martes, 9 de octubre de 2012

Heaven: Capítulo IX

Noche estrellada

La noche llegó rápido y eventualmente Peter tuvo que irse para conocer a sus compañeros de cuarto. María Elena no perdió tiempo en invitar a nuestras vecinas a la habitación. Las chicas, María y Erica, eran de Texas y estaban emocionadas con empezar la universidad. Luego de conversar, las chicas empezaron a buscar ropa para la fiesta. Estaba claro que yo no tenía ninguna ropa apropiada para la ocasión, así que me tuve que prestar de mi compañera de cuarto. Me prestó un vestido largo de color azul y unos tacos.

-Se ven lindas – dijo Erica – Que esta noche sea recordada para siempre

Las chicas se demoraron horas en arreglarse en frente del espejo y recién después de las diez de la noche empezamos a movernos. Yo ya estaba cansada, lista para ir a la cama, pero pretendí estar preocupada por mi cabello y por mi lápiz labial.

-Mis caderas se ven muy anchas en este vestido
-Al menos no eres tan pálida que brillas en la oscuridad
-Como sea, ¿ya han visto mi foto de mi documento de identificación? ¡Tengo que tenerlo todo el año!
-No puedo hacer que mi pelo se quede tieso – dije, y las chicas me ayudaron, atacándome con una botella de gel

Cuando finalmente salimos hacia el lugar de la fiesta, me di cuenta que era bastante bonito. Nos detuvimos en un edificio con sillas de madera en la entrada, ocupadas por chicos comiendo pizza y tomando cerveza. Adentro, estaba la sala de estar con una amplia mesa y una escalera que llevaba a las habitaciones y al área común. Había chicos universitarios por todos lados, en los sillones, conversando, tirados en las camas, o afuera en la entrada. Las chicas de primer año eran fáciles de identificar. Se veían aterradas, de pie en círculos incómodos, con miedo de tomar o incluso hablar por miedo a cualquier burla de las chicas mayores. Hablaban entre ellas, enderezando su postura y ajustando su cabello cuando los chicos pasaban.

-Hola chicas, ¿cómo están? – los chicos de la entrada nos saludaron con sonrisas y las chicas rieron nerviosas

Cuando Peter llegó, era una persona completamente diferente. Estaba acostumbrada a verlo en su modo defensivo casual, con todos los problemas del universo manteniéndolo ocupado. Pero en ese espacio de pocas horas, él ya había cambiado. Llegó con un grupo de chicos, todos vestidos con camisas y oliendo a colonia.

-Dios mío – dijo María Elena, cogiendo mi brazo – Son mayores. Tienes que hacer que tu hermano nos introduzca
-¿Cuál es tu hermano? – preguntaron María y Erica
-El de blanco…con el cabello castaño
-¿Ese es tu hermano? – preguntó María, soltando un respiro – Wow
-Lo sé – siseó María Elena

Peter nos saludó con la mano y se acercó.

-Hola hermanita – me golpeó suavemente en las costillas y sonrió - ¿Cómo están? Estos son mis compañeros de cuarto, Claudio y Sebastián
-No encuentro la similitud familiar – dijo Sebastián, inspeccionándome
-Creemos que fue adoptada – bromeó Peter y las chicas rieron

Un chico cargando un cooler pasó y se detuvo para hablar con los chicos.

-¿Quieren algo? – preguntó
-No gracias, no tomo – le dije

María y Erica aceptaron cervezas. Nos tomó un tiempo, pero eventualmente Peter y yo encontramos una oportunidad donde nos pudimos escapar de la fiesta sin ser vistos. Sacó unas llaves de su bolsillo y nos acercamos a una camioneta negra.

-¿Eh…vas a robarte el auto? – pregunté
-Sí – dijo – La universidad ya me convirtió en un criminal
-¡Peter!
-Tranquila, La – rió – Es mío. Gas y Rochi lo dejaron para mí
-¿En serio?
-Sip, se sintieron mal por haber abandonado mi otro auto. Y lo necesitamos en caso tengamos que escapar

Peter condujo fuera del campus, por la carretera. Cuando estuvo seguro que no había nadie, se estacionó en un camino de tierra, apagando inmediatamente las luces y asegurándose que el auto estuviera ocultado por los árboles. Como siempre tan caballeroso, salió del auto y vino a abrirme la puerta.

-¿A dónde vamos? – pregunté
-No lo sé – dijo – A algún lugar donde nadie nos encuentre

Caminamos un rato en silencio. Se sentía bien haber escapado del ruido de la fiesta.

-¿Y te gusta ser Tábano Talarico? – pregunté
-Está bien – Peter se colocó detrás de mí y empezó a acariciar mis hombros, cualquier tensión se esfumó – Pero creo que hay muchas más ventajas al ser Peter Lanzani
-¿Cómo cuáles

Inclinó su cabeza y sentí sus labios acariciar mi cuello.

-Como esto….
-Ese no es un comportamiento adecuado para un hermano – le dije, mientras enredaba mis dedos en su cabello

Sentí que nuestra respiración se volvía más densa mientras nuestros cuerpos se pegaban y las manos de Peter se deslizaban hacia mi cintura.

-¿Estás seguro que deberíamos hacer esto? Espero que no estemos cruzando la línea – dije
-No me importa – murmuró Peter en mi oído, lanzando espasmos por mi cuerpo – Quiero mostrarle a mi esposa lo mucho que la amo

Se detuvo por un momento y me volteó, tomando mi rostro entre sus manos. Sus ojos verdes estaban llenos de algo tan intenso que no podía apartar la mirada.

