lunes, 22 de junio de 2015

Existence: Capítulo Siete (Parte 1)

En el momento en que quise abrir la puerta y la encontré cerrada, supe que estaba en problemas. La nota en la barra de mi madre diciéndome que ella y Mariano habían salido para ver una película envió un temblor de miedo a través de mí. No quería estar a solas en casa. No le había pedido a Candela que se quede conmigo esta noche porque había planeado dormir en la misma cama con mamá. Entré a mi habitación y observé cada centímetro de este en busca de cabello rubio. Ningún signo del alma loca. Miré de nuevo al baño y pensé en la ducha que realmente quería. Entrar y prender la ducha y cerrar la cortina me asustaba. Sigo teniendo visiones de escenas de terror que he visto, donde las cosas malas suceden cuando alguien toma una ducha. Nunca he sido capaz de tomarme una ducha sin mi mamá en casa. ¡Oh, diablos! ¡Me iba a convertir en la chica increíblemente apestosa! Si intentaba convencer a mi mamá que entre al baño conmigo así podía bañarme, ella pensaría que me había vuelto loca. Caí en la cama y solté un suspiro de derrota.

—¿Qué sucede? —preguntó una voz desde mi puerta. 

Me puse de pie, gritando. Sin embargo, murió casi inmediatamente cuando vi a Peter inclinado contra el marco de la puerta, observándome.

—Peter.

Tomé un profundo respiro para calmar mi acelerado corazón.

—Lo siento, no pensé que estabas tan tensa sobre esto —dijo, frunciendo y entrando a la habitación.

Me senté de nuevo en mi cama y solté una risa superficial.

—Bueno, discúlpame si almas extrañas mostrándose en mi casa, hablándome y tocándome me enloquecen un poco. —Le lanzo una mirada acusatoria—. Luego, te pregunto sobre ello y maldices en la oscuridad y te pones todo enojado.

Caminó y se sentó al final de mi cama. 

—Lo siento por eso. No debí haberte asustado de esa manera.

No había duda que su voz era de preocupación.

—Bueno, ¿puedes decirme qué está pasando, quién es ella? —pregunté.

Él sacudió su cabeza e inmediatamente alejó su mirada.

—No, esa es la única cosa que no puedo hacer por ti. Pídeme cualquier cosa en el mundo Lali, y me aseguraré que sea tuyo, pero eso no puedo hacer. —Su voz sonaba intensa y adolorida al mismo tiempo. Me decepcionaba pero sabía que presionar con el tema no tenía sentido. 

—Entonces, ¿por qué estás aquí? —pregunté, recordando que menos de una hora atrás lo había dejado en una mesa con María curvada a su lado. 

Se puso de pie, caminó hacia la ventana y miró hacia afuera.

—Hasta que sepa que todo está bien…hasta que me encargue de lo que debe ser hecho, pasaré las noches aquí en tu habitación. —Se volteó hacia mí con una expresión determinada—. Tengo que protegerte. —Hizo un gesto hacia la puerta. —Si quieres tomar una ducha, me aseguraré que estás completamente a salvo mientras lo hagas.

Diablos, sí, quería esa ducha. Empecé a levantarme y luego me senté de nuevo, mirándolo. 

—¿Puedes leer mi mente? 

No era la primera vez que sabía qué estaba pensando.

Me sonrió perversamente. 

—No exactamente. Es más como que puedo sentir tus miedos con tanta fuerza que puedo escucharlos.

Asentí y pensé en el momento en que él se había reído y solo yo pude escucharlo, como si me hubiera escuchado en la cafetería pensando sobre él y María.

—Me escuchaste en la cafetería cuando estabas con María, no estaba asustada entonces.

Alzó sus cejas ligeramente. 

—¿No lo estabas?

Mi rostro se calentó y me volteé, abandonando la habitación antes que pueda verme sonrojarme. Empecé a cerrar la puerta del baño cuando me volteé y miré las paredes sabiendo que un alma podía venir en cualquier momento. Miré por el pasillo donde Peter yacía en mi cama. Él no vería el alma si ella entraba al baño. Su cabeza se volteó inmediatamente hacia mí. Una lenta sonrisa perversa se formó en su boca.

—Me encantaría acompañarte al baño mientras te bañas y si fuera tan perverso como crees que soy, simplemente haría eso. Sin embargo, puedo sentir cualquier intento de un alma en entrar a esta casa antes que siquiera lo hagan. Estaré ahí antes que cualquiera entre. Está a salvo conmigo aquí —terminó con un guiño. Cerré rápidamente la puerta antes que diga algo más que me avergüence. 

****

Me deslicé en un pantalón de pijama y un top en lugar de mi usual bata de noche. Si iba a tener compañía mientras dormía, necesitaba usar ropa. Mi corazón estaba acelerado ante la idea de Peter en mi habitación, en mi cama, y tomé varias respiraciones profundas para calmar mis pensamientos y emociones. 

—Lali, cariño, ¿estás en el baño? —Mamá llamó desde el pasillo.

