Peter y yo alzamos la mirada ante la chica que acaba de
aparecer en la puerta. Era más alta que yo, con cabello recto y ojos marrones.
Estaba bronceada y vestía como una atlética, con una blusa y pantalones cortos.
-¿Eres mi compañera de cuarto? – preguntó y sonrió - ¡He
estado loca por conocerte! Intenté buscarte en Facebook, ¡pero no encontré
nada! ¿De dónde son? ¿Cuáles son sus nombres?
Antes de que pueda formular una respuesta apropiada,
empezaron a aparecer personas detrás de ella, cargando cajas. A diferencia de
nosotros, esta chica había llegado con todas sus posesiones.
-Soy María Elena – repitió - ¿Ya se los dije? Y ellos son mi
mamá y papá, mi hermano, Juan, y mis dos primos, Matías y Jessica
-Ey – dijo Peter ya que no sabía qué decir – Un gusto
conocerlos. Soy Tábano y ella es mi hermana, Agustina. La estoy ayudando a
mudarse
Por suerte Peter habló primero; yo ya me había olvidado de
nuestros nuevos nombres y seguramente hubiera dicho los verdaderos.
-Bueno, no te preocupes – dijo la mamá de María Elena –
Haremos que este lugar se vea como casa
Fue cierto. Llenaron la habitación con pequeños muebles,
fotografías, elementos para la ventana, aspectos que daban mayor familiaridad.
-Espero haberte dejado suficiente espacio – dijo,
disculpándose
-Realmente no necesito mucho – dije – Siéntete libre de
poner todo donde quieras
-Ves, bebé – dijo su mamá – te dije que encontrarías a una
chica linda como compañera de cuarto
-Soy de Germantown – dijo María Elena - ¿Y ustedes?
-Jackson – dijo Peter, con un adorable encogimiento de
hombros y una sonrisa – Como la mitad de la población de aquí. Estuve
estudiando en otra universidad, pero decidí transferirme
Estaba sorprendida con lo natural que sonaba con su nueva
identidad. Casi podía ver los ojos de María Elena abrirse cuando Peter le
hablaba.
-En buena hora lo hiciste – dijo ella, con voz coqueta
Rodé mis ojos. Ya estaba empezando, la atracción femenina
que Peter recibía iba a alterar mis nervios, especialmente desde que no podía
tocar su mano o hacer nada que refleje nuestra relación.
-Sí, hermanita – Peter colocó un brazo alrededor de mi
hombro - ¿No estás contenta de tenerme?
María Elena rió y yo entrecerré mis ojos hacia él.
-No realmente – dije, apartándome - ¿Cómo voy a conocer a
los chicos si tú estás cerca?
-Es que no vas a conocer a ningún chico – dijo Peter – Nadie
se va a acercar a mi ´pequeña hermana
-Estoy de acuerdo – dijo Juan, mientras ayudaba a su padre a
cargar la ropa de su hermana – Los chicos solo quieren una cosa. ¿Qué es esto? –
agregó, alzando un vestido que dejaba mucho a la imaginación – No vas a salir
con esto
-Suenas como el abuelo – dijo María Elena - ¿Qué cosa voy a
usar entonces?
-Estoy confiscando esto – dejó el vestido y cogió prendas
grandes y largas – Puedes usar esto
María Elena lo miró con cara de enojada, antes de situarse
frente al espejo y empezar a intentar peinar su cabello enredado. Miré con cara
de interrogación a Peter.
-Mucho pelo – se encogió de hombros – supongo que es algo de
la zona
-Esta semana será una locura – dijo María Elena – Hay un
concierto de música y todos irán
Su hermano la miró.
-Creo que sería mucho más inteligente si te quedas y duermes
temprano.
-Bla bla – rodó sus ojos y me miró – Yo creo que seguimos a
la multitud
-De acuerdo – dije, intentando sonar entusiasmada – Suena genial
-¡Pero tenemos que tener cuidado!
-¿Por qué? – me tensé
-Todo lo que hagamos será reportado. Así que no te vayas a
meter con algún chico que no sea de primer año. Solo porque el chico diga que
es soltero no significa que sea cierto y si está saliendo con una chica que
está por terminar la universidad, estás perdida.
-Claro – dije, asintiendo – Mantendré eso en mente
Peter y Juan mostraron preocupación por sus pequeñas “hermanas”
al pensar que caerían en manos de chicos borrachos. María Elena empezó a
enredar un dedo en su cabello y se enfocó en Peter.
-Y, Tábano, ¿estarás ahí esta noche?
-Seguro – dijo
-Ugh – intenté sonar irritada pero por dentro estaba
aliviada
No había manera de que Peter me deje sola esta noche, con
estas chicas, prácticamente hablaban otro idioma y yo necesitaba que él me
traduzca.
-¿Estás emocionada – preguntó María Elena – El resto de
nuestras vidas empieza ahora
viste ya los celos empezaron, y si es q va a ser muy complicado para ellos
ResponderEliminarhuelo a celos!!! espero que no generen muchos problemas
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