-¿Cómo me acabas de llamar? – susurré, necesitando volverlo a escuchar
-Mi esposa – repitió suavemente

Lentamente, deslizó uno de mis tirantes del vestido hacia abajo. Su toque, usualmente tan familiar, me sobresaltó. Se sentía como si me estuviera tocando por primera vez y me hizo dar cuenta de lo cuidadosos que habíamos sido hasta ahora. Habíamos obviado el contacto íntimo, ahora, con nuestros cuerpos juntos, me daba cuenta de lo fácil que hubiese sido saltar las reglas antes. No sabía cómo habíamos aguantado tanto tiempo. ¿Cómo habíamos ignorado el destello que saltaba cada vez que nos tocábamos accidentalmente? ¿Cómo había pretendido que el fuego en mi estómago no existía? Era extraño sentir el aire cargado con electricidad y saber que esta vez no teníamos por qué ignorarlo. Tomé la mano de Peter y la coloqué en mi pecho, que latía desaforado. Él cerró sus ojos. Me sentí tan abrumada que creí que me iba a desmayar en sus brazos.

-Está bien – susurró

Nuestros pechos estaban juntos ahora, así podía sentir nuestros corazones latiendo. Peter enterró su rostro en mi cuello y lo sentí inhalar profundamente. Mi cuerpo parecía que se iba a desvanecer y él me cogió en sus brazos, bajándome hasta el suelo. Peter bajó lentamente y se colocó gentilmente encima de mí y nuestros cuerpos encajaron perfecto como piezas de un rompecabezas.

-¡Mierda! – dijo Peter y abruptamente se separó de mí
-¿Qué sucede? - ¿había hecho algo mal?
-No tenemos protección. No pensé que la necesitaríamos
-Olvídalo – lo abracé e hice que volviera a mí, buscando su boca
-Lali, simplemente no podemos olvidarlo, tenemos que ser responsables

Suspiré y me senté. Había estado bajo un hechizo tan intenso que nada más se me había cruzado por la mente. Odiaba lo rápido que nuestra noche perfecta se había malogrado.

-¿Importa realmente? – pregunté
-¡Claro que sí! ¿Realmente quieres quedar embarazada ahora? ¿No crees que ya tenemos suficientes cosas con las que lidiar?
-Peter, ¡probablemente ni siquiera pueda quedar embaraza!
-Tienes un cuerpo humano, Lali – dijo – Es una posibilidad muy real
-De acuerdo. Tienes razón. Mientras no haya otra razón…
-¿Qué quieres decir? ¿Qué otra razón podría haber?
-Bueno, has estado evadiendo esto por tanto tiempo….¿aún…aún me ves de ese modo?

Peter gruñó.

-¿Estás loca? Claro que te veo de esa forma. Todo el tiempo he tenido que evitar verte así

Alcé mi mentón y lo miré a los ojos.

-Quiero que me enseñes
-Lali, vamos… - empezó Peter pero yo presioné un dedo contra sus labios
-No – dije – Sin excusas. Soy tu esposa ahora, ¿recuerdas? Y te estoy pidiendo que me enseñes lo mucho que me amas

Peter me miró por un momento y luego en un movimiento rápido me alzó y me colocó encima de él. Esta vez, su beso era más profundo. Sentí sus músculos tensándose y su respiración volverse más rápida. Su beso parecía durar para siempre. El tiempo se detuvo mientras nos presionábamos contra el otro. Finalmente, nuestras bocas se separaron y él movió su boca por la curva de mi cuello, dejando pequeños besos ahí.

-¿Aún tienes dudas? – susurró

Sacudí mi cabeza mientras mi boca buscaba de nuevo la suya. Sus labios eran cálidos, llenos y perfectos. Su beso era suave y tentador. Como siempre, me dejaba deseando más. El tiempo y espacio parecía un borrón mientras nos perdíamos en el otro. Sentí la intensidad de nuestra pasión llenar el aire, amenazando con esfumar el mundo y todos sus problemas.

-No quiero que te detengas – murmuré sobre su cuello
-Yo tampoco – Peter se inclinó y me miró, sus ojos verdes brillantes y hermosos
-Pero…qué hay de…

No quería terminar la oración por miedo a que Peter retroceda por ser cauteloso. Estaba tan intoxicada que casi ni podía mantener mis pensamientos coherentes. Peter me miró por un instante antes de hablar.

-Seré cuidadoso

Nuestra primera noche como marido y mujer se sintió como explorar un mundo mágico bajo el agua, donde nada existía salvo los dos. Sólo estaba consciente de la sensación de su piel cálida debajo de mis dedos, y la presión de sus labios mientras exploraban mi cuerpo. El bosque se sentía como nuestro reino privado donde nadie más podía entrar. Todo vino a la vida ante mis ojos esa noche. El aire parecía vivo, bailando alrededor de nosotros, trayendo con él los dulces olores de la tierra.

Después, cuando abrí mis ojos, vi una deslumbrante cantidad de estrellas en el cielo, como fuegos artificiales. Pensando en esa noche, recuerdo imágenes fragmentadas más que toda una secuencia de eventos. Recuerdo mi brazo recostado y viéndose pálido contra el suelo. Recuerdo los dedos de Peter trazando su camino a través de mi hombro y sintiendo mis venas pulsando con energía sobrenatural. Recuerdo su camisa arrugada en el suelo y mis manos presionadas contra su suave pecho. Recuerdo sentirme como si me estuviera llenando como un globo hasta que sentí que iba a explotar. Más que todo, recuerdo no ser capaz de determinar dónde terminaba la piel de Peter y dónde terminaba la mía.

2 comentarios:

  1. ujuuuuuuuuuuuuuuuuuu SIIIIIIIII, amé q le diga esposa, porq eso es lo q son y no lo habian podido disfrutar.

    Un bebito eso es lo q necesitan.

    ResponderEliminar
  2. Me encanto, son muy lindo los dos!!! Más!!

    ResponderEliminar