Estaba a poca distancia de mi auto cuando vi
una sombra colocándose en el asiento del piloto. Me detuve, pensando que podía
ser alguien queriéndome hacer daño otra vez. Mantuve la respiración, mientras
debatía si sería bueno correr. Pero mientras más me demoraba pensando, más se
calmaba mi imaginación al aclararse la sombra. Peter me hizo una seña con su
dedo, indicándome que entre al auto. Sonreí abiertamente, mi preocupación se
disolvió instantáneamente.
—¿Faltando a clases por ir a patinar? —preguntó
mientras entraba al auto.
—Me conoces. Las ruedas de color púrpura son
mi debilidad.
Peter sonrió. —No vi tu auto en el colegio.
Te he estado buscando. ¿Podemos ir por ahí por unos minutos?
Le entregué mis llaves. —Tú conduces.
Peter condujo hacia un complejo bastante
lujoso. Los edificios eran antiguos pero totalmente renovados, con ventanas
brillantes, columnas de mármol negro y un portero. Peter se estacionó en un
garaje de un solo auto y cerró la puerta, dejándonos en una fría oscuridad.
—¿Nuevo lugar? —pregunté.
—Pepper contrató a unos cuantos Nephils para
que redecoren mi estudio en el parque de atracciones. Necesitaba un lugar donde
pasar desapercibido, y que tuviera seguridad.
Salimos del auto, subimos por unas cuantas
escaleras, atravesamos una puerta y salimos hacia la nueva cocina de Peter.
Ventanas de pared a pared mostraban hermosas vistas del valle. Unos cuantos
botes blancos llenaban el agua.
—Ostentoso —le dije a Peter.
Me entregó una taza con chocolate caliente y
besó la parte trasera de mi cuello. —Es más expuesto de lo que me gusta y eso es
algo que no me vas a escuchar decir seguido.
Me incliné contra él, tomando mi bebida. —Estaba
preocupada por ti.
—Pepper me sorprendió afuera del bar anoche.
Lo que significa que no logré hablar con nuestro amigo el Nephil, el del
sombrero. Pero hice unas cuantas llamadas y un poco de trabajo, empezando con
ver la cabina a la que te llevaron. No es muy inteligente. Te llevó a la cabina
de sus abuelos. Su verdadero nombre es Shaun, y tiene dos años siendo Nephil.
Juró lealtad hace dos navidades y está enlistado en la armada de la Mano Negra.
Tiene un corto temperamento y una historia de abuso de drogas. Está buscando
una forma de hacerse notar y piensa que tú eres su salida. —Peter besó de nuevo
mi cuello, esta vez dejando que su boca se quede unos segundos. —Yo también te
extrañé. ¿Qué me has traído?
—Puedo contarte cómo Pepper intentó
secuestrarme esta mañana y me mantuvo de rehén, o tal vez quieras escuchar cómo
Maxi secretamente me dio a beber algo mejorado con devilcraft. Resulta que
Blakely, la mano derecha de Hank, ha estado haciendo pruebas con devilcraft por
meses y ha desarrollado una droga de alta efectividad para los Nephils.
—¿Hicieron qué? —gruñó. —¿Pepper te hizo
daño? ¡Y voy a romper a pedazos a Maxi!
Sacudí mi cabeza en señal de negación, pero
estuve sorprendida cuando las lágrimas llegaron a mis ojos. Sabía por qué Maxi
lo había hecho, me necesitaba lo suficientemente fuerte para liderar a los
Nephils a la victoria, pero odiaba su forma de hacerlo. Me había mentido. Me
había hecho un truco y había consumido una sustancia que no solo estaba
prohibida en la Tierra, sino que era potencialmente peligrosa. No era tan
inocente como para no saber que el devilcraft tenía efectos negativos. Los
poderes podían desaparecer de a pocos pero una semilla del mal había sido
plantada dentro de mí.
—Maxi dijo que los efectos de su bebida se
desvanecían después de un día. Esas son las buenas noticias. Las malas son que
creo que está planeando introducirlo en varios Nephils, y pronto. Les dará….superpoderes.
Esa es la única forma que puedo describirlo. Cuando lo tomé, corrí más rápido y
salté más alto, y endureció mis sentidos. Maxi dijo que un Nephil podía enfrentarse
uno a uno con un ángel caído. Le creo, Peter. Me escapé de Pepper. Un arcángel.
Sin la bebida, él me tendría bajo llave ahora mismo.
Furia cruzó los ojos de Peter. —Dime dónde
puedo encontrar a Maxi —dijo.
No esperaba que Peter se ponga tan enojado.
El problema era que si iba a buscar a Maxi ahora, él sabría que le había
contado del devilcraft. Necesitaba jugarlo bien.
—Lo que hizo estuvo mal, pero pensó que
estaba cuidando de mis intereses —ofrecí.
