domingo, 29 de junio de 2014

Ángeles Caídos #4: Quince

Ese día Benja vino a visitarme y Paula aprovechó la oportunidad para seguir coqueteándolo. Y logró obtener algo por parte de él al sugerir realizar una fiesta de Halloween en mi casa. Esperaba que mamá se rehusara pero lamentablemente dio el sí y entre ella y Paula se pusieron a organizar todo. Incluso propusieron que sea temático. Y, lo peor de todo, es que Paula invitó a Benja como su pareja y él aceptó. Genial.

Los dejé discutiendo del tema y subí a mi cuarto. No estaba de humor para organizar una fiesta de Halloween cuando estaba pasando tanto alrededor.

Esa noche dejé la ventana semi-abierta, y justo después de la medianoche, Peter entró por ahí. Olía a tierra, como el bosque, mientras se deslizaba silenciosamente en la cama, a mi lado. Aunque hubiese preferido verlo en un espacio abierto, había algo sexy en este encuentro secreto.

—Te traje algo —dijo, colocando una bolsa de papel marrón en mi barriga.

Me senté y empecé a pispear la bolsa. —¡Una manzana acaramelada del Parque de Atracciones! —Sonreí. 

—Nadie las hace mejor. E incluso conseguiste uno con bolitas de coco, mi favorito.

—Es un presente de “que te mejores”. ¿Cómo está la herida?

Me alcé mi polo, enseñándole las buenas noticias. —Muy bien.

Lo último de azul se había desvanecido hace unas horas, y la herida se había sanado instantáneamente.

Peter me besó. —Esas son buenas noticias.

—¿Alguna novedad de Blakely?

—No, pero es cuestión de tiempo.

—¿Lo has sentido siguiéndote?

—No. —Un borde de frustración se coló en su tono. —Pero estoy seguro que está marcando mis pasos. Necesita el cuchillo.

—El Devilcraft está cambiando todas las reglas, ¿verdad?

—Me está forzando a inventar cosas.

—¿Trajiste el cuchillo contigo? —Miré sus bolsillos que se veían vacíos.

Alzó su camisa lo suficiente para revelar el sujetador saliendo de su correa de cuero. —Nunca lo aparto de mi vista.

—¿Estás seguro que vendrá por él? Tal vez sabe que los arcángeles no son tan rígidos como pensábamos que eran, y él sabe que puede hacer lo que quiere con el devilcraft.

—Es una posibilidad, pero no lo creo. Los arcángeles son buenos en esconder cosas, particularmente de los Nephils. Creo que Blakely está asustado, y creo que hará un movimiento pronto.

—¿Qué sucede si trae apoyo? ¿Si somos tú y yo con veinte de ellos?

—Él vendrá solo —dijo Peter, con confianza. —Lo arruinó e intentará salvar este desastre en privado. Sabiendo lo valorable que es para los Nephils, no hay forma que haya tenido permitido atender un juego de fútbol por sí solo. Apuesto que Blakely se escapó. Aún peor, dejó atrás un cuchillo encantado con devilcraft. Usaré su miedo y desesperación para nuestra ventaja. Él sabe que nosotros aún estamos juntos. Lo haré jurar un juramento para no decir ni una palabra de nuestra relación, y le diré que no obtendrá el cuchillo hasta que jure.

Le di una mordida a la manzana de caramelo. Tal vez fingiría algo de calma.

—¿Algo más? —preguntó Peter.

—Mmm…sí. Durante el entrenamiento de esta mañana, Maxi y yo fuimos interrumpidos por unos cuantos ángeles caídos. —Me encogí de hombros. —Nos escondimos hasta que se fueron, pero puedo decirte que Cheshvan tiene a todos locos. ¿Conoces a un chico delgado con marcas por todo su pecho? Es la segunda vez que lo veo.

—No me suena. Pero mantendré mis ojos alerta. ¿Estás segura que estás bien?

—Positivo. Yendo con otras noticias, Paula está organizando una fiesta de Halloween aquí en mi casa.

Peter sonrió.

—El tema es parejas famosas de la historia. ¿Podría ser menos original? Aún peor, metió a mi mamá en esto. Fueron a comprar las decoraciones ahora. Por tres largas horas. Es como si de pronto fueran amigas. 

—Mordí otro pedazo de manzana e hice una mueca. —Paula está arruinando todo. Quiero que Benja vaya con Cande, pero Paula ya lo convenció de ir con él.

La sonrisa de Peter se amplió.

Le dirigí mi mejor mirada enfurecida. —Esto no es gracioso. Paula está destrozando mi vida. ¿De qué lado estás tú de todos modos?

Peter alzó sus manos, rindiéndose. —Me quedaré fuera de esto.

—Necesito una pareja para esta cosa estúpida. Necesito eclipsar a Paula —agregué, inspirada. —Quiero a un chico caliente en mi brazo, y quiero un disfraz mejor. Voy a salir con algo un millón de veces mejor que Tristan e Isolda, los disfraces de Paula y Benja. —Miré a Peter, con esperanza.

Apenas me miró. —No nos pueden ver juntos.

—Estarás disfrazado. Piensa en ello como un reto para ser realmente sigiloso. Tienes que admitirlo, todo esto de escondernos es un poco caliente.

—No voy a fiestas de disfraces.

—¿Precioso, por favor? —Batí mis pestañas.

—Me estás matando.

—Sólo conozco a un chico que es más guapo que Benja…. —Dejé que la idea tiente su ego.

—Tu mamá no permitirá que ponga un pie dentro de este lugar. He visto la pistola que guarda en su cajón.

—De nuevo, estarás en disfraz, tontito. No sabrá que eres tú.

—No dejarás de insistir, ¿verdad¿

—Nop. ¿Qué piensas de John Lennon y Yoko Ono? ¿O Samson y Delilah? ¿Robin Hood y Maid Marian?

Alzó una ceja. —¿Has considerado Lali y Peter?

Entrelacé mis dedos sobre mi estómago y miré el techo. —Paula ganará.

El celular de Peter sonó y miró quien era. —Número desconocido —murmuró y mi sangre se enfrió.

—¿Crees que sea Blakely?

—Solo hay una manera de descubrirlo.

Respondió el celular, su voz calmada pero no feliz. En ese entonces, sentí que el cuerpo de Peter se tensaba a mi lado, y supe que tenía que ser Blakely. La llamada demoró apenas unos segundos.

—Es tu chico —me dijo Peter. —Quiere vernos. Ahora.

—¿Eso es todo? Suena muy fácil.

Peter fijó sus ojos con los míos y supe que había más. No pude interpretar su expresión, pero la forma en que me miraba me hizo ponerme ansiosa.

—Si le damos el cuchillo, nos dará el antídoto.

—¿Qué antídoto? —pregunté.


—Cuando te apuñaló, te infectó. No dijo con qué. Solo dijo que si no consigues pronto el antídoto… —se quebró, tragando —…dijo que te arrepentirás. Ambos.

***

El último por hoy :)

2 comentarios: