer que tenga las bolas para decirme todo esto a mi. No es como si Rayito de Sol y yo estuviéramos juntos y obviamente él sabe más que cualquiera.

—No aquí, Simón.

—Bien, afuera entonces.

viernes, 13 de febrero de 2015

El Mar de Tranquilidad: Capítulo 31

Thiago

Resulta que en la casa de Simón terminamos siendo un montón de personas; además de los amigos de Simón y de Rama, a Mar se le ocurrió invitar a Valeria, a quién Simón ama en secreto. En realidad, ambos se quieren solo que son demasiados orgullosos para admitirlo.

Luego de comer, nos pusimos a correr y a jugar “atrápame si puedes”, donde aproveché en fastidiar a Mar y tocarla apenas. Cuando terminamos, nos sentamos en el sofá, Simón al final del mismo con Mar a su lado. Yo me senté al otro lado de ella. Mi pierna presionando contra la suya, pero ella no se aparta y yo tampoco. He pasado la última hora con sus manos sobre mí, y pensarías que es suficiente. Pero ni siquiera está cerca. Nunca lo es. No es que importe, probablemente ella esté en el regazo de Simón para el final de la noche, de todos modos.

—Ya sé —dice la hermana de Simón, mientras coloca otra botella de cerveza en la encimera y se lanza en el sillón. —Juguemos verdad o castigo.

—Aburrido —grita uno de los amigos de Simón.

—Ese juego apesta —dice el otro.

martes, 10 de febrero de 2015

El Mar de Tranquilidad: Capítulo 30

Thiago

—Hay toallas limpias en el baño de invitados. Yo tomaré una ducha en mi habitación.

—Espero tengas una terma con bastante agua caliente porque tal vez nunca salga —grita Rayito de Sol desde el pasillo. Aún sigue temblando porque apenas tiene grasa en el cuerpo y me siento algo culpable por todo el tema de lanzarla a la fuente.

—Voy a poner agua caliente para un té. ¿Deseas? —grito desde la cocina donde estoy llenando la tetera.

—¿Tomas té caliente?

—¿Y?

—Así que no eres viejo…cuenta con los dedos la cantidad de adolescentes que toman té caliente.

—Solía prepararlo para mi abuelo así que me acostumbré. Cállate.

Termino de llenar la tetera y la coloco en la hornilla antes de dirigirme hacia el baño.

—¿Quieres o no?

domingo, 8 de febrero de 2015

El Mar de Tranquilidad: Capítulo 29

Mar

No dejé de hablar inmediatamente. Hablé hasta el día en que recordé todo lo que había sucedido, como un año después. Ese fue el día en que me quedé muda; no fue una táctica, fue una elección. Y la hice.

Solo supe que de pronto tenía respuestas. Tenía respuestas a todas las preguntas pero no quería decirlas. No quería soltarlas en el mundo y hacerlas reales; no quería admitir que tales cosas había sucedido y a mí. Así que escogí el silencio y todo lo que vino con ello porque no era lo suficientemente mentirosa para hablar. 

Siempre planeé decir la verdad. Solo quería darme a mí misma un poco de tiempo. Una oportunidad para encontrar la cosa correcta por decir y el coraje para decirlo. No tomé un voto de silencio, de pronto no me quedé muda. Solo no tenía las palabras. Aún no las tengo. Nunca las encontré.