sábado, 7 de marzo de 2015

El Mar de Tranquilidad: Capítulo 38

Thiago

—Maldita sea, tu enamorada puede cocinar. —Simón se mete otra galleta a la boca. Las está comiendo al mismo tiempo que Rayito de Sol las saca del horno.

—No es mi enamorada —digo, porque, de acuerdo a ella, no lo es y eso está bien porque de todos modos odio el término. Decir enamorada de algún modo nos coloca en una relación oficial, y si ella no es parte oficial de mi vida, probablemente se vaya muy pronto. Así que si no quiere que la llame enamorada, estoy bien con eso.

—Bien —dice Simón—, tu esposa.

Camina hacia ella y coge una galleta recién cocinada, quemándose sus dedos en el proceso. 

—Ahora entiendo por qué siempre hueles a azúcar rubia y —se detiene, cogiendo una botella de la encima y leyendo la etiqueta —, extracto puro de vainilla.

Tiene razón. Ella huele como a azúcar rubia y vainilla, pero pensé que era el único que lo notaba.

Abre la tapa de la botella y lo inhala. —En serio, deberían vender esto como perfume.

—¿Me hueles? —dice Rayito de Sol.

—No tienes que hacerlo sonar tan extraño. No es como si me metiera en tu habitación y te observara dormir. —Camina hacia mí y me golpea la espalda—. Thiago sí hace eso. 

Rayito de Sol le arroja un guante de cocina y él se hace el ofendido.

—Cuidado mujer, desde que no estás tomada, puedo lanzarte al suelo y hacerte el amor ahora mismo. 

Ella se ríe alto y Simón se ve algo ofendido. —¿La idea de tener sexo conmigo es tan horrible?

—No, la idea de tener sexo contigo, como siempre, es lo más alto de los sueños. Es la parte de hacer el amor que es repulsivo. Odio esa expresión. Hasta cuando tenga sesenta años seguiré diciendo coger que hacer el amor—. Se estremece.

—Bien —dice. Bueno, entonces desde que no eres de nadie, puedo lanzarte al suelo y coger contigo ahora mismo.

—Hazme un favor —digo—, o bésense de una vez y supérenlo o dejen de actuar como que van a hacerlo. 

Apago la televisión porque de todos modos no puedo escucharla, y lanzo el control en el sofá. Sueno como un celoso bastardo, lo soy. Solo porque sé que nada sucede entre los dos, no significa que no me joda.

—¿Esas son tus dos únicas opciones? —pregunta Simón. —Porque sé cuál voy a escoger.

Rayito de Sol le lanza otra galleta a la boca de Simón y le dice que se calle.

—Sabes que he ganado como 5 kilos desde que te conocí. ¿Cómo comes toda esta mierda y no engordas? —pregunta. 

—Corro —dice—, bastante.

—Bueno, yo no haré eso.

—No te preocupes —sonríe—, tienes suficiente testosterona para que tu metabolismo funcione por un tiempo.

—Historia verdadera.

—Hablando de historias verdaderas y testosterona, ¿alguien va a decirme qué sucede con Valeria? —pregunta Rayito de Sol.

—No —dice Simón y se endurece.

Ella arquea una ceja y luego él gruñe exageradamente como un niño a quién le acaban de quitar su videojuego.

—Bien. Pero solo porque soy frágil y tú me asustas.

Simón se mueve hacia el otro sillón así que ella puede sentarse a su lado, pero ella se sienta en mi regazo, y realmente no tengo problema con el hecho de que no sea mi enamorada.

—Es una historia bien antigua —dice. —Chico conoce a chica. Chico le pide a chica que lo toque inapropiadamente. Chica enloquece a chico con su conocimiento impresionamente y su adecuado uso de la blasfemia. Chico y chica terminan juntos en detención. Amor y flores, en secreto, por cuatro meses.

Rayito de Sol me mira, esperando confirmación. —Es una historia de verdad. 

—¿Y? —pregunta ella.

—Y nada. Eso es todo lo que te diré.

Él prende de nuevo la televisión.

—Apestas —murmura.

—Tú también, sin duda.

2 comentarios:

  1. coontinualaaaaa, me encanto la novelaaaaa :D seguile por fis

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    1. Gracias! Ahora subo más. Esta semana no he tenido mucho tiempo de avanzar pero hoy espero subir por lo menos dos capis en recompensa (o más) jejeje

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