Salida (parte uno)
Todo empezó a
suceder bastante rápido. Mi madre dejó su trabajo, y pasa bastante tiempo en
frente de la televisión, envuelta en colchas, o en la terraza hablando con Emi
por horas. Toma largas siestas, deja de cocinar. Ese es el principio del final
porque mamá ama cocinar. Hemos planeado decirles a nuestros amigos que mi madre
tiene cáncer, no me parece lo justo decir eso, pero ¿qué más se puede decir? La
gente está empezando a preguntarse qué sucede con mi madre, por qué está tan pálida
y débil; la noticia de que mi madre está enferma se expande por el colegio en
menos de un segundo y debo aguantar las miradas de tristeza y palabras como “lo
siento”, como si eso pudiese detener lo que está por suceder.
Y, por si fuera
poco, como si no tuviese problemas en mi vida, me aceptan en Standford. Y no,
no puedo estar feliz, no cuando mi mamá está por morir y no sé qué va a ser de
la vida de Stefano. No puedo irme. Lo peor de todo es que Ángela dice que en su
visión me ha visto junto a ella en Standford, la misma universidad a la que
ella va…¿por qué el destino tiene que decidir por mí?
Al menos tengo un
momento de felicidad cuando llega la fiesta de promoción.
- Te ves hermosa,
Mar – dice Emi cuando ingreso a la habitación de mi madre con mi vestido
Es uno rojo, largo
hasta el suelo y amarrado al cuello. Un poco extremo a mi parecer, pero cuando
lo vimos con Emi y Ángela, simplemente nos enamoramos de él.
- ¿No se ve hermosa?
– le pregunta Emi a mi madre - el rojo es tu color, Mar
- Sí – dice mi
madre, cansada – estás hermosa
- Créeme, la boca de
Peter se va a abrir hasta el suelo cuando te vea – bromea Emi – se va a sentir
como un millonario contigo en sus brazos
- Soy un dulce espléndido,
¿es lo que intentas decir?
- Esta noche, sí –
dice Emi – así que aprovéchalo
Tengo que ir a
recoger a Peter desde que este año está sin auto. Cande también viene con
nosotros desde que el auto de Agus se malogró hace dos días y quedaron en
encontrarse en la fiesta.
- Regresa a casa a
las doce y media o iré a buscarte – dice Emi, en la entrada de la casa
- Sí – murmuro
- Diviértete – dice,
con una sonrisa
Peter está muy
atractivo. Normalmente lo suelo ver con sus jeans apretados, su camisa a
cuadros y sus botas y con eso me conformo. Pero ahora, está irresistible. Con
su traje negro, afeitado y con el cabello corto y peinado, parece un actor de
película.
- Te están mirando –
le susurro cuando llegamos a la fiesta
- Nah – dice – te están
mirando a ti. Que está con un vestido increíble.
Bailamos. Peter no
es un gran bailarín, pero la falta de baile lo convierte en chistes y diversión.
Me ha hecho reír todo el tiempo. Noto a Thiago mirarme antes de verlo. Está con
una chica de mi promoción, al otro lado de la pista de baile. Presiono mi
mejilla en el hombro de Peter y cierro mis ojos. Pero, cuando los abro de
nuevo, automáticamente busco a Thiago y cuando lo encuentro, me mira
directamente, encuentra mi mirada y la sostiene.
- ¿Bailarías conmigo, Mar? – pregunta - ¿tan sólo una vez esta noche?
Antes de responder,
Peter se aparta. Toma mi mano y la besa, me agradece por el baile. Le sonrío.
- Vamos a tomar algo
– dice – hace calor aquí
Dejo que me guíe
hacia el tumulto de gente para conseguir un vaso. Nos quedamos unos minutos en
la puerta, el aire frío chocando contra nuestros cuerpos.
- ¿Te estás divirtiendo?
– pregunta
- Sí – sonrío - pero,
me preguntaba, ¿dónde están tus otras citas?
- ¿Mis otras citas?
- Recuerdo
perfectamente, el año pasado trajiste a tres chicas diferentes a la fiesta
- Este año solo
tengo ojos para ti
- Buena respuesta –
enredo mis brazos en su cuello y le robo un beso
Luego de un
instante, voy al baño y me encuentro con Luna. Se está mirando al espejo,
comprobando su maquillaje y retocando sus labios.
- Siento lo de tu
mamá – dice
- Eh, gracias
- Mi padre murió de
cáncer, también – dice – tenía tres años, no me acuerdo
- Lo siento. No sabía
- Muchas personas no
lo saben. Tengo un padrastro, y todos asumen que es mi padre – asiento, sin
saber por qué me cuenta aquello – como sea, quería ofrecerte mis condolencias
Hay un silencio.
- Thiago está
preocupado por ti – continúa – perdió a su madre cuando era niño, también. Esa
es una de las cosas que comprendemos del otro
- Lo sé
- No deberías ser
dura con él, él merece ser feliz
- Él no es mi
enamora….
- Lo estás mirando –
me interrumpe – puede que estés toda tierna con tu novio, pero lo estás mirando
- No lo hago –
voltea sus ojos
- Él me dejo por ti.
No me lo dijo, claro. Me dijo un par de cosas por teléfono sobre ser justo
conmigo. Como si no lo hubiese visto venir, él había estado actuando muy raro. Y
luego me di cuenta cómo lo mirabas y cómo él te miraba a ti
- Él no me miraba –
protesto
- Si tú lo dices
- Thiago y yo somos
amigos – intento explicar – tengo novio
- Tal vez lo tengas.
Pero aún lo sigues viendo. Vas a tener que pensarlo si quieres estar con él
- Métete en tus
asuntos, Luna – digo, molesta
Y justo cuando
salgo del baño, me encuentro con Thiago. Empiezo a sentir que la fiesta está
maldita para mí.
- Hola – dice Thiago
- ¿bailas conmigo, Mar?
Nos pertenecemos, no sé si es él o mi mente quién piensa
aquello.
- Qué…..Dios –
suspiro - ¿y tu pareja?
- No tengo pareja.
Vine solo
- ¿Sólo? ¿Por qué?
- Así mi pareja no
se ofendía cuando te invitara a bailar – dice
Ahí es cuando veo a
Peter, bastante cerca, escuchando.
- Te estás olvidando
una cosa – dice Peter, poniéndose a mi lado y colocando un brazo en mi cintura –
Mar tiene pareja. Yo
- Es solo un baile –
dice – Mar y yo somos amigos. ¿Cuál es el problema?
- Tuviste tu
oportunidad – dice Peter – la perdiste. Así que pídele a otra persona
Thiago duda. Me
mira.
- Amigo, evita que
te lance un puñete. No quiero malograr mi traje – dice Peter
Me sitúo entre los
dos.
- Sin ofender, Pitt –
digo – pero no soy un pedazo de carne, ¿está bien? Deja de gruñir por mí, puedo
encargarme de esto, sola, Y, no – me volteo,
mirando a Thiago – gracias por la oferta, pero tengo una pareja. Yo decido a dónde pertenezco – susurro en
su mente
Thiago asiente y se
aleja. Lo sé.
Luego, tomo la mano
de Peter y lo alejo de la pista de baile, dejando a Thiago de pie solo. Después
de eso, todo es muy tenso. Me paso todo el tiempo intentando bloquear a Thiago
lo que resulta imposible. Peter y yo estamos tensos el resto de la noche, en
silencio, acercándonos cuando bailamos, sosteniéndonos como si tuviésemos miedo
de alejarnos.
Me enoja todo esto.
Thiago no está interesado en mí por cómo me veo o por mi personalidad. Él me
quiere porque le han dicho que así es. Siento cosas por él porque él es como el
gran misterio para mí, y porque me han dicho que debo desearlo. ¿Y, por qué la
gente de allá arriba se preocupa por a quién amo, cuando solo tengo diecisiete
años? Peter es mi elección, mi corazón tomando mis propias decisiones.
De pronto, siento
la urgencia de llorar, la más grande que he sentido en un largo tiempo.
- ¿Qué es eso? –
pregunta Peter de pronto
Estamos en medio
del camino, de regreso a casa. Peter a mi lado y Cande en el asiento de atrás. Me
detengo y veo a alguien de pie en medio del camino. Esperando por nosotros,
parece. Un hombre alto usando un abrigo. Sé quién es, puedo sentirlo.
Samjeeza.
- Mar, ¿quién es él?
– pregunta Peter
- Malas noticias –
murmuro - ¿todos están bien amarrados?
No espero una
respuesta. No sé qué hacer, así que acelero sin miedo. Peter empieza a gritar.
Acelero hacia el cuerpo de Sam, con la idea de derribarlo. Pero noto que él
sonríe y es ahí cuando todo se vuelve negro. Cuando empiezo a ver colores de
nuevo, Peter está a mi lado, respirando fuerte.
- ¿Peter? – susurro
Coloca una mano
temblorosa en su cabeza, la toca y mira sus dedos. La sangre empieza a salir
por montón.
- ¿Peter? – noto el
pánico en mi voz
- ¿En qué diablos
estabas pensando?
- Lo siento, Pitt.
Yo…
- ¿Cómo estás? ¿Estás
herida?
- No creo
- ¿Cande? – la llama
Miro apenas hacia
atrás y sólo puedo ver su pelo en frente de su rostro. Peter intenta abrir la puerta,
para poder salir, pero esta no se abre. Intento abrir mi puerta y lo logro. Rápidamente
salgo del auto y abro de un tirón la puerta de Peter. Él se queda mirándome por
unos segundos, con su boca medio abierta. Nunca me ha visto hacer algo así
antes. Lo ayudo a salir del auto y él se mueve hacia la puerta de Cande. Intenta
sacarla, pero algo se lo impide.
- El cinturón de
seguridad – digo
Ella no dice nada
mientras Peter la saca del auto hacia la pista, la recuesta gentilmente en el
suelo.
- Despiértate, Cande
– le ordena, pero nada sucede
- Está respirando –
le digo a Peter, cuando me arrodillo a su lado – su pulso está bien
- Tenemos que llamar
a la ambulancia. Ahora mismo. ¿Dónde está tu teléfono?
Regreso al auto. Mi
celular está completamente desaparecido, Y no hay señal del Alas Negras.
- No sé dónde está –
lloro – sé que lo tenía cuando salimos de la fiesta
- Mar – Peter dice,
lentamente
- Sólo dame un minuto.
Sé que está aquí
- Mar – dice de
nuevo
Algo en su voz hace
que me detenga. Es la misma voz que utilizó cuando vimos el oso en el bosque. Eso
hace que me enderece y lo mire. Me congelo. Sam está al lado de Peter y está
sosteniendo mi celular.
- Hola, pajarito –
dice – que lindo verte de nuevo
Siento un nudo en
el estómago y mi cuerpo entero empieza a temblar.
- Me golpeaste con
tu auto – continúa - ¿este es tu novio? – de pronto, ríe – está considerando si
me golpea a o no – humanos – se burla
Trago fuerte hasta
que me duele la garganta. Me rehúso a mirar a Cande y a Peter. No puedo sentir
miedo, debo ser fuerte.
- ¿Qué quieres? – pregunto
- Una excelente
pregunta, una que me he hecho por largo tiempo. Estaba enojado contigo, desde
que …. – me enseña su oreja quemada
- Yo no intenté… -
digo – yo no quise…
- Claro que lo
hiciste. Pero no vale la pena enojarse por eso
- ¿Por qué estás aquí?
– pregunto – si vas a destruirme, hazlo de una vez
- No – dice – quiero
hablar contigo. He estado observándote, y te ves muy infeliz, querida. Confundida,
me preguntaba si podía ayudarte
- Tú no quieres
ayudarme
- Claro que sí. Te
he encontrado muy interesante, fascinante, desde que te vi. Hay algo que tu
madre te está escondiendo, creo
- Ella me contó todo
sobre ti
- ¿Todo sobre mí? –
dice, alzando las cejas – de verdad. Bueno, esa es una buena historia. Lo que
me interesa es saber lo que vas a hacer, tu propósito. Tus visiones. Tus
sueños.
- Mi propósito no
tiene nada que ver contigo
- ¿O es algo más? –
empieza a hurgar en mi mente – ella no te ha dicho – dice, desilusionado – lo sentiría
si lo supieras
- ¿Ella me ha dicho
qué? – pregunto, sin poder aguantarme
- Preguntémosle –
dice, alzando su celular
Tengo que hacer
algo. Cualquier cosa para salir de aquí.
- ¿Este es algún
plan de tomarme como rehén? Porque estoy segura que mi madre va a pensar que es
muy romántico
- No me hagas hacer
algo de lo que me voy a arrepentir – dice, su rostro escureciéndose, y acercándose
a Peter
Me encuentro con
los ojos de Peter, que traga fuerte. Está asustado. Sam lo va a matar, pienso. Es
por eso que no está en el cementerio. ¿Por qué soy tan estúpida? ¿Por qué no lo
vi antes? He pasado todos estos meses intentando pensar cómo protegerlo, luego
dejando todo atrás cuando me enteré que mi madre iba a morir.
Desearía poder
decirle que lo siento por haberlo involucrado en mi vida de locura.