domingo, 4 de noviembre de 2012

Heaven: Capítulo XX

Nicolás

Gastón ni siquiera peleó o se inmutó. Fue horrible ver. Mi hermano, estaba arrodillado, sucumbiendo ante el deseo de los demonios. Las criaturas disfrutaron de la mutilación, quitando completamente sus alas, mordiendo, mientras caía la sangre. Gas mantuvo sus ojos cerrados, pero el color de su cara empezó a desvanecerse, así como aparecieron círculos negros debajo de sus ojos. Debe de haber sido doloroso, y horrible para él, pero Gas se rehusaba a demostrarles eso a ellos. Sus labios se movían silenciosamente y supe que estaba rezando para obtener fuerza.

Rochi estaba paralizada, las lágrimas cayendo por sus suaves mejillas. Gas había sido su compañero por años, su lazo era inquebrantable y profundo. Me acerqué y tomé su mano, sin decir nada. Luego, agaché la cabeza y empecé a rezar. Fue ahí cuando escuché el sonido de un auto estacionándose. La puerta de la entrada se abrió de golpe y se escucharon pisadas en el pasillo. El hombre que apareció en el sótano no se parecía nada a un ángel, aunque sabía que era uno.

-Nicolás – susurró Rochi

Aunque estaba fuera de su carácter, ella corrió y enterró su rostro en su pecho.

-Gracias a Dios que estás aquí
-Bueno, esta fiesta apesta – dijo él, apartándose apenas – No puedo creer que dejé un crucero por el Nilo por esto

No pude descifrar si estaba bromeando hasta que me guiñó el ojo. Los demonios dejaron de triturar y se congelaron. Nicolás los apunto con un dedo, sonriendo, y recitó un par de palabras rutinarias. Ellos se desintegraron violetamente ante nuestros ojos. Rochi aprovechó para correr al lado de Gas, quién se veía al borde del desmayo. Sus manos empezaron a trabajar, intentando curar sus heridas. Peter estaba recostado en la cama, sin emoción alguna. ¿Lucifer lo había dejado?

Nicolás se acercó a mí con una mano extendida.

-Qué bueno que finalmente te conozco, Mariana
-Igualmente – dije, sacudiendo su mano
-Me he enterado de que eres un poco rebelde
-Supongo que eso es cierto – murmuré
-Eres más hermosa de lo que imaginaba
-Eh…gracias – dije – Pero realmente..
-Espera, espera, tengo uno – interrumpió – Alguien debería llamar a Dios. ¡Porque al Cielo le falta un ángel!

Empezó a reírse solo.

-¿Qué? – demandé
-Encontré un libro – explicó – Las mejores cien líneas de chistes
-¿Sabes que Peter y yo nos casamos? – entrecerré mis ojos
-¿Cómo te va con ello?
-¿Por favor, podemos concentrarnos? – dije – Peter está poseído por si no te has dado cuenta
-Sabes cuál es la mejor manera de hacer desaparecer a un demonio, ¿verdad? – preguntó serio

Rochi rodó sus ojos mientras yo sacudía mi cabeza.

-¡Exorciza un montón!
-Está bien, Lali. Él es famoso por hacer malos chistes – dijo Rochi – Aún estamos esperando a que crezca
-Y como Peter Pan, espero evadir eso a toda costa

La idea de un arcángel con sentido del humor no encajaba.  Y no estaba de humor para bromas.

-¿Puedes ayudarnos o no?
-Claro que puedo. Tengo un botín
-Genial – murmuré – Lo que sea que eso signifique
-Lo que significa, es que tus hermanos están bajos de poder. Pero no te preocupes, yo estoy completamente cargado
-¿Y estás seguro de lo que estás haciendo? – pregunté
-Confía en mí – me guiñó el ojo – Soy un doctor

Finalmente Nicolás enfocó su atención en la tarea y gravitó con interés hacia la cama.

-Lucifer, ¿qué hay amigo?

Parpadeé ante la sorpresa, sin poder creer la forma en que hablaba. Los ojos de Peter se abrieron y sonrió.

-¿No me digas que estás recargado?
-¿Sorprendido?
-Un poco – admitió - ¿Acaso no estás tomando un riesgo al verte envuelto en esto?
-Ah, bueno – suspiró - ¿Qué es la vida sin un par de riesgos?
-No necesitas decírmelo – dijo Lucifer
-Como sea – Nicolás juntó sus manos – Me encantaría quedarme y conversar, pero creo que debemos cortar esto

Lucifer alzó una ceja.

-Adelante

Peter empezó a curvar su cuerpo. Las venas de su cuello pulsaron y se expandieron mientras era atacado por una tos. Esperamos a que aquello pasara. Los ojos de Peter rodaron hacia atrás y empezó a moverse. Una pequeña sombra apareció en sus labios.

-¡Abandona este tiempo de Dios! – dijo Nicolás – Te ordeno en nombre del Creador, que abandones este niño de Dios. Abandona, Seductor de Hombres, Corruptor de Naciones, Príncipe de la Oscuridad

Finalmente, Peter dejó de toser y retorcerse. ¿Esto significaba que habíamos ganado? Pero luego, empezó a toser de nuevo y diferente. Luego noté que intentaba botar algo. Su boca se abrió grande y algo largo y oscuro empezó a emerger. Era como negro y fogoso. Me tomó un instante darme cuenta de que era una serpiente y salía del cuerpo de Peter. En pocos segundos, explotó, convirtiéndose en la nada misma.

-¿Lali?

La voz que rompió el silencio era rasposa pero no había duda de que era Peter. Me arrodillé a su lado y presioné mi rostro en su cuello.

-Estoy aquí, amor. Se acabó, se acabó
-¿Lo hicimos?
-Te dije que lo haríamos

Empecé a reír y llorar de alivio. Rochi le trajo un vaso de agua. Él le agradeció y bebió tan rápido que botó un poco de agua. Luego tomó mis manos y las presionó contra su corazón. Nicolás se aclaró la garganta para recordarnos de su presencia. Se veía avergonzado de interrumpir nuestro momento privado.

-Este es Nicolás – le dije – Él salvó nuestras vidas

Ya no había su vida y la mía. Estaban completamente entrelazadas; cuando uno de los dos salía herido, el otro también, como si hubiese muerto.

-Gracias – murmuró Peter
-No lo menciones
-Espera. ¿Nicolás como el arcángel?
-Por supuesto – dijo Nicolás, sonriendo

Mis ojos se enfocaron en las muñecas heridas de Peter. Se veían profundas y la carne viva. Peter saltó apenas cuando toqué la carne viva pero no se apartó. Me enfoqué en enviarle vibraciones de curación y pronto mi mano estaba temblando. Hasta que pude lograr curarle sus heridas.

-Aún tienes el poder – dijo Peter y yo asentí

Movimiento al otro lado de la habitación trajo mi atención. Rochi estaba ayudando a Gas a ponerse de pie. Aún se veía sin balance. Lo vi tambalearse y guardar sus alas antes de que alguien las vea en el estado en que estaban. Su rostro estaba pálido y mantenía su brazo alrededor de los hombros de Rochi, como soporte.

-¿Qué te hizo venir hasta acá? – le preguntó cómo pudo a Nicolás
-Supongo que soy un perdedor por una causa pérdida
-¿Así que no crees que podamos ganar esta pelea? – preguntó Gas
-Lo dudo – Nicolás sonrió – Pero puedes divertirte intentándolo

Gas cerró sus labios y sin decir nada más, se dirigió hacia las escaleras, su brazo aún alrededor de los hombros de Rochi. Ayudé a Peter a salir de la cama y Nicolás nos miró, una sonrisa en sus labios, pero tristeza en sus ojos. 

3 comentarios:

  1. Lo que me estas haciendo sufrir con esta novela no tiene nombre! Espero una muy buena recompensa por tanto sufrimiento más!! Me encanta!

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  2. aiiiiiiii, por fin volvio peterrr! pobre gas :( espero que todo este bien, subi massss :)
    @mikamilone

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