martes, 10 de julio de 2012

Santificado: Quince

Salida (parte uno)

Todo empezó a suceder bastante rápido. Mi madre dejó su trabajo, y pasa bastante tiempo en frente de la televisión, envuelta en colchas, o en la terraza hablando con Emi por horas. Toma largas siestas, deja de cocinar. Ese es el principio del final porque mamá ama cocinar. Hemos planeado decirles a nuestros amigos que mi madre tiene cáncer, no me parece lo justo decir eso, pero ¿qué más se puede decir? La gente está empezando a preguntarse qué sucede con mi madre, por qué está tan pálida y débil; la noticia de que mi madre está enferma se expande por el colegio en menos de un segundo y debo aguantar las miradas de tristeza y palabras como “lo siento”, como si eso pudiese detener lo que está por suceder.

Y, por si fuera poco, como si no tuviese problemas en mi vida, me aceptan en Standford. Y no, no puedo estar feliz, no cuando mi mamá está por morir y no sé qué va a ser de la vida de Stefano. No puedo irme. Lo peor de todo es que Ángela dice que en su visión me ha visto junto a ella en Standford, la misma universidad a la que ella va…¿por qué el destino tiene que decidir por mí?

Al menos tengo un momento de felicidad cuando llega la fiesta de promoción.

- Te ves hermosa, Mar – dice Emi cuando ingreso a la habitación de mi madre con mi vestido

Es uno rojo, largo hasta el suelo y amarrado al cuello. Un poco extremo a mi parecer, pero cuando lo vimos con Emi y Ángela, simplemente nos enamoramos de él.

- ¿No se ve hermosa? – le pregunta Emi a mi madre - el rojo es tu color, Mar
- Sí – dice mi madre, cansada – estás hermosa
- Créeme, la boca de Peter se va a abrir hasta el suelo cuando te vea – bromea Emi – se va a sentir como un millonario contigo en sus brazos
- Soy un dulce espléndido, ¿es lo que intentas decir?
- Esta noche, sí – dice Emi – así que aprovéchalo

Tengo que ir a recoger a Peter desde que este año está sin auto. Cande también viene con nosotros desde que el auto de Agus se malogró hace dos días y quedaron en encontrarse en la fiesta.

- Regresa a casa a las doce y media o iré a buscarte – dice Emi, en la entrada de la casa
- Sí – murmuro
- Diviértete – dice, con una sonrisa

Peter está muy atractivo. Normalmente lo suelo ver con sus jeans apretados, su camisa a cuadros y sus botas y con eso me conformo. Pero ahora, está irresistible. Con su traje negro, afeitado y con el cabello corto y peinado, parece un actor de película.

- Te están mirando – le susurro cuando llegamos a la fiesta
- Nah – dice – te están mirando a ti. Que está con un vestido increíble.

Bailamos. Peter no es un gran bailarín, pero la falta de baile lo convierte en chistes y diversión. Me ha hecho reír todo el tiempo. Noto a Thiago mirarme antes de verlo. Está con una chica de mi promoción, al otro lado de la pista de baile. Presiono mi mejilla en el hombro de Peter y cierro mis ojos. Pero, cuando los abro de nuevo, automáticamente busco a Thiago y cuando lo encuentro, me mira directamente, encuentra mi mirada y la sostiene.

¿Bailarías conmigo, Mar? – pregunta - ¿tan sólo una vez esta noche?

Antes de responder, Peter se aparta. Toma mi mano y la besa, me agradece por el baile. Le sonrío.

- Vamos a tomar algo – dice – hace calor aquí

Dejo que me guíe hacia el tumulto de gente para conseguir un vaso. Nos quedamos unos minutos en la puerta, el aire frío chocando contra nuestros cuerpos.

- ¿Te estás divirtiendo? – pregunta
- Sí – sonrío - pero, me preguntaba, ¿dónde están tus otras citas?
- ¿Mis otras citas?
- Recuerdo perfectamente, el año pasado trajiste a tres chicas diferentes a la fiesta
- Este año solo tengo ojos para ti
- Buena respuesta – enredo mis brazos en su cuello y le robo un beso

Luego de un instante, voy al baño y me encuentro con Luna. Se está mirando al espejo, comprobando su maquillaje y retocando sus labios.

- Siento lo de tu mamá – dice
- Eh, gracias
- Mi padre murió de cáncer, también – dice – tenía tres años, no me acuerdo
- Lo siento. No sabía
- Muchas personas no lo saben. Tengo un padrastro, y todos asumen que es mi padre – asiento, sin saber por qué me cuenta aquello – como sea, quería ofrecerte mis condolencias

Hay un silencio.

- Thiago está preocupado por ti – continúa – perdió a su madre cuando era niño, también. Esa es una de las cosas que comprendemos del otro
- Lo sé
- No deberías ser dura con él, él merece ser feliz
- Él no es mi enamora….
- Lo estás mirando – me interrumpe – puede que estés toda tierna con tu novio, pero lo estás mirando
- No lo hago – voltea sus ojos
- Él me dejo por ti. No me lo dijo, claro. Me dijo un par de cosas por teléfono sobre ser justo conmigo. Como si no lo hubiese visto venir, él había estado actuando muy raro. Y luego me di cuenta cómo lo mirabas y cómo él te miraba a ti
- Él no me miraba – protesto
- Si tú lo dices
- Thiago y yo somos amigos – intento explicar – tengo novio
- Tal vez lo tengas. Pero aún lo sigues viendo. Vas a tener que pensarlo si quieres estar con él
- Métete en tus asuntos, Luna – digo, molesta

Y justo cuando salgo del baño, me encuentro con Thiago. Empiezo a sentir que la fiesta está maldita para mí.

- Hola – dice Thiago - ¿bailas conmigo, Mar?

Nos pertenecemos, no sé si es él o mi mente quién piensa aquello.

- Qué…..Dios – suspiro - ¿y tu pareja?
- No tengo pareja. Vine solo
- ¿Sólo? ¿Por qué?
- Así mi pareja no se ofendía cuando te invitara a bailar – dice

Ahí es cuando veo a Peter, bastante cerca, escuchando.

- Te estás olvidando una cosa – dice Peter, poniéndose a mi lado y colocando un brazo en mi cintura – Mar tiene pareja. Yo
- Es solo un baile – dice – Mar y yo somos amigos. ¿Cuál es el problema?
- Tuviste tu oportunidad – dice Peter – la perdiste. Así que pídele a otra persona

Thiago duda. Me mira.

- Amigo, evita que te lance un puñete. No quiero malograr mi traje – dice Peter

Me sitúo entre los dos.

- Sin ofender, Pitt – digo – pero no soy un pedazo de carne, ¿está bien? Deja de gruñir por mí, puedo encargarme de esto, sola, Y, no – me volteo, mirando a Thiago – gracias por la oferta, pero tengo una pareja. Yo decido a dónde pertenezco – susurro en su mente

Thiago asiente y se aleja. Lo sé.

Luego, tomo la mano de Peter y lo alejo de la pista de baile, dejando a Thiago de pie solo. Después de eso, todo es muy tenso. Me paso todo el tiempo intentando bloquear a Thiago lo que resulta imposible. Peter y yo estamos tensos el resto de la noche, en silencio, acercándonos cuando bailamos, sosteniéndonos como si tuviésemos miedo de alejarnos.

Me enoja todo esto. Thiago no está interesado en mí por cómo me veo o por mi personalidad. Él me quiere porque le han dicho que así es. Siento cosas por él porque él es como el gran misterio para mí, y porque me han dicho que debo desearlo. ¿Y, por qué la gente de allá arriba se preocupa por a quién amo, cuando solo tengo diecisiete años? Peter es mi elección, mi corazón tomando mis propias decisiones.

De pronto, siento la urgencia de llorar, la más grande que he sentido en un largo tiempo.

- ¿Qué es eso? – pregunta Peter de pronto

Estamos en medio del camino, de regreso a casa. Peter a mi lado y Cande en el asiento de atrás. Me detengo y veo a alguien de pie en medio del camino. Esperando por nosotros, parece. Un hombre alto usando un abrigo. Sé quién es, puedo sentirlo.

Samjeeza.

- Mar, ¿quién es él? – pregunta Peter
- Malas noticias – murmuro - ¿todos están bien amarrados?

No espero una respuesta. No sé qué hacer, así que acelero sin miedo. Peter empieza a gritar. Acelero hacia el cuerpo de Sam, con la idea de derribarlo. Pero noto que él sonríe y es ahí cuando todo se vuelve negro. Cuando empiezo a ver colores de nuevo, Peter está a mi lado, respirando fuerte.