Abrí la puerta y miré más allá de ella, hacia donde Peter yacía en mi cama.

—Ella no puede verme o escucharme. Tranquilízate.

Volví la vista a mi madre, quién estaba, sonriendo en la puerta.

—¿Pasaste un buen rato con Pablo?

—Sí, ganamos el partido y salimos con Candela y Gastón después al Grill. Fue lindo —dije, pensando en él besándome y una vez más mi mente regresó al increíble no humano y caliente hombre en mi habitación, que parecía que no podía quitar de mi cabeza.

Mamá rio.

—¿Lindo eh? Pobre chico, no tiene ni idea que eres una nuez dura de romper. Ah, bueno, eso bueno por ahora. Un día, el chico indicado vendrá y tú estarás tan llevada por él que no serás capaz de ver bien. Disfruta de los otros hasta entonces. 

Besó mi mejilla y se dirigió a su habitación. 

Mientras entraba a la mía, miré al que parecía ser un Peter durmiente. Cerré mi puerta suavemente, no queriendo despertarlo. Abrió sus ojos y alzó la mirada hacia mí, sonriendo.

—¿No hay ninguna oportunidad que también me dejes dormir en tu cama?

Sacudí mi cabeza y reí.

—No, no hay.

Suspiró y se puso de pie.

—Ya he adivino mucho, pero esperaba un momento de lástima por lo de «nuez dura».

Fruncí el ceño, odiando que haya escuchado a mi madre. Realmente no quería que Peter sepa que no estaba completamente enamorada de Pablo. Era mejor de esa forma. Fui a mi ropero en busca del sleeping bag que había comprado para ir a acampar el verano pasado.

—No duermo, Lali, te estaba bromeando.

Me volteé y fruncí el ceño.

—De acuerdo, supongo que eso tiene sentido…para almas normales. No tienen cuerpos, pero tú sí, y al mismo tiempo no. Es como si pudieras escoger si quieres ser humano o alma. Eso no es normal, ¿verdad? —pregunté, insegura de si exactamente esto funcionaba. La única cosa que sabía era que no funcionaba de la manera en que siempre me habían enseñado. 

Él rio y se sentó en un puf al lado de mi ventana. 

—No soy un alma, de por sí. Eso es todo lo que puedes saber. 

Alcanzó la guitarra que no había notado, en la esquina, detrás de la silla.

—Anda a dormir, Lali. Estás a salvo y necesitas descansar. 

Empezó a tocar la guitarra y me volteé hacia mi cama, retirando las sábanas antes de deslizarme dentro. Las luces se apagaron y miré hacia Peter.

—No hay necesidad de dormir con las luces prendidas. Puedo ver de todas formas —explicó.

Asentí y me forcé a mí misma cerrar mis ojos. Quería hacer más preguntas, pero sabía que él no las respondería esta noche. El sonido de la música empezó a adormilarme. La baja voz de Peter se unió a la guitarra y me perdí en el sonido y la seguridad de su presencia…

“No estuviste hecha para el hielo, no estuviste hecha para el dolor.

El mundo que vive dentro de mí solo trajo vergüenza.

Estuviste hecha para castillos y vivir en el sol. El frío corriendo a través de mí debió haberte hecho escapar.

Aun así, te quedas. Sosteniéndote de mí, aun así te quedas, estirando una mano que yo rechazo. Aun así te quedas. Cuando sé que no es lo correcto para ti. Aun así te quedas. Aun así te quedas.

No puedo sentir la calidez. Necesito sentir el hielo. Quiero sostenerlo todo hasta que ya no pueda sentir el cuchillo. Así que te aparto y grito tu nombre. Sé que no debo necesitarte, pero tú te entregas de todos modos. Aun así te quedas. Sosteniéndote de mí. Aun así te quedas, estirando una mano que yo rechazo. Aun así te quedas. Cuando sé que no es lo correcto para ti. Aun así te quedas. Aun así te quedas.

No puedo sentir la calidez. Necesito sentir el hielo. Quiero sostenerlo todo hasta que ya no pueda sentir el cuchillo. Así que te aparto y grito tu nombre. Sé que no debo necesitarte, pero tú te entregas de todos modos. Aun así te quedas. Sosteniéndote de mí. Aun así te quedas, estirando una mano que yo rechazo. Aun así te quedas. Cuando sé que no es lo correcto para ti. Aun así te quedas. Aun así te quedas.

Aun así te quedas sosteniéndote de mí. Aun así te quedas, estirando una mano que yo rechazo. Aun así te quedas, cuando sé que no es lo correcto para ti. Aun así te quedas. 

Oh, la oscuridad siempre será mi manto. Y tú eres la amenaza que revela mi dolor. Así que vete, vete y borra mis recuerdos. Necesito enfrentar la vida que fue hecha para mí. No te quedes y arruines todos mis planes. No puedes tener mi alma, oh, no soy un hombre. El barco vacío en el que habito no está hecho para sentir el calor que tú traes así que te aparto y te aparto pero aun así te quedas. Aun así te quedas, aun así te quedas. 

Aun así te quedas."

2 comentarios: