José y su grupo se fueron momentos
después, prometiéndome que me encontrarían cuando fuera el tiempo. No dijeron
exactamente cuánto tiempo sería. Emily aún estaba a mi lado, aunque casi ni
notaba su presencia. Me hizo recordarla cuando se aclaró la garganta. La miré,
intentando buscar la mejor manera de deshacerme de ella de manera educada.
Necesitaba tiempo a solas para prepararme mentalmente para lo que vendría.
Emily pareció leer mi mente.
-¿Es el momento de irme? –
preguntó
Sonreí apenas, no queriendo ser
mal agradecida por ayudarme.
-Lo siento. Creo que necesito
tiempo a solas
-Eso está bien – sonrió - ¿Hay
algo más que pueda hacer?
-Sólo mantén a Peter a salvo hasta
que regrese
-Haré lo mejor que pueda – dijo
Emily
-Gracias. Y gracias por ayudarme.
No podría haberlo hecho sin ti
-Fue bueno finalmente conocerte –
agregó – No eres tan mala como pensé – se detuvo y mantuvo su mirada - ¿Me
harías un favor cuando llegues a casa?
-Claro
-¿Puedes decirle a Peter que estoy
bien? – parpadeé ante la sorpresa – Todo este tiempo él se ha culpado a sí
mismo por lo que me pasó. Sólo quiero que su mente descase.
Asentí sin decir nada. Emily me
dio un abrazo incómodo y luego se volteó para irse. Ambas nos congelamos ante
el sonido de los tacos golpeando contra la madera. El pasillo se formó en el
aire antes de que podamos hacer algo.
Cuando Eva apareció, le dio una
mirada larga a Emily antes de moverse hacia mí. Cruzó sus brazos sobre su
pecho, mirándome sospechosamente.
-¿Te gustaría decirme dónde has
estado? – su tono sonaba como una profesora que regañaba a sus alumnos
-Nada en particular – dije – Pensé
que estarías feliz de verme pasear
-Estás en un estado bastante
frágil – dijo – Y sucede que yo soy responsable por ti
Mi boca se torció en una boca
mientras intentaba controlar mis palabras de insulto. Emily me lanzó una mirada
de advertencia.
-No culpes a Lali, señora – dijo
ella – Fue mi culpa
Eva la miró, dándole importancia
por primera vez desde que llegó.
-¿Emily, verdad? Tal vez puedas
decirme qué está pasando
-No hay mucho qué decir – Emily
era la figura de la inocencia – Fuimos a ver a Vico. Él y Lali son viejos
amigos
-¿Por qué, puedo preguntar?
-Pensé que él podía ayudar – dijo
Emily – Ya sabes, que Lali recuerde cómo solían ser las cosas
-Bueno, eso es bastante
considerado – dijo Eva, empezando a relajarse y a agradecer a Emily “por
ayudarla” con su trabajo – Pero debiste haberme dicho primero
-Lo siento – Emily agachó su
cabeza, como un perro perdido – No me di cuenta
-No importa – dijo Eva, con tono
suave – Sólo que no vuelva a suceder
Volteó su atención a mí, sus ojos
negros llenos de interés.
-¿Entonces, cómo te fue?
-Fue bueno ver a Vico de nuevo –
dije, intentando fingir – Creo que ayudó. Él me hizo recordar lo reconfortante
que puede ser un mentor
-¡Bien! – exclamó Eva
-¿Estaría bien si lo visitamos de
vez en cuando? – preguntó Emily, abriendo sus ojos y mirando tristemente,
siendo imposible decirle que no
-Bueno… - empezó Eva – Es bastante
ortodoxo, pero supongo que no hará ningún daño
-Gracias, señora – Emily le sonrió
-Así qué Mariana…¿dices que puedes
trabajar de nuevo?
-Eso creo – dije, siguiendo el
juego – Esa es la meta. Quiero ponerme bien y extraño mi antigua vida
Era una gran mentira, pero Eva no
lo notó.
-¿Y el que dices que es tu esposo?
– siguió - ¿Con el que crees que no puedes seguir viviendo?
De pronto me sentí enojada. ¿Cómo
podía traer a Peter al tema? No tenía derecho a hablar sobre él. Además, podía
mentir sobre un montón de cosas, pero, ¿sobre él? No se sentía bien. Pero, me
recordé a mí misma que estaba haciendo esto por
él. Si necesitaba mentir, engañar y robar mi camino de regreso a la tierra,
lo haría.
No podía mirar fijamente a Eva así
que miré al suelo.
-Él es un simple humano
-¿En serio? – Eva alzó una ceja
-Bueno, siempre lo amaré – dije,
incómoda – Pero veo ahora que está mal que estemos juntos. Necesito dejarlo a
solas para que continúe con su vida y yo siga con la mía
Hubo un silencio mientras Eva me
observaba. Luego rió. Al principio miré alrededor a ver quién se nos había
unido. Pero era Eva quién estaba riendo, mientras aplaudía.
-Ustedes deben de creer que nací
ayer
-¿Perdón?
-Buen intento, pero el juego se ha
terminado – apuntó un dedo a Emily, mirándola – Esta pequeña actriz. No sé qué
clase de plan estás tramando, pero se termina ahora
-No estamos tramando nada – dije,
enojada – Te estás imaginando cosas
Eva rió.
-De acuerdo, Mariana, lo que tú
digas – siseó – Pero, desde ahora en adelante, estarás bajo supervisión. Voy a
encerrarte, nadie va a entrar y nadie va a salir, ¿me entiendes? Lo he
intentado – dijo, con tono duro – Dios sabe que lo he hecho. Pero hay mejores
cosas que puedo hacer que monitorear una chiquilla en rehabilitación. Para ser
franca, no me importa. ¿Quieres acabar en la miseria? Bien, sigue adelante. Te
supervisaré en unos pocos años para ver si has cambiado de idea.
-¿Qué? – chillé - ¿!No me puedes
encerrar indefinidamente!
-¿Quién dice que no puedo? ¿Sabes
qué les pasa a las pequeñas tercas que pierden en el intento de escapar de la
adicción de la tierra? – abrió sus ojos con emoción – terminan locas. Las encerramos
hasta que se desvanecen a nada pero en simple polvo y nadie puede recordar sus
nombres. Pero no te preocupes, tú tienes un par de siglos antes de que eso te
suceda.
-¿Por qué me estás diciendo esto
ahora? – grité
-Estaba salvando la mejor parte para
el final – Eva sonrió – Cuando me vaya de aquí, llenaré mi reporte recomendando
soledad por mala estabilidad emocional
-¡Eso es una mentira! – el pánico
recorrió mi cuerpo
Eva buscó un dispositivo en su
bolsillo. Sabía lo que eso significa. Iba a llamar a refuerzos. Tomé unos pasos
hacia adelante, determinada a cambiar su mente, aunque no sabía cómo. Si los
guardias llegaban no había solución. Pero antes de que pueda pensar en algo,
Emily atacó a Eva, lanzándola al suelo. Eva gritó e intentó quitarla de encima.
Yo salté, sorprendida y asustada. Eva
daba miedo, pero cuando se trababa de pelear físicamente, Emily le llevaba más
que ventaja.
-¡Escapa de aquí, Lali! - chilló
Emily - ¿Qué esperas?
-Pero… - dudé - ¿Estarás bien?
-No te preocupes, sé cuidar de mí
misma
-¡Insolente niña! – gritó Eva –
Vas a arrepentirte de esto. Una vez que termine contigo..
-Gracias Emily – murmuré
-Puedes llamarme Em – replicó –
Todos mis amigos lo hacen
Es una ironía que eva sea quien impone el orden, cuando se supone que ella fue la que nos condeno a la vida fuera del paraíso. Emily un amor! Más me encana!
ResponderEliminaraaaaaaaaaaaaa mas tier em <3 :)
ResponderEliminarmikaa
no tolero a eva
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