domingo, 21 de octubre de 2012

Heaven: Capítulo XII (Parte 1)

Hermana Retorcida

Desde entonces, no dormí bien. Soñé con el casamiento de Pilar y Peter, lleno de invitados y flores, no como el nuestro con un padre que murió ante nuestros ojos. Estaba toda la familia de Peter, y el padre de Pilar la llevó hacia el altar. María Elena también estaba ahí, sosteniéndose de mi ropa y llorando. Durante todo el sueño, sentí algo que me molestaba en el cuello, como una reacción alérgica o algo o alguien en la habitación. Miré en círculos, buscando los ojos que se estaban escondiendo en las sombras, pero sólo conseguí apenas un vistazo de la figura, antes de que desvanezca. Sólo fue momento antes de despertarme que lo vi. Era un Siete, pero diferente a los otros. Tenía una máscara que cubría su rostro y guantes negros. La máscara tenía un hueco en su boca y sus ojos, a través de los cuales no se veía nada más que negrura.

***

Mientras Peter estaba en clase, Rochi y Gas vinieron a visitarnos para actualizarnos.

-Soñé con ellos – le conté a Gas
-Están intentando leer tu locación a través de tus sueños – dijo él
-¿Así que apenas sueñe con este lugar, sabrán dónde estoy? – pregunté con alarma
-Lo sueños raramente son específicos – dijo Rochi, acariciando mi espalda – Si sueñas con una habitación de la universidad, podría ser en cualquier lugar del país
-Supongo – dije, incómoda – Pero apenas sueñe con algo relacionado a esto, el juego se termina
-Relájate – dijo Rochi – Tu subconsciencia está preocupada por otras cosas
-Espero tengas razón. Bueno, ¿cuáles son las actualizaciones? ¿Han escuchado algo más?
-Hasta donde sabemos, los Siete aún están buscando
-Bueno, eso es bueno – dije - ¿Y están seguros que no van detrás de ustedes?
-Son muy inteligentes para eso – dijo Rochi – Saben que pelearemos
-¿Pero, podrían vencerlos, verdad?
-No lo sé. Si atacan en masa, probablemente estemos en problemas. Pero no se arriesgarán, perderían demasiado
-¿Así que simplemente no hacemos nada? – pregunté, aliviada
-Por ahora – dijo Gas – Hemos estado intentando hablar con el Consejo para informarle sobre lo que está sucediendo. Puede que sean capaces de detenerlos. O al menos restringir sus poderes
-¿Y Nuestro Padre? ¿Dónde está Él?
-Ocupado – dijo Rochi, mirando nerviosa a Gas – Él tiene Sus manos llenas por el momento
-¿De qué estás hablando? – pregunté, confundida

Gas suspiró y cerró sus ojos por un momento.

-Supongo que pronto te enterarías – dijo Gas – El Infierno se ha revelado, los demonios han hecho un motín
-¿Qué? – susurré
-Su influencia se ha expandido, y se han triplicado en un par de semanas – dijo Gas – El mundo está en serios problemas
-Esto es un desastre – susurré
-Sí – dijo mi hermano – Pero no debemos de perder la esperanza. El Cielo puede estar ocupado ahora mismo, pero Él responderá a nuestras súplicas
-¿Y qué buscan los demonios? – pregunté - ¿También a nosotros?
-No estamos seguros – dijo Gas – Ahora mismo no hay un patrón común de ataques. Sin embargo… - dudó
-Estoy segura de que no se han olvidado de nosotros – completé su oración
-Lo dudo. Pero debemos enfocarnos en una batalla a la vez

Cuando Rochi y Gastón se fueron, quería encontrar a Peter inmediatamente, pero primero tenía que escapar de María Elena, quién había regresado a la habitación.

-¿A dónde vas? – preguntó
-A encontrarme con una amiga
-¡Genial! – agarró su cartera – Sólo déjame arreglar mi maquillaje

Intenté no dejar que mi exasperación se note en mi rostro.

-De hecho – dije, incómoda – Voy a encontrarme con Cande y ella está teniendo un problema de chicos. No creo que quiera ver a nadie más
-Pero soy buena dando consejos de relaciones – dijo María Elena
-Sí pero Cande no se siente cómoda alrededor de nuevas personas
-Pero..
-¡Lo siento! Te veo más tarde

La interrumpí y salí disparada de la habitación antes de que siga protestando. Sabía que probablemente había sido muy pesada y había herido sus sentimientos, pero estaba tan ansiosa por ver a Peter que no podía preocuparme por ello. Troté hacia el campo de baseball, donde sabía que Peter había ido a practicar con sus amigos. El lugar estaba abandonado cuando llegué, pero Peter me estaba esperando dentro. Odiaba tener que encontrármelo en secreto. Sólo podíamos ser nosotros mismos durante unos pocos minutos cada día. El resto del tiempo teníamos que vivir siendo Tábano y Agustina.

