-No puedo creer que esto esté sucediendo – dije – No puedo
creer que Dios esté tan enojado con nosotros que sea capaz de dar rienda suelta
a los Principados
-Mariana – dijo Rochi – Esto no tiene nada que ver con Dios.
¿Lo sabes, verdad?
-¿Cómo? – pregunté confundida – Todo lo que sucede pasa
porque es su voluntad
-En la tierra aquello es cierto, pero las jerarquías
angelicales establecen sus propias disputas; no han buscado su consejo
-Especialmente los Siete – interrumpió Gas – son un grupo
rebelde; el Consejo se debate para poder mantenerlos bajo control
-¿Estás diciendo que Dios no tiene idea de lo que está
sucediendo? – preguntó Peter
-No puedo hablar por Él – dijo Gas – Pero no deben culparlo
por sus problemas. Son los Siete los que buscan venganza
Gastón se inclinó hacia el timón y se sobó la frente,
intentando disipar la tensión. Rochi se veía igual de preocupada, sabía que
ella estaba preocupada por su futuro.
-No tienes que hacer esto, Gas – dije – Sé lo mucho que les
está costando
-Eres mi familia, Mariana – dijo Gas – No voy a dejar que tu
destino quede inconcluso
-Gracias. Nunca olvidaré esto. De lejos, eres el mejor
hermano que alguien puede pedir, humano o ángel
Gas no supo cómo contestar a tal agradecimiento, pero vi que
su boca se curvó en una sonrisa.
-¿Y ahora qué? – preguntó Peter
-Seguimos escapando, supongo – dijo Gas
-Entonces, ¿sí no nos estás llevando hacia el Consejo….exactamente
a dónde estamos yendo? – dijo Peter
-Tienen que seguir escondiéndose – dijo Rochi
-No – gruñí
-Pero esta vez será en un lugar más difícil de rastrear
-¿Existe algún lugar como ese?
-Aún no estoy segura – dijo mi hermana
-No me importa a dónde vayamos siempre y cuando Lali no
tenga que ser encerrada. Ella no lo maneja bien
Ese comentario prendió un foquito en la cabeza de Rochi. Un
repentino brillo en sus ojos apareció, al tiempo que se le ocurría algo.
-Tal vez necesitamos hacer lo opuesto – murmuró
-¿Lo opuesto? – repetí - ¿En qué estás pensando?
-Los Siete esperan que te escondamos en alguna locación
remota. Ahí es dónde empiezan a buscar primero. Tal vez es mejor perderse en
medio de la multitud
-Eso podría funcionar – dijo Gas – Los Siete tienen la
capacidad de captar las transmisiones eléctricas que lanzan los ángeles.
Mientras más humanos haya, más diluidas y difusas serán las transmisiones
-¿Entonces a dónde nos llevarán…China? – preguntó Peter
-De hecho, a un lugar más cerca a casa
-No lo entiendo – dije, frunciendo el ceño
-Piensa en ello – dijo Gas – Si las circunstancias fueran
normales, ¿en dónde estarían ustedes dos?
-¿En casa? – pregunté
-Piensa más – urgió Gas - ¿A dónde planea ir Cande este otoño?
-¿Cómo podríamos saberlo? – preguntó Peter, irritado
-Espera – dije, tocando su mano – Cande va a ir a…..a la
universidad
-¿Estás bromeando, verdad? – dijo Peter, sentándose derecho
- ¿Quieres que vayamos a la universidad?
-Los Siete nunca se lo imaginarán – dijo Rochi – Estarán en
frente de sus narices y ellos ni siquiera lo sabrán
-¿Están seguros de esto? – preguntó Peter
-No usarán sus verdaderos nombres – dijo Gas – De esa forma
no podrán rastrearlos tan fácilmente
-Esto será como empezar una nueva vida – dije, empezando a
sentir la emoción – Podemos ser quién queramos ser
-Pensé que la universidad esperaría por un tiempo – dijo Peter,
hablando como si alguien le hubiese devuelto parte de su vida
-Bueno, no se emocionen mucho. Quién sabe cuánto tiempo
podrán quedarse
-Supongo que viviremos el día a día – dijo Peter
-¿Importa a dónde vamos? – le pregunté a Rochi
-¿Por qué no ir a dónde ustedes planearon antes de que nos
metiéramos en problemas?
Ir a la universidad aún era una fantasía en mi cabeza, como
un mundo perfecto que nunca podría alcanzar. En mi mente significaba todo lo
que yo amaba sobre el mundo humano. Nunca había pensando que sería tan
afortunada de experimentar aquello.
-Bueno entonces – dije – Supongo que iremos a Oxford
:) q inteligentes
ResponderEliminargenial!! Me encanta!!
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