domingo, 8 de junio de 2014

Ángeles Caídos #4: Ocho

—Te doy la oportunidad de hacer esto de la forma más fácil, pero me estoy quedando sin paciencia —dijo Pepper. Colocó la pistola en un estuche de su cintura, liberando sus manos para limpiar su sudorosa frente. —Si no puedo lograr atrapar a Peter, entonces haré que él venga hacia mí.

Me di cuenta hacia donde iba la conversación. —¿Esto es un secuestro?

—Necesito que Peter haga algo por mí. Un pequeño…favor. Eso es todo. Inofensivo, de hecho.

Tenía el presentimiento que “favor” incluía seguir a Pepper hasta el infierno, justo antes que él se liberara y cerrara las puertas en las narices de Peter.

—Soy uno de los buenos chicos —dijo Pepper. —Un arcángel. Él puede confiar en mí. Deberías haberle dicho que confíe en mí.

—La forma más rápida de romper su confianza sería secuestrarme. Piénsalo detenidamente, Pepper. Llevarme contigo no hará que Peter coopere.

—Hay un montón de cosas que estás sucediendo. Me he quedado sin opciones, ¿no puedes verlo?

—Eres un arcángel, Pepper. Y aun así, aquí estás, dando vueltas por la Tierra, cargando una pistola y amenazándome. No creo que sea inofensivo, así como tampoco creo que no quieras hacerle daño a Peter. Los arcángeles no revolotean por la Tierra por periodos extensos de tiempo, y no se llevan rehenes. ¿Sabes qué creo? Te has vuelto malo.

—Estoy aquí para una tarea. No soy malo, pero si me he tomado ciertas…libertades.

—Casi estoy tentada a creerte.

—Tengo un trabajo para tu novio que sólo él puede hacer. No quiero secuestrarte, pero me has forzado a hacerlo. Necesito la ayuda de Peter, y la necesito ahora. Camina hacia el bote. Cualquier movimiento repentino y disparo.

Pepper hizo un gesto y el bote se movió obedientemente a través del agua, moviéndose hacia la rampa más cercana. Peter no me había dicho que los arcángeles podían mover objetos. No me gustaba esta sorpresa, y me pregunté qué tanto complicaría mi intento de escapar.

—¿No escuchaste? Él ya no es mi novio —le dije a Pepper. —Estoy saliendo con Maxi Recca. ¿Seguro has escuchado de él? Todos lo han hecho. Peter es cien por ciento mi pasado.

—Supongo que lo descubriremos, ¿verdad? Si tengo que volver a pedirte que camines, voy a dejar un hueco en tu pie.

Alcé mis brazos a la altura de mis hombros y caminé hacia la rampa. Un poco tarde deseé haber traído conmigo mi chaqueta con el dispositivo de rastreo. Si Peter supiera donde estoy, vendría por mí. Tal vez había puesto un dispositivo en mi chaleco también, pero no podía contar con ello. Y desde que no sabía dónde estaba Peter, o si estaba bien, tampoco podía contar con él.

—Sube al bote —me ordenó Pepper. —Toma la cuerda del asiento y ata tus manos.

—Estás hablando en serio —dije. Miré alrededor, hacia los árboles que bordeaban el río. Si llegaba a ellos, podía esconderme. Los disparos de Pepper tendrían más éxito golpeando los árboles que a mí.

—A treinta millas de aquí, tengo un lindo almacén con tu nombre. Una vez que lleguemos ahí, le daré a tu novio un anillo. —Hizo un puño, extendiendo su pulgar y dedo meñique, y colocó el celular cerca de su oreja. —Veremos si no llegamos a un acuerdo. Si jura lealtad para realizar un tema personal, puede que logres verlo, además de a tus amigos y familia.

—¿Cómo vas llamarlo? Tienes su celular.

Pepper frunció el ceño. No había pensado esto a profundidad. Tal vez podía usar su desorganización para mi ventaja.

—Entonces tendremos que esperar a que él nos llame. Para tu suerte, esperemos que no se demore.

A regañadientes, subí al bote. Cogí la cuerda y empecé a hacerle nudo. No podía creer que Pepper fuera tan estúpido. ¿Realmente creía que una cuerda me detendría?

Pepper respondió a mi pregunta. —En caso que estés pensando en escapar, deberías saber que esa cuerda está encantada. Se ve inofensiva, pero es más fuerte de que el acero. Ah y, una vez que hayas asegurado tus muñecas, la volveré a encantar. Si intentas liberarte, enviará doscientos voltios de electricidad a tu cuerpo.
Intenté mantener la compostura. —¿Un truco especial de arcángeles?

—Solo digamos que soy más poderoso de lo que crees.

Pepper balanceó una pierna sobre el bote, balanceando su pie en el asiento del conductor. Antes que pueda llevar su otra pierna, golpeé mi cuerpo contra un lado del bote, balanceándolo con fuerza lejos de la rampa. Pepper se quedó en un solo pie, el otro afuera, con una abertura de aire entre sus piernas.

Reaccionó instantáneamente. Se lanzó hacia el aire, flotando varios pies por encima del bote. Volando. En mi decisión de último minuto de hacerlo perder el balance, me había olvidado que tenía alas. Y no sólo eso, pero ahora se veía claramente furioso.

Me lancé al agua, empezando a nadar hacia el centro del río, escuchando disparos siendo lanzando hacia el agua desde lo alto.

Un chapoteo se escuchó detrás de mí, y sabía que Pepper estaba nadando hacia mí. En cuestión de segundos me atraparía y completaría la promesa de colocar un hueco en mi pie, y probablemente algo peor. No era tan fuerte como un arcángel, pero ahora era una Nephil y había entrenado con maxi…dos veces. Decidí hacer algo increíblemente estúpido o increíblemente valiente.

Colocando mis pies firmemente en el lecho de arena, me empujé hacia arriba con todas mis fuerzas, saliendo del agua. Para mi sorpresa, me excedí, elevándome sobre las copas de los árboles que rodeaban la orilla. Podía ver por millas de millas, más allá de las fábricas y campos, hacia la carretera con los autos que se veían pequeños y los tractores. Más allá de eso, un conjunto de casas, tiendas y parques.

Tan rápido como sucedió, perdí velocidad. Mi estómago se sintió vació, y el aire se sentía contra mi cuerpo mientras iba en la dirección contraria, en reversa. El río se venía contra mí. Tenía la urgencia de mover mis brazos como si fueran molinos, pero mi cuerpo no se sentía como para hacerlo. Mis pies golpearon la rampa del bote, regresándome al agua.

Más balas pasaron por mis orejas. Me removí entre los escombros, me lancé hacia la orilla y tomé envión hacia los árboles. Dos mañanas de correr en la noche me habían dado algo de preparación, pero no explicaba por qué de pronto estaba corriendo a la velocidad de Maxi. Los árboles pasaban como un borrón, pero mis pies se alzaban y balanceaban con facilidad, como si anticiparan los pasos necesarios segundos antes que lo haga mi mente.

Corrí hasta el estacionamiento y entré a mi auto, saliendo lo más rápido posible. Para mi sorpresa, ni siquiera había respirado.

¿Tal vez era la adrenalina? Pero no lo creía.

Conduje hasta una farmacia y estacioné el auto en un sitio situado entre dos camiones, así me escondía de la calle. Luego caí rendida en el asiento, tratando de hacerme invisible. Estaba segura que había perdido a Pepper en el río, pero no perdía nada siendo cautelosa. Necesitaba tiempo para pensar. No podía irme a casa. No podía volver al colegio. Lo que realmente necesitaba era encontrar a Peter, pero no sabía por dónde empezar.

Mi celular sonó, sacándome de mi ensueño.

—Hey Esposito —dijo Benja. —Cande y yo estamos yendo a Taco para almorzar, pero la gran pregunta del día es: ¿dónde estás? Ahora que puedes conducir y tienes llantas, ejem ejem gracias a mí, no tienes que almorzar en la cafetería del colegio. Para tu Información.

Ignoré su tono. —Necesito el número de Maxi. Mándamelo por mensaje y hazlo rápido —le dije a Benja. Tenía el número de Maxi en mi antiguo celular, pero no en este.

—¿Eh…por favor?

—¿Qué sucede?

—¿Para qué necesitas el número? Pensé que Maxi era tu novio….

Colgué e intenté pensar las cosas en profundidad. ¿Qué sabía con certeza? Que un arcángel liderando una doble vida quería secuestrarme y usarme como incentivo para que Peter le haga un favor. O para que deje de chantajearlo. O ambos. También sabía que Peter no era el chantajeador.

¿Qué información me faltaba? Mayormente, dónde estaba Peter. ¿Estaba a salvo? ¿Se contactaría conmigo? ¿Necesitaba ayuda?

¿Dónde estás Peter? Le grité al universo.

Mi celular vibró.

Aquí está el número de Maxi. Y para que sepas, he escuchado que el chocolate funciona bien para el síndrome pre-menstrual —fue el mensaje de Benjamín.

—Gracioso —dije en voz alta, marcando el número de Maxi. Contestó al tercer timbrazo. —Necesitamos vernos —dije.

—Escucha, si sobre esta mañana…

—¡Claro que es sobre esta mañana! ¿Qué me diste? Tomé un líquido desconocido, y de pronto puedo correr tan rápido como tú y alzarme cincuenta metro sobre el suelo, y estoy bastante segura que mi visión está mucho mejor.

—Se irá con el tiempo. Para mantener esa velocidad, necesitas tomar esa cosa azul todos los días.

—¿Esa cosa azul tiene nombre?

—No por el teléfono.

—Bien. Encuéntrame en persona.

—Nos encontramos en el Rollerland en treinta.

—¿Quieres encontrarme en el parque para patines?

—Es mediodía de un día de semana. No habrá nadie más ahí que mamás y niños. Se vuelve fácil encontrar espías potenciales.

No estaba segura de quién pensaba Maxi que nos podía estar espiando, pero sentía una sensación extraña flotando en mi estómago. Lo que sea que fuera esa cosa azul, alguien más que Maxi la quería. Mi mejor adivinanza, era una especie de droga. Los poderes que me habían dado eran irreales, mis poderes físicos fueron…ilimitados. Cuando Hank estaba vivo, había experimentado con devilcraft, usando los poderes del infierno a su ventaja. Los objetos que encantaba habían tenido siempre un color medio azul. Hasta ahora creía que ello había muerto con Hank, ahora tenía dudas.

Poco después me encontré con Maxi en el Rollerland. Estaba usando unos vaqueros y una camisa simple, además de anteojos de sol.

—¿Vas a patinar? —me preguntó, mirando mis pies.

—La señal decía que tenía que alquilar patines para pasar la entrada.

—Podías haber usado tu truco mental para que te dejen pasar —dijo, mostrando sus zapatillas.

Mi humor se oscureció. —Así no juego yo.

Dante se encogió de hombros. —Entonces te estás perdiendo un montón de ventajas de ser Nephil.

—Cuéntame sobre el líquido azul.

—Es una bebida mejorada.

—¿Con qué está mejorada?

Maxi inclinó su cabeza hacia la mía y habló en un susurro. —Devilcraft. No es tan malo como suena—me aseguró.

Mi espina dorsal se endureció y los vellos en la parte de atrás de mi cuello se levantaron. No, no, no. Se supone que Devilcraft había desaparecido con Hank.

—Sé lo que es devilcraft, y pensé que había sido destruido.

Maxi frunció las cejas. —¿Cómo sabes sobre el devilcraft?

—Hank lo usaba. También Chauncey. Pero cuando Hank murió… —Me detuve. Maxi no sabía que yo había matado a Hank, y decirlo no ayudaría a mi amistad con los Nephils, incluido Maxi. —Peter solía espiar a Hank.

Asintió. —Lo sé. Tenían un trato. Peter nos daba información de los ángeles caídos.

—Hank le contó a Peter sobre el devilcraft —mentí. —Pero Peter me dijo que cuando Hank murió, el devilcraft se fue con él. Peter tenía la impresión que Hank era el único que sabía cómo manipularlo.

Maxi sacudió su cabeza. —Hank colocó  su mano derecha, Blakely, a cargo de desarrollar prototipos de devilcraft. Él sabe más del devilcraft que Hank. Recientemente, ha formulado una bebida que elevará los poderes de los Nephils. Incluso nos estamos nivelando, Lali —dijo, con sus ojos brillantes. —Solía tomar diez Nephils por cada ángel caído. Ya no más. He estado probando la bebida para Blakely, y cuando tome la mejorada, yo seré el que tenga ventaja sobre los demás. Puedo pelear contra cualquier ángel caído sin temer que sea más fuerte que yo.

Mis pensamientos dieron vueltas rápidamente. ¿Los Nephils tenían un arma secreta que era fabricaba en un laboratorio secreto? Le tenía que contar a Peter.

—¿Esto tiene que ver con la bebida que me diste?

—Sí. —Sonrió. —Ahora entiendes de qué estoy hablando.

—¿Cuántos Nephils saben sobre esta bebida o la han tomado?

Maxi se inclinó hacia atrás en la banca y suspiró. —¿Estás preguntando por tu curiosidad? —Se detuvo. —¿O para compartir nuestro secreto con Peter? —Dudé y el rostro de Maxi cayó. —Tienes que escoger Lali. No puedes ser leal tanto a Peter como a nosotros. O estás con los Nephils o en contra de nosotros.

La peor parte de esta conversación era que Maxi tenía razón. En el fondo, lo sabía. Peter y yo habíamos acordado que nuestro interés en la guerra era salir de esta juntos, y sanos. Pero, entonces, ¿dónde quedaban los Nephils? Supuestamente era su líder y les estaba pidiendo que crean que les iba a ayudar, pero en verdad no lo estaba haciendo.

—Si le dices a Peter sobre el devilcraft, él no se quedará tranquilo —dijo Maxi. —Él irá tras Blakely e intentará destruir el laboratorio. No tanto por un tema moral, sino por preservarse a sí mismo. Esto ya no se trata solo de Cheshvan —explicó. —Mi objetivo no es empujar a los ángeles caídos contra una línea arbitraria, como dejar que nos sigan poseyendo. Mi objetivo es aniquilar toda la raza de ángeles caídos con el devilcraft. Y si hasta ahora no la conoces, pronto lo harán.

—¿Qué?

—Hank tenía un plan. Este era. La extinción de su raza. Blakely cree que con un poco más de tiempo puede desarrollar un prototipo de un arma suficientemente fuerte para matar a un ángel caído, algo que nunca fue considerado. Hasta ahora.

Salté de la banca y empecé a caminar de un lado a otro. —¿Por qué me estás contando todo esto?

—Es tiempo que tomes tu decisión. ¿Estás con nosotros o no?

—Peter no es el problema. Él no está trabajando con los ángeles caídos. Él no quiere guerra. —El único objetivo de Peter era asegurarse que yo me quedara en el poder, completara mi juramento y salga con vida. Pero si le contaba de devilcraft, Maxi tendría razón: Peter haría todo lo posible por destruirlo.

—Si le cuentas sobre el devilcraft, todo estaría perdido para nosotros —dijo Maxi.

Me estaba pidiendo que lo traicione a él, a Benjamín y a cientos de inocentes Nephils….o a Peter. Un peso muy grande rodó por mi estómago. El dolor era muy filoso, casi me desmayo.

—Tómate la tarde para pensarlo —me dijo Maxi, levantándose. —A menos que me digas lo contrario, espero que estés lista mañana a primera hora para entrenar. —Me observó por un momento, sus ojos marrones fijos pero con una sombra de duda. —Espero que aún estemos del mismo lado, Lali —dijo silenciosamente, antes de desaparecer.

Tarea prioritaria luego de la charla con Maxi: encontrar a Blakely y su laboratorio secreto. Luego de encontrar a Peter.


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