Ese día Benja vino a visitarme y Paula
aprovechó la oportunidad para seguir coqueteándolo. Y logró obtener algo por
parte de él al sugerir realizar una fiesta de Halloween en mi casa. Esperaba
que mamá se rehusara pero lamentablemente dio el sí y entre ella y Paula se
pusieron a organizar todo. Incluso propusieron que sea temático. Y, lo peor de
todo, es que Paula invitó a Benja como su pareja y él aceptó. Genial.
Los dejé discutiendo del tema y subí a mi
cuarto. No estaba de humor para organizar una fiesta de Halloween cuando estaba
pasando tanto alrededor.
Esa noche dejé la ventana semi-abierta, y
justo después de la medianoche, Peter entró por ahí. Olía a tierra, como el
bosque, mientras se deslizaba silenciosamente en la cama, a mi lado. Aunque
hubiese preferido verlo en un espacio abierto, había algo sexy en este
encuentro secreto.
—Te traje algo —dijo, colocando una bolsa de
papel marrón en mi barriga.
Me senté y empecé a pispear la bolsa. —¡Una
manzana acaramelada del Parque de Atracciones! —Sonreí.
—Nadie las hace mejor.
E incluso conseguiste uno con bolitas de coco, mi favorito.
—Es un presente de “que te mejores”. ¿Cómo está la herida?
Me alcé mi polo, enseñándole las buenas
noticias. —Muy bien.
Lo último de azul se había desvanecido hace
unas horas, y la herida se había sanado instantáneamente.
Peter me besó. —Esas son buenas noticias.
—¿Alguna novedad de Blakely?
—No, pero es cuestión de tiempo.
—¿Lo has sentido siguiéndote?
—No. —Un borde de frustración se coló en su
tono. —Pero estoy seguro que está marcando mis pasos. Necesita el cuchillo.
—El Devilcraft está cambiando todas las
reglas, ¿verdad?
—Me está forzando a inventar cosas.
—¿Trajiste el cuchillo contigo? —Miré sus
bolsillos que se veían vacíos.
Alzó su camisa lo suficiente para revelar el
sujetador saliendo de su correa de cuero. —Nunca lo aparto de mi vista.
—¿Estás seguro que vendrá por él? Tal vez
sabe que los arcángeles no son tan rígidos como pensábamos que eran, y él sabe
que puede hacer lo que quiere con el devilcraft.
—Es una posibilidad, pero no lo creo. Los
arcángeles son buenos en esconder cosas, particularmente de los Nephils. Creo
que Blakely está asustado, y creo que hará un movimiento pronto.
—¿Qué sucede si trae apoyo? ¿Si somos tú y
yo con veinte de ellos?
—Él vendrá solo —dijo Peter, con confianza. —Lo
arruinó e intentará salvar este desastre en privado. Sabiendo lo valorable que
es para los Nephils, no hay forma que haya tenido permitido atender un juego de
fútbol por sí solo. Apuesto que Blakely se escapó. Aún peor, dejó atrás un
cuchillo encantado con devilcraft. Usaré su miedo y desesperación para nuestra
ventaja. Él sabe que nosotros aún estamos juntos. Lo haré jurar un juramento
para no decir ni una palabra de nuestra relación, y le diré que no obtendrá el
cuchillo hasta que jure.
Le di una mordida a la manzana de caramelo.
Tal vez fingiría algo de calma.
—¿Algo más? —preguntó Peter.
—Mmm…sí. Durante el entrenamiento de esta
mañana, Maxi y yo fuimos interrumpidos por unos cuantos ángeles caídos. —Me
encogí de hombros. —Nos escondimos hasta que se fueron, pero puedo decirte que
Cheshvan tiene a todos locos. ¿Conoces a un chico delgado con marcas por todo
su pecho? Es la segunda vez que lo veo.
—No me suena. Pero mantendré mis ojos
alerta. ¿Estás segura que estás bien?
—Positivo. Yendo con otras noticias, Paula
está organizando una fiesta de Halloween aquí en mi casa.
Peter sonrió.
—El tema es parejas famosas de la historia.
¿Podría ser menos original? Aún peor, metió a mi mamá en esto. Fueron a comprar
las decoraciones ahora. Por tres largas horas. Es como si de pronto fueran
amigas.
—Mordí otro pedazo de manzana e hice una mueca. —Paula está arruinando
todo. Quiero que Benja vaya con Cande, pero Paula ya lo convenció de ir con él.
La sonrisa de Peter se amplió.
Le dirigí mi mejor mirada enfurecida. —Esto
no es gracioso. Paula está destrozando mi vida. ¿De qué lado estás tú de todos
modos?
Peter alzó sus manos, rindiéndose. —Me
quedaré fuera de esto.
—Necesito una pareja para esta cosa estúpida.
Necesito eclipsar a Paula —agregué, inspirada. —Quiero a un chico caliente en
mi brazo, y quiero un disfraz mejor. Voy a salir con algo un millón de veces
mejor que Tristan e Isolda, los disfraces de Paula y Benja. —Miré a Peter, con
esperanza.
Apenas me miró. —No nos pueden ver juntos.
—Estarás disfrazado. Piensa en ello como un
reto para ser realmente sigiloso. Tienes que admitirlo, todo esto de
escondernos es un poco caliente.
—No voy a fiestas de disfraces.
—¿Precioso, por favor? —Batí mis pestañas.
—Me estás matando.
—Sólo conozco a un chico que es más guapo
que Benja…. —Dejé que la idea tiente su ego.
—Tu mamá no permitirá que ponga un pie
dentro de este lugar. He visto la pistola que guarda en su cajón.
—De nuevo, estarás en disfraz, tontito. No
sabrá que eres tú.
—No dejarás de insistir, ¿verdad¿
—Nop. ¿Qué piensas de John Lennon y Yoko
Ono? ¿O Samson y Delilah? ¿Robin Hood y Maid Marian?
Alzó una ceja. —¿Has considerado Lali y
Peter?
Entrelacé mis dedos sobre mi estómago y miré
el techo. —Paula ganará.
El celular de Peter sonó y miró quien era. —Número
desconocido —murmuró y mi sangre se enfrió.
—¿Crees que sea Blakely?
—Solo hay una manera de descubrirlo.
Respondió el celular, su voz calmada pero no
feliz. En ese entonces, sentí que el cuerpo de Peter se tensaba a mi lado, y
supe que tenía que ser Blakely. La llamada demoró apenas unos segundos.
—Es tu chico —me dijo Peter. —Quiere vernos.
Ahora.
—¿Eso es todo? Suena muy fácil.
Peter fijó sus ojos con los míos y supe que
había más. No pude interpretar su expresión, pero la forma en que me miraba me
hizo ponerme ansiosa.
—Si le damos el cuchillo, nos dará el
antídoto.
—¿Qué antídoto? —pregunté.
—Cuando te apuñaló, te infectó. No dijo con
qué. Solo dijo que si no consigues pronto el antídoto… —se quebró, tragando —…dijo
que te arrepentirás. Ambos.
***
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