viernes, 5 de octubre de 2012

Heaven: Capítulo VII (Parte 1)

Chicos universitarios

-No puedo creer que esto esté sucediendo – dije – No puedo creer que Dios esté tan enojado con nosotros que sea capaz de dar rienda suelta a los Principados
-Mariana – dijo Rochi – Esto no tiene nada que ver con Dios. ¿Lo sabes, verdad?
-¿Cómo? – pregunté confundida – Todo lo que sucede pasa porque es su voluntad
-En la tierra aquello es cierto, pero las jerarquías angelicales establecen sus propias disputas; no han buscado su consejo
-Especialmente los Siete – interrumpió Gas – son un grupo rebelde; el Consejo se debate para poder mantenerlos bajo control
-¿Estás diciendo que Dios no tiene idea de lo que está sucediendo? – preguntó Peter
-No puedo hablar por Él – dijo Gas – Pero no deben culparlo por sus problemas. Son los Siete los que buscan venganza

Gastón se inclinó hacia el timón y se sobó la frente, intentando disipar la tensión. Rochi se veía igual de preocupada, sabía que ella estaba preocupada por su futuro.

-No tienes que hacer esto, Gas – dije – Sé lo mucho que les está costando
-Eres mi familia, Mariana – dijo Gas – No voy a dejar que tu destino quede inconcluso
-Gracias. Nunca olvidaré esto. De lejos, eres el mejor hermano que alguien puede pedir, humano o ángel

Gas no supo cómo contestar a tal agradecimiento, pero vi que su boca se curvó en una sonrisa.

-¿Y ahora qué? – preguntó Peter
-Seguimos escapando, supongo – dijo Gas
-Entonces, ¿sí no nos estás llevando hacia el Consejo….exactamente a dónde estamos yendo? – dijo Peter
-Tienen que seguir escondiéndose – dijo Rochi
-No – gruñí
-Pero esta vez será en un lugar más difícil de rastrear
-¿Existe algún lugar como ese?
-Aún no estoy segura – dijo mi hermana
-No me importa a dónde vayamos siempre y cuando Lali no tenga que ser encerrada. Ella no lo maneja bien

Ese comentario prendió un foquito en la cabeza de Rochi. Un repentino brillo en sus ojos apareció, al tiempo que se le ocurría algo.

-Tal vez necesitamos hacer lo opuesto – murmuró
-¿Lo opuesto? – repetí - ¿En qué estás pensando?
-Los Siete esperan que te escondamos en alguna locación remota. Ahí es dónde empiezan a buscar primero. Tal vez es mejor perderse en medio de la multitud
-Eso podría funcionar – dijo Gas – Los Siete tienen la capacidad de captar las transmisiones eléctricas que lanzan los ángeles. Mientras más humanos haya, más diluidas y difusas serán las transmisiones
-¿Entonces a dónde nos llevarán…China? – preguntó Peter
-De hecho, a un lugar más cerca a casa
-No lo entiendo – dije, frunciendo el ceño
-Piensa en ello – dijo Gas – Si las circunstancias fueran normales, ¿en dónde estarían ustedes dos?
-¿En casa? – pregunté
-Piensa más – urgió Gas - ¿A dónde planea ir Cande este otoño?
-¿Cómo podríamos saberlo? – preguntó Peter, irritado
-Espera – dije, tocando su mano – Cande va a ir a…..a la universidad
-¿Estás bromeando, verdad? – dijo Peter, sentándose derecho - ¿Quieres que vayamos a la universidad?
-Los Siete nunca se lo imaginarán – dijo Rochi – Estarán en frente de sus narices y ellos ni siquiera lo sabrán
-¿Están seguros de esto? – preguntó Peter
-No usarán sus verdaderos nombres – dijo Gas – De esa forma no podrán rastrearlos tan fácilmente
-Esto será como empezar una nueva vida – dije, empezando a sentir la emoción – Podemos ser quién queramos ser
-Pensé que la universidad esperaría por un tiempo – dijo Peter, hablando como si alguien le hubiese devuelto parte de su vida
-Bueno, no se emocionen mucho. Quién sabe cuánto tiempo podrán quedarse
-Supongo que viviremos el día a día – dijo Peter
-¿Importa a dónde vamos? – le pregunté a Rochi
-¿Por qué no ir a dónde ustedes planearon antes de que nos metiéramos en problemas?

Ir a la universidad aún era una fantasía en mi cabeza, como un mundo perfecto que nunca podría alcanzar. En mi mente significaba todo lo que yo amaba sobre el mundo humano. Nunca había pensando que sería tan afortunada de experimentar aquello.

-Bueno entonces – dije – Supongo que iremos a Oxford

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