Se rió rudamente. —¿En serio crees eso?
—Creo que está desesperado. No encuentra
muchas opciones.
—Entonces no las está buscando.
—También me dio un ultimátum. O estoy con él
y los Nephils, o estoy contigo. Me contó lo del devilcraft para probarme. Para
ver si te decía —alcé mis manos y las dejé caer. —Nunca te escondería esa clase
de información. Somos un equipo. Pero necesitamos pensar cómo vamos a jugar
esto.
—Voy a matarlo.
Suspiré, presionando mis dedos en mi frente.
—No estás viendo más allá de tu disgusto personal por Maxi…eso y tu enojo.
—¿Enojo? —Peter rió, pero era amenazante. —Oh,
Ángel. Eso es muy poco para lo que estoy sintiendo. Acabo de enterarme que un
Nephil forzó devilcraft en tu cuerpo. No me importa si no estaba pensando, no
me importa si se sentía desesperado. Es un error que no volverá a cometer. Y
antes que empieces a sentirte apenada por él, sabe esto. Él lo veía venir. Le
advertí que si te dejaba aunque sea un rasguño bajo su cuidado, estaría
acabado.
—¿Bajo su cuidado? —repetí lentamente,
tratando de conectar todo.
—Sé que estás entrenando con él.
—¿Lo sabes?
—Eres una chica grande. Puedes tomar tus
propias decisiones. Obviamente tenías tus razones para querer aprender defensa
personal con maxi, y no iba a detenerte. Confío en ti; es él quien me preocupa,
y parece que hay razones. Te preguntaré una vez más. ¿Dónde se está
escondiendo? —casi gruñó, su rosto oscureciéndose.
—¿Qué te hace pensar que se está
escondiendo? —dije miserablemente, penada que una vez más me sentía atrapada
entre Peter y Maxi. Entre ángeles caídos y Nephils. No había escondido
intencionalmente mis entrenamientos con Maxi a Peter, simplemente pensé que
sería mejor no acumular mayores razones para que ellos dos compitan.
La risa fría de Peter mandó un
estremecimiento por mi espina. —Si es inteligente, se está escondiendo.
—También estoy enojada, Peter. Créeme,
desearía poder retroceder el tiempo y deshacer esta mañana.
Pero odio sentir
que estás moviéndote sin mí. Primero, me pones un rastreador. Luego, amenazas a
Maxi. Estás operando sin mí. Quiero sentirte de mi lado. Quiero sentir que
estamos trabajando juntos.
El nuevo celular de Peter sonó, y miró quién
era. Un comportamiento inusual en él. Estos días, dejaba que sus llamadas se
fueran al buzón de voz, luego cuidadosamente analizaba a cuáles devolver la
llamada.
—¿Esperando una llamada importante? —pregunté.
—Sí, y tengo que hacerme cargo de ello
ahora. Estoy de tu lado, Ángel. Siempre lo estaré. Siento si sientes que estoy
dejando de lado tus deseos. Es lo último que deseo, créeme. —Dejó un beso por
mi boca, pero se sintió brusco. Ya se estaba dirigiendo hacia las escaleras,
hacia el garaje. —Necesito que hagas algo por mí. Ver si puedes averiguar algo
de Blakely. Dónde se está quedando en estos días, lugares que ha visitado
últimamente, cuántos guardaespaldas Nephils tiene, cualquier prototipo que esté
desarrollando, y cuando plena introducir su bebida. Tienes razón, no creo que
el devilcraft se haya expandido más allá de Maxi y Blakely, aun no. Si fuese
así, los arcángeles ya hubiesen avisado. Contáctate pronto, Ángel.
—¿Así que terminamos esta conversación
después? —dije, aún asombrada por su rápida ida.
Se detuvo en lo alto de las escaleras. —Maxi
te dijo un ultimátum, pero estaba viniendo, con o sin él. No puedo tomar la
decisión por ti, pero si quieres opiniones, déjame saberlo. Estaré feliz de
ayudar. Enciende la alarma antes de irte. Tu llave personal está en la entrada.
Eres bienvenida en cualquier momento. Estaré en contacto.
—¿Qué hay de Cheshvan? —dije. Ni siquiera
había llegado a la mitad de las cosas que quería discutir con él, y ya se
estaba yendo. —Empieza esta noche.
Peter dio un asentimiento brusco. —Hay una
mala sensación en el aire. Estaré cuidando de ti, pero quiero que tú también
cuides tu espalda. No estés afuera más tarde de lo necesario. La salida del sol
es tu corte esta noche.
Desde que no veía el punto en regresar al
colegio sin una excusa válida, y desde que si me iba ahora, sólo tendría una
última clase de una hora, decidí quedarme en la casa de Peter y hacer una
especie de análisis de pensamientos.
oh oh.. que pasara ahora.. espero q se cuiden los dos!, mas pitt
ResponderEliminarlolaz