Detestaba que Paula estuviera en mi casa,
pero de algo sirvió. No, de algo no. Mucho sirvió. Utilicé una estrategia para
obtener información sobre Blakely, y lo logré. Paula me comentó que Blakely
tenía un hermano menor en el colegio, y que era uno de los campeones de
atletismo (sin duda) y que lo podía ver jugar el viernes por la noche. ¡Genial!
Sin duda Blakely iría a ver jugar su hermanito menor ya que era la única
familia que tenía. Ese podría ser mi momento para encontrarme con él.
Paula insistió en que le dijera el motivo de
conocer a Blakely y le mentí diciéndole que quería descubrir quién había matado
a Hank (sí, claro, toma eso). Ella insistió en acompañarme y le tuve que decir
que sí: por supuesto que era mentira (toma eso dos veces).
***
Después del colegio decidí ir a la casa de
Peter para relajarme, me imaginaba que él no estaría ahí; sin duda estaría
haciendo sus averiguaciones. Fijándome que no haya nadie, entré con cuidado.
—¿Adivina
dónde estoy? —le mandé un mensaje de texto a Peter.
—No
necesito adivinar, estás utilizando el rastreador —me respondió.
Sí, claro, estaba usando la chaqueta de jean.
—Dame
20 y estaré ahí —me envió otro mensaje. —¿Exactamente en qué habitación estás?
—Tu
habitación.
—Entonces
serán 10 minutos.
Sonreí y guardé mi celular en la cartera.
Luego me eché en la enorme cama. El colchón era suave, pero no lo suficiente.
Me imaginé a Peter recostado aquí, estirado en esta cama, usando quién sabía
qué. ¿Boxers? ¿Calzoncillos? ¿Nada? Tenía la intención y los métodos para
descubrirlo, pero irme por esa ruta no se sentía la opción más segura. No
cuando estaba haciendo lo mejor para mantener mi relación con Peter lo menos
complicado posible. Necesitaba que nuestras vidas se calmen un poco antes de
descubrir si quería tomar el siguiente paso…
Diez minutos más tarde, Peter entró a la
casa y me encontró buscando algo que ver en la televisión. La apagué.
—Te cambiaste de habitación —dijo.
—Es más seguro así.
—¿Tanto miedo doy?
—No, pero las consecuencias sí. —¿A quién
estaba mintiendo? Peter sí que daba miedo. Era la perfección de hombre. Yo
tenía una figura delgada y bien proporcionada y sabía que era atractiva, pero
no era una diosa. No sufría de baja autoestima, pero era susceptible a la
intimidación. —Me enteré sobre el Cheshvan, que fue un poco anticlimático.
—No creas todo lo que escuchas. Las cosas
están bastante tensas afuera.
—¿Alguna idea de lo que están esperando los
ángeles caídos?
—¿Quién desea saberlo?
Luché contra la urgencia de rodar mis ojos. —No
estoy espiando para Maxi.
—Qué bueno saberlo —el tono de Peter fue
cuidadoso.
Suspiré, odiando la tensión entre nosotros. —En
caso te estés preguntando, ya tomé mi decisión. Soy tuya —dije suavemente. —Toda
tuya.
Peter dejó sus llaves en la mesa. —¿Pero?
—Pero esta mañana, básicamente le dije a
Maxi lo mismo. Pensé en lo que me dijiste, que necesitamos encontrar a Blakely
y eliminar el devilcraft. Decidí que probablemente Maxi sea mi mejor opción
para obtener información, así que….
—Estás jugando con él.
—Sena horrible, pero sí. Supongo que eso
estoy haciendo.
—¿Aún pretende salir contigo?
—Si debo adivinar, está plantando semillas
sobre nuestra relación.
Peter se sentó a mi lado. No entrelazó sus
dedos con los míos, como siempre. Intenté que eso no me molestara pero sentí un
nudo en la garganta.
—¿Cheshvan? —volví a preguntar.
—Sé tanto como tú. Les he dejado claro a los
ángeles caídos que no quiero nada con esta guerra. Me odian cuando estoy cerca.
No voy a ser la mejor fuente de información para ellos.
Recostó su cabeza en el sillón y cubrió su
rostro con su gorra. Parecía que estuviera a punto de roncar, se veía muy
cansado.
—¿Largo día? —pregunté.
Emitió un gruñido en asentimiento. —Estuve
buscando al posible chantajeador de Pepper, pero no hubo nada. Puedo soportar
muchas cosas pero no un día no productivo.
—Esto viene del chico que constantemente
está intentando convencerme que me quede en la cama con él —bromeé, esperando
que aligere su humor.
—Ángel, ese sería un día muy productivo. —Sus
palabras eran juguetonas, pero su tono era cansado.
—¿Alguna chance que Agustina sea la
chantajista? —pregunté. —La otra noche la vi en el bar, discutiendo con Pepper.
Él no se veía feliz. —Peter se puso rígido, asimilando la noticia. —¿Crees que
sea posible? —presioné.
—Agustina no está chantajeando a Pepper.
—¿Cómo lo sabes? —No me gustaba que se
tomara siquiera dos segundos en pensarlo.
—Sólo lo sé. ¿Cómo estuvo tu día? —preguntó,
claramente evitando el tema.
Le conté sobre la decisión de Paula de
mudarse y sobre la extraña actitud de mi madre.
—Siento que Paula sospecha que yo sé quién
mató a su padre. Y mudarse conmigo es un plan para espiarme.
Peter recostó su mano en mi muslo, y sentí
un poco de esperanza. Odiaba la sensación que había un abismo entre nosotros.
—Sólo hay dos personas en este mundo que
saben que tú mataste a Hank, y es un secreto que lo llevaré hasta el infierno.
Nadie se enterará.
—Gracias Peter —le dije, con sinceridad. —Siento
si lastimé tus sentimientos más temprano. Siento lo de Maxi, y todo este
desastre. Solo quiero sentirme cerca de ti de nuevo.
Peter besó la palma de mi mano. Luego la
recostó en su corazón, sosteniéndola.
—También
te quiero cerca Ángel —murmuró en mi mente.
Me acurruqué a su lado, recostando mi cabeza
en su hombro. Sólo tocarlo me hacía sentir electricidad. Había estado esperando
todo el día para este momento. Podía soportar la tensión entre nosotros así
como el estar lejos de él. Algún día
serán solo tú y él, me dije a mí misma. Algún
día escaparás de la guerra del Cheshvan, ángeles caídos y Nephils. Algún
día…sólo los dos.
—Descubrí algo interesante —dije, y le conté
a Peter lo del hermano menor de Blakely.
Peter alzó su gorra y me miró a los ojos. —Buen
trabajo Ángel —dijo, impresionado.
—¿Y ahora qué? —pregunté.
—Viernes por la noche, nos presentaremos en
el juego.
—¿Crees que haya problema si él nos ve?
—Él no verá raro que tú estés en el juego, y
yo estaré escondido. Lo atraparé y lo llevaré a alguna propiedad que conozco
cerca de un lago. Está vacío ahí por esta época del año. Mala suerte para
Blakely, bien por nosotros. Haré que me diga sobre los prototipos, dónde los
está fabricando, y encontraremos una forma de desactivarlos. Luego lo mantendré
permanentemente bajo mi mirada. Será el final de sus días trabajando con
devilcraft.
—Debo advertirte que Paula cree que ella se
involucrará en el interrogatorio.
Peter alzó las cejas.
—Fue el precio que tuve que pagar por
obtener esta información —expliqué.
—¿Llegaste a jurar?
—No.
—¿Te da remordimiento?
—No —me mordí el labio. —Tal vez. —Una
pausa. —Está bien. ¡Sí! Sí, me daría remordimiento. Si dejamos de lado a Paula,
estaré toda la noche sintiéndome culpable. Le mentí en su cara esta mañana y me
ha estado fastidiando todo el día. Ahora vivo con ella, Peter. Tengo que
enfrentarla. Tal vez podamos usar esto a nuestro favor. Si le mostramos que
ella puede confiar en nosotros, tal vez nos da más información.
—Hay mejores formas de obtener información,
bebé.
—Yo digo que la dejemos. ¿Qué es lo peor que
puede suceder?
—Puede descubrir que realmente no terminamos
y contarle a los Nephils.
No había pensado en ello.
—O podemos dejarle que siga, y borrar
después su memoria. —Se encogió de hombros. —No hay culpa ahí.
Lo pensé, se veía un buen plan. También me
hizo hipócrita, ya que se supone que odiaba esos trucos mentales.
Una sonrisa empezó a formarse en la boca de
Peter. —¿Vas a aceptar o vas a hacer de niñera de Paula?
Sacudí mi cabeza. —Tú has el trabajo sucio,
y yo me encargaré de Paula.
Peter se inclinó de costado y me besó. —Por
más que voy a disfrutar hacerle preguntas a Blakely, estoy decepcionado de no
verte pelear con Paula.
—No habrá pelea. Voy a explicarle
calmadamente que puede venir, pero debe esperar conmigo en el auto mientras tú
estás con Blakely. Esa es nuestra oferta final. Ella puede tomarlo o dejarlo.
Apenas lo dije, me di cuenta de lo estúpido
que resultaba creer que sería tan fácil. Paula odiaba tomar órdenes y peor si
venían de mí. Pero, por el otro lado, nos convenía aliarnos con ella; ella era
la hija legal de Hank.
—Seré firme —le prometí a Peter. —Sin
retractarme.
Para entonces, Peter estaba sonriendo de
oreja a oreja. Me volvió a besar y sentí mi boca suavizarse. —Te ves linda
cuando intentas ser dura —dijo.
¿Intentando? Podía ser dura. ¡Podía! Y el viernes por la noche se lo
probaría. Cuidado Paula.
***
Estaba a unas cuantas millas de casa cuando
pasé a un carro policía fuera de vista. Inmediatamente, éste prendió su sirena
y me hizo un gesto para que me detuviera.
—Genial —murmuré—¡Simplemente genial!
Cuando llegó a mi auto, tocó mi ventana con
su lapicero en un intento para que la baje. Miré a través del vidrio su rostro;
no era cualquier policía, era mi favorito. El Policía Basso y yo teníamos una
larga historia de sospecha mutua y un gran “odio”.
Bajé mi ventana. —¿Qué sucedió? —pregunté.
—No te detuve por velocidad, si es lo que
estás pensando, tu luz del lado izquierdo está rota. Eso es una multa de
cincuenta dólares.
—Debes estar bromeando.
Escribió en una hoja y me pasó el ticket por
la ventana. —Se trata de seguridad, nada con que bromear.
—¿Me sigues para buscar formas de malograr
mi día? —pregunté, medio en sarcasmo, y medio conteniendo el aliento.
—Ya quisieras.
Y, con eso, regresó a su auto. Lo vi avanzar
por la pista y desaparecer. Me hizo un gesto de despedida pero yo no pude
devolvérselo. Algo no andaba bien. Mi espina se endureció, y mis manos se
sentían heladas. Sentí una fría vibra acerca del Policía, como un aire helado.
Pero era imposible, debería estar imaginando. Me estaba volviendo paranoica.
Porque….porque solo me sentía así alrededor de gente no humana.
hola!!!!!!!!!!!!!! NUEVA LECTORA!!!!!!!!!! QUE EMOCION JAJAJJAJ
ResponderEliminarme encanto este capitulo!!! me dejas con la intriga jajaja, me podes avisar cuando subas mi twitter es : @lectura_laliter
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Gracias por comentar!! Puedes suscribirte para que te lleguen los avisos de cuando postee. Igual te agrego al twitter, por ahí pongo cuando posteo :) Usualmente los sábados o domingos
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