Me inserté rápidamente entre los casilleros, esperando que nadie me vea. Peter estaba sentado en una banca, llevando puesta una camiseta. Estaba pasando sus dedos por su cabello mojado, recién salido de la ducha. Alzó la mirada y sonrió cuando llegué, la misma sonrisa de costado que siempre quitaba mi aliento.

-Ey, La – murmuró suavemente

Me senté en sus piernas, enterrando mi cabeza en su cuello y respirando su aroma. Su piel se sentía suave debajo de mis dedos.

-Hueles bien – le dije, envolviendo mis brazos alrededor de su cintura – Como a fruta
-Gracias – Peter rodó sus ojos – Eso me hace sentir muy macho – reí
-Este lugar realmente se siente como en casa, ¿verdad? Desearía estar aquí bajo diferentes circunstancias
-Lo sé – dijo – Pero las cosas nunca van a ser normales para nosotros. Supongo que eso hace que apreciemos lo que tenemos
-Tenemos que estar juntos – dije – Incluso si las cosas se ponen peor
-Por supuesto. Estoy en esto al cien por cien. Incluso si el mundo cae bajo nuestros pies, nunca te dejaré Lali
-Bien – dije – Porque acabo de hablar con Rochi y Gastón….y no te va a gustar lo que ellos dijeron

Peter corrió gentilmente un dedo por mi mejilla y dejó que siga su curso hasta mis labios. Usualmente, un comentario como aquel lo hubiera puesto en alerta. Él quería detalles, exactamente lo que me habían dicho y lo que había qué hacer. Pero ahora sentí cansancio, reacio a seguir peleando.

-¿Es un problema por el que Tábano y Agus tienen que preocuparse?

Fruncí el ceño.

-No
-Entonces puede esperar. Ya no te veo sonreír, extraño eso

Asentí y alcé mi cabeza para ver a través de sus ojos verdes. Normalmente estos brillaban, como si se estuviera riendo de un chiste privado. Ahora se veían apagados.

-No quiero ser Tábano y Agus ahora – dije - ¿Qué te parece si somos nosotros mismos? Pero volvamos a la manera en que solíamos ser al principio, antes de que todo esto sucediera. Regresemos a la noche en la playa en Venus Cove, la noche de la fogata.

Peter y yo recordábamos la noche con claridad. Fue cuando salté y dejé que mis alas se expandieran. Aunque había sido algo muy aterrador y la revelación más importante, ambos nos habíamos relajado después. Nos habíamos recostado juntos en la arena por horas y al final supimos que estaríamos juntos para siempre. Ni siquiera el enojo de mis hermanos había alejado la sensación de calidez que se expandía por mi cuerpo esa noche. Aunque Peter era familiar para mí, él aún era espectacular, mi propio Príncipe Encantador que había llegado a mi vida. Cuando cierro los ojos y siento la calidez de sus manos en mí, fuegos artificiales y estrellas explotan en mis entrañas.

Coloqué la cabeza en alto y acaricié el mentón de Peter con mi nariz. Él se inclinó hacia mí y sus labios acariciaron mi oído, mandando pequeños temblores por mi columna vertebral. Quería volver a ver al chico de dieciocho años de nuevo, no el hombre cansado de los problemas del mundo.

Mis manos se alzaron y se envolvieron alrededor de su cuello, sintiendo el calor de su cuerpo expandirse por el mío. Mientras nuestros labios se encontraron, sentí una energía intoxicante explotar dentro de mí. Sus manos se envolvieron alrededor de mi cintura, jalándome cerca de él. Tomó mi rostro en sus manos y nos perdimos en un mundo donde sólo los dos existíamos, fuera del espacio y tiempo. Pero, estuvimos muy distraídos para poder escuchar los pasos en el concreto, hasta que fue demasiado tarde. 

2 comentarios:

  1. Decime que es cande!! Q ni se maria elena!!! Más problemas no!!!! Más! Me encanta!

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  2. Noooooooooo mas problemas no, pobres merecen un seg de libertad para ellos.

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