domingo, 17 de agosto de 2014

Ángeles Caídos #4: Veintiocho

—¡Qué! ¡No puedes hacer eso! —espetó Pepper—. No estarán contentos, y se rehusarán a trabajar conmigo. ¡Aun peor, irán directamente donde los arcángeles!

—Tu chantajista ya no trabaja contigo. Desde ahora, él o ella negocia directamente con nosotros —dije—. Benja y yo vamos a recuperar los objetos que quieren encantar, y puede que necesitemos tu cooperación en evaluarlos. Si puedes decirnos lo que creen que estén intentando hacer y para qué los quieren usar, la información será valiosa.

—¿Cómo sé que puedo confiar en ustedes? —se quejó.

—Siempre hay un juramento de sangre… —Dejé que la idea quede en el aire—. Juraré sobre mis intenciones y tú jurarás mantenerte alejado de Peter. A menos, por supuesto, que aún seas muy bueno para hacer un juramento.

—Esto es horrible —dijo Pepper—. Qué enredo.

—Benja y yo tendremos a un equipo. Nada irá mal —le aseguré a Pepper, luego agregué una instrucción privada para Benja: —Mantenlo calmado mientras llamo a Peter, ¿de acuerdo?

Caminé hasta el final del callejón antes de marcar. —Soy yo. Tenemos a Pepper—. Escuché a Peter suspirar con alivio. —No creo que lo de doble vida sea un acto —continué—. Tiene un problema serio por apostar. Tampoco creo que esté en una misión de los arcángeles para encadenarte al infierno. Tal vez fue enviado aquí para hacer sus tareas, pero finalmente se acostumbró a la vida humana y de pura apuesta. Ahora, las grandes noticias. Él sabe que tú no lo estás chantajeando…todo este tiempo ha estado tratando de encontrarte para que le hagas un trabajo.

—¿Qué trabajo?

—No dijo. Creo que tiene problemas más importantes. Ha acordado encontrarse con el verdadero chantajista esta noche—. No conté el resto, porque me sentía tan confiada que Agustina estaba detrás de esto. —No sabemos la hora o el lugar todavía. Cuando el chantajista llame a Pepper, vamos a tener un tiempo de veinte minutos. Tendremos que movernos rápido.

—¿Crees que sea una trampa?

—Creo que Pepper es un cobarde, y que está contento que nosotros vamos a ir y él no.

—Estoy listo —dijo Peter—. Apenas sepa hacia dónde nos estamos dirigiendo, los encontraré ahí. Haz una última cosa por mí, Ángel.

—Dilo.

—Quiero encontrarte sana y salva cuando esto termine.

La llamada llegó diez minutos antes de la medianoche. —Sí, iré solo. Sí, encantaré los objetos. Sí, puedo estar en el cementerio en veinte minutos —dijo Pepper, como si fueran líneas aprendidas de un guión.

—¿Qué cementerio? —pregunté apenas colgó—. ¿El de la ciudad?

Asintió. —Dentro del mausoleo. Se supone que debo esperar ahí para más instrucciones.

—Solo hay un mausoleo en el cementerio de la ciudad —dije, dirigiéndome a Benja—. Está justo por la tumba de mi padre. Hay árboles y piedras por todos lados, y estará oscuro. El chantajista no será capaz de establecer si eres tú o Pepper, hasta que sea demasiado tarde.

Benja se colocó la capucha sobre su cabeza, cubriendo parte de su rostro.

—Soy más alto que Pepper —dijo él, dubitativo.

—Camina un poco encorvado, a la distancia no se notará— le dije a Benja antes de dirigirme a Pepper—. Dame tu número de celular, te llamará apenas tengamos al chantajista.

—Tengo un mal presentimiento —dijo Pepper, pasando sus manos por su ropa.

—Estamos yendo preparados —agregó Benja, mostrando la brillantez detrás de su cinturón.

—Devilcraft —los labios de Pepper dijeron con desaprobación—. Los arcángeles nunca pueden enterarse que estuve involucrado en esto.

—Una vez que Benja inmovilice a tu chantajista, Peter y yo entraremos de golpe —le expliqué.

—¿Cómo saben que no tendrán su propio respaldo? —retó.

Una imagen de Agustina destelló a través de mi mente. Ella solo tenía un amigo, y eso era decirlo de buena gente. Qué mal que ese amigo sería el que la descubriría esta noche. No podía esperar a ver la mirada en su rostro cuando Peter golpee un objeto encantado en las cicatrices de sus alas.

—Si vamos a hacer esto, debemos correr —me dijo Benja, mirando su reloj—. Tenemos quince minutos.

Cogí la manga de Pepper antes que pueda escapar. —No olvides el final del trato, Pepper. Una vez que tenemos a tu chantajista, tú y Peter han terminado.

Asintió con seriedad. —Dejaré a Peter en paz. Tienes mi palabra—. No me gustaba el brillo de picardía que pareció flotar momentáneamente detrás de sus ojos. —Pero no puedo hacer nada si él viene a buscarme —agregó.

***

Estoy de vacaciones, por eso tan buena yo vengo a traer varios capítulos jejeje.
Además, el miércoles me voy de viaje hasta el domingo así que les dejaré unos cuantos para que aguanten hasta que pueda subir más.

Muchas gracias por los comentarios :)

No hay comentarios:

Publicar un comentario