- ¿Peter? – susurro

Coloca una mano temblorosa en su cabeza, la toca y mira sus dedos. La sangre empieza a salir por montón.

- ¿Peter? – noto el pánico en mi voz
- ¿En qué diablos estabas pensando?
- Lo siento, Pitt. Yo…
- ¿Cómo estás? ¿Estás herida?
- No creo
- ¿Cande? – la llama

Miro apenas hacia atrás y sólo puedo ver su pelo en frente de su rostro. Peter intenta abrir la puerta, para poder salir, pero esta no se abre. Intento abrir mi puerta y lo logro. Rápidamente salgo del auto y abro de un tirón la puerta de Peter. Él se queda mirándome por unos segundos, con su boca medio abierta. Nunca me ha visto hacer algo así antes. Lo ayudo a salir del auto y él se mueve hacia la puerta de Cande. Intenta sacarla, pero algo se lo impide.

- El cinturón de seguridad – digo

Ella no dice nada mientras Peter la saca del auto hacia la pista, la recuesta gentilmente en el suelo.

- Despiértate, Cande – le ordena, pero nada sucede
- Está respirando – le digo a Peter, cuando me arrodillo a su lado – su pulso está bien
- Tenemos que llamar a la ambulancia. Ahora mismo. ¿Dónde está tu teléfono?

Regreso al auto. Mi celular está completamente desaparecido, Y no hay señal del Alas Negras.

- No sé dónde está – lloro – sé que lo tenía cuando salimos de la fiesta
- Mar – Peter dice, lentamente
- Sólo dame un minuto. Sé que está aquí
- Mar – dice de nuevo

Algo en su voz hace que me detenga. Es la misma voz que utilizó cuando vimos el oso en el bosque. Eso hace que me enderece y lo mire. Me congelo. Sam está al lado de Peter y está sosteniendo mi celular.

- Hola, pajarito – dice – que lindo verte de nuevo

Siento un nudo en el estómago y mi cuerpo entero empieza a temblar.

- Me golpeaste con tu auto – continúa - ¿este es tu novio? – de pronto, ríe – está considerando si me golpea a o no – humanos – se burla

Trago fuerte hasta que me duele la garganta. Me rehúso a mirar a Cande y a Peter. No puedo sentir miedo, debo ser fuerte.

- ¿Qué quieres? – pregunto
- Una excelente pregunta, una que me he hecho por largo tiempo. Estaba enojado contigo, desde que …. – me enseña su oreja quemada
- Yo no intenté… - digo – yo no quise…
- Claro que lo hiciste. Pero no vale la pena enojarse por eso
- ¿Por qué estás aquí? – pregunto – si vas a destruirme, hazlo de una vez
- No – dice – quiero hablar contigo. He estado observándote, y te ves muy infeliz, querida. Confundida, me preguntaba si podía ayudarte
- Tú no quieres ayudarme
- Claro que sí. Te he encontrado muy interesante, fascinante, desde que te vi. Hay algo que tu madre te está escondiendo, creo
- Ella me contó todo sobre ti
- ¿Todo sobre mí? – dice, alzando las cejas – de verdad. Bueno, esa es una buena historia. Lo que me interesa es saber lo que vas a hacer, tu propósito. Tus visiones. Tus sueños.
- Mi propósito no tiene nada que ver contigo
- ¿O es algo más? – empieza a hurgar en mi mente – ella no te ha dicho – dice, desilusionado – lo sentiría si lo supieras
- ¿Ella me ha dicho qué? – pregunto, sin poder aguantarme
- Preguntémosle – dice, alzando su celular

Tengo que hacer algo. Cualquier cosa para salir de aquí.

- ¿Este es algún plan de tomarme como rehén? Porque estoy segura que mi madre va a pensar que es muy romántico
- No me hagas hacer algo de lo que me voy a arrepentir – dice, su rostro escureciéndose, y acercándose a Peter

Me encuentro con los ojos de Peter, que traga fuerte. Está asustado. Sam lo va a matar, pienso. Es por eso que no está en el cementerio. ¿Por qué soy tan estúpida? ¿Por qué no lo vi antes? He pasado todos estos meses intentando pensar cómo protegerlo, luego dejando todo atrás cuando me enteré que mi madre iba a morir.

Desearía poder decirle que lo siento por haberlo involucrado en mi vida de locura. 

6 comentarios: