sábado, 24 de noviembre de 2012

Heaven: Capítulo XXXII (Parte 1)

Tormento

José y su grupo se fueron momentos después, prometiéndome que me encontrarían cuando fuera el tiempo. No dijeron exactamente cuánto tiempo sería. Emily aún estaba a mi lado, aunque casi ni notaba su presencia. Me hizo recordarla cuando se aclaró la garganta. La miré, intentando buscar la mejor manera de deshacerme de ella de manera educada. Necesitaba tiempo a solas para prepararme mentalmente para lo que vendría. Emily pareció leer mi mente.

-¿Es el momento de irme? – preguntó

Sonreí apenas, no queriendo ser mal agradecida por ayudarme.

-Lo siento. Creo que necesito tiempo a solas
-Eso está bien – sonrió - ¿Hay algo más que pueda hacer?
-Sólo mantén a Peter a salvo hasta que regrese
-Haré lo mejor que pueda – dijo Emily
-Gracias. Y gracias por ayudarme. No podría haberlo hecho sin ti
-Fue bueno finalmente conocerte – agregó – No eres tan mala como pensé – se detuvo y mantuvo su mirada - ¿Me harías un favor cuando llegues a casa?
-Claro
-¿Puedes decirle a Peter que estoy bien? – parpadeé ante la sorpresa – Todo este tiempo él se ha culpado a sí mismo por lo que me pasó. Sólo quiero que su mente descase.

Asentí sin decir nada. Emily me dio un abrazo incómodo y luego se volteó para irse. Ambas nos congelamos ante el sonido de los tacos golpeando contra la madera. El pasillo se formó en el aire antes de que podamos hacer algo.

Cuando Eva apareció, le dio una mirada larga a Emily antes de moverse hacia mí. Cruzó sus brazos sobre su pecho, mirándome sospechosamente.

-¿Te gustaría decirme dónde has estado? – su tono sonaba como una profesora que regañaba a sus alumnos
-Nada en particular – dije – Pensé que estarías feliz de verme pasear
-Estás en un estado bastante frágil – dijo – Y sucede que yo soy responsable por ti

Mi boca se torció en una boca mientras intentaba controlar mis palabras de insulto. Emily me lanzó una mirada de advertencia.

-No culpes a Lali, señora – dijo ella – Fue mi culpa

Eva la miró, dándole importancia por primera vez desde que llegó.

-¿Emily, verdad? Tal vez puedas decirme qué está pasando
-No hay mucho qué decir – Emily era la figura de la inocencia – Fuimos a ver a Vico. Él y Lali son viejos amigos
-¿Por qué, puedo preguntar?
-Pensé que él podía ayudar – dijo Emily – Ya sabes, que Lali recuerde cómo solían ser las cosas
-Bueno, eso es bastante considerado – dijo Eva, empezando a relajarse y a agradecer a Emily “por ayudarla” con su trabajo – Pero debiste haberme dicho primero
-Lo siento – Emily agachó su cabeza, como un perro perdido – No me di cuenta
-No importa – dijo Eva, con tono suave – Sólo que no vuelva a suceder

Volteó su atención a mí, sus ojos negros llenos de interés.

-¿Entonces, cómo te fue?
-Fue bueno ver a Vico de nuevo – dije, intentando fingir – Creo que ayudó. Él me hizo recordar lo reconfortante que puede ser un mentor
-¡Bien! – exclamó Eva
-¿Estaría bien si lo visitamos de vez en cuando? – preguntó Emily, abriendo sus ojos y mirando tristemente, siendo imposible decirle que no
-Bueno… - empezó Eva – Es bastante ortodoxo, pero supongo que no hará ningún daño
-Gracias, señora – Emily le sonrió
-Así qué Mariana…¿dices que puedes trabajar de nuevo?
-Eso creo – dije, siguiendo el juego – Esa es la meta. Quiero ponerme bien y extraño mi antigua vida

Era una gran mentira, pero Eva no lo notó.

-¿Y el que dices que es tu esposo? – siguió - ¿Con el que crees que no puedes seguir viviendo?

De pronto me sentí enojada. ¿Cómo podía traer a Peter al tema? No tenía derecho a hablar sobre él. Además, podía mentir sobre un montón de cosas, pero, ¿sobre él? No se sentía bien. Pero, me recordé a mí misma que estaba haciendo esto por él. Si necesitaba mentir, engañar y robar mi camino de regreso a la tierra, lo haría.

No podía mirar fijamente a Eva así que miré al suelo.

-Él es un simple humano
-¿En serio? – Eva alzó una ceja
-Bueno, siempre lo amaré – dije, incómoda – Pero veo ahora que está mal que estemos juntos. Necesito dejarlo a solas para que continúe con su vida y yo siga con la mía

Hubo un silencio mientras Eva me observaba. Luego rió. Al principio miré alrededor a ver quién se nos había unido. Pero era Eva quién estaba riendo, mientras aplaudía.

-Ustedes deben de creer que nací ayer
-¿Perdón?
-Buen intento, pero el juego se ha terminado – apuntó un dedo a Emily, mirándola – Esta pequeña actriz. No sé qué clase de plan estás tramando, pero se termina ahora
-No estamos tramando nada – dije, enojada – Te estás imaginando cosas

Eva rió.

-De acuerdo, Mariana, lo que tú digas – siseó – Pero, desde ahora en adelante, estarás bajo supervisión. Voy a encerrarte, nadie va a entrar y nadie va a salir, ¿me entiendes? Lo he intentado – dijo, con tono duro – Dios sabe que lo he hecho. Pero hay mejores cosas que puedo hacer que monitorear una chiquilla en rehabilitación. Para ser franca, no me importa. ¿Quieres acabar en la miseria? Bien, sigue adelante. Te supervisaré en unos pocos años para ver si has cambiado de idea.
-¿Qué? – chillé - ¿!No me puedes encerrar indefinidamente!
-¿Quién dice que no puedo? ¿Sabes qué les pasa a las pequeñas tercas que pierden en el intento de escapar de la adicción de la tierra? – abrió sus ojos con emoción – terminan locas. Las encerramos hasta que se desvanecen a nada pero en simple polvo y nadie puede recordar sus nombres. Pero no te preocupes, tú tienes un par de siglos antes de que eso te suceda.
-¿Por qué me estás diciendo esto ahora? – grité
-Estaba salvando la mejor parte para el final – Eva sonrió – Cuando me vaya de aquí, llenaré mi reporte recomendando soledad por mala estabilidad emocional
-¡Eso es una mentira! – el pánico recorrió mi cuerpo

Eva buscó un dispositivo en su bolsillo. Sabía lo que eso significa. Iba a llamar a refuerzos. Tomé unos pasos hacia adelante, determinada a cambiar su mente, aunque no sabía cómo. Si los guardias llegaban no había solución. Pero antes de que pueda pensar en algo, Emily atacó a Eva, lanzándola al suelo. Eva gritó e intentó quitarla de encima. Yo salté, sorprendida y asustada.  Eva daba miedo, pero cuando se trababa de pelear físicamente, Emily le llevaba más que ventaja.

-¡Escapa de aquí, Lali! - chilló Emily - ¿Qué esperas?
-Pero… - dudé - ¿Estarás bien?
-No te preocupes, sé cuidar de mí misma
-¡Insolente niña! – gritó Eva – Vas a arrepentirte de esto. Una vez que termine contigo..
-Gracias Emily – murmuré
-Puedes llamarme Em – replicó – Todos mis amigos lo hacen

3 comentarios:

  1. Es una ironía que eva sea quien impone el orden, cuando se supone que ella fue la que nos condeno a la vida fuera del paraíso. Emily un amor! Más me encana!

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  2. aaaaaaaaaaaaa mas tier em <3 :)
    mikaa

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