Cande aún estaba asustada por la
escena en la capilla, e incluso la ayuda de Gastón no era suficiente para que
deje de temblar.
-Está bien, Cande – Gas se inclinó
para susurrarle – Se ha terminado. Gero no te volverá a lastimar
-Cande, tal vez deberías quedarte
con nosotros por un tiempo – sugerí – Hasta que las cosas se estabilicen
-Buena idea – acordó Gas – No me
gusta la idea de que se quede sola ahora
-Gracias – dijo Cande – Lo siento
por haber sido tan estúpida con todo
-No es tu culpa – dijo Peter –
Todos juzgamos mal a las personas
-Yo lo ha arruinado peor que tú –
agregué – Una vez pensé que Benjamín simplemente necesitaba a una amiga
Peter envolvió un brazo alrededor
de mi hombro, como si quisiera borrar esos feos recuerdos de mi pasado.
***
Durante el camino a casa, mis
hermanos pensaron que lo mejor sería volver a Venus Cove. No tenía sentido
seguir escapando, no cuando los Siete ya
sabían nuestro rastro. Regresar a nuestro pueblo de siempre fue reconfortante.
Todo estaba igual y olía maravilloso. Gastón decidió que lo mejor era pasar
desapercibidos para que los vecinos no hagan preguntas sobre nosotros, así que
preferimos quedarnos en un hotel. Así que Peter y yo ofrecimos parar en una
farmacia a comprar un par de cepillos de dientes y otras cosas esenciales. Gas,
Cande y Rochi prefirieron caminar por las calles, intentando disipar sus
pensamientos.
Peter condujo hasta la farmacia
más cercana y una vez adentro, empezamos a llenar nuestra carretilla de cosas.
Cuando terminaos, Peter condujo por la avenida principal. Sabía que estaba
pensando cuando se estacionó fuera de “Amorcitos”.
-¿Te gusta la idea de traer viejos
recuerdos? – preguntó
Lo miré y recordé nuestra primera
cita. Nada había cambiado. El lugar estaba igual, con los autos afuera y un
grupo de gente charlando afuera. El chico a mi lado tampoco había cambiado, su
cabello marrón y sus ojos verdes profundos. Sólo que ahora se veía más sabio y
más maduro.
-¿Crees que sea una buena idea? –
pregunté
-No tardaremos
Entramos a la cafetería y estaba
igual por dentro. Sólo había nuevas caras en las mesas, compartiendo gaseosas o
postres. Mucho tiempo había pasado desde que vine por primera vez. Cande y su
grupo ya no estaba. No reconocía a nadie, nuestros compañeros de colegio se
habían mudado a diferentes universidades de diferentes países. Ya no
pertenecíamos aquí.
-¿Es sólo yo o…? – empezó Peter
-Nop – tomé su mano – Esto es
raro. Me siento vieja
Caminamos hacia nuestra antigua
mesa, pero la encontramos ya ocupada.
-Ey, querido, ¡después de tiempo! –
era una de las antiguas meseras, reconociendo a Peter – Siempre es lindo ver
cuando los chicos del colegio regresan
-Ey – dijo Peter, sonriendo –
Extrañaba este lugar
-Y también te extraña a ti – le guiñó
el ojo – Tu familia sobre todo
Aquello fue suficiente para que
ambos suspiremos hondamente. Tomamos una bebida rápidamente y n nos dirigimos
hacia la casa de Peter. Cuando la mamá de Peter abrió la puerta, casi se queda
sin aliento. Se quedó rígida, sus ojos enfocados en Peter.
-¿Mamá? – dijo él
Ella salió y cogió el brazo de su
hijo, aún sin habla. Luego salió el papá de Peter para ver qué sucedía y se quedó
sin aliento antes de sonreír.
-No te preocupes por tu madre –
dijo – Vamos adentro. Querida, ¿por qué no les preparas un té?
Aún mirándonos, la mamá de Peter
se alejó mecánicamente para dejarnos entrar. Nos sentamos en uno de los sofás
en la sala de estar. Estaba muy nerviosa como para hacer contacto con
cualquiera.
-Pensamos que nunca te veríamos de
nuevo – dijo la mamá de Peter, limpiándose las lágrimas – He rezado por ti cada
día. Rezando para que estés bien y que vuelvas a casa
-Lo sé, mama. Lo siento mucho
-¿En dónde exactamente has… -
empezó su mamá, pero su padre la detuvo como diciendo que no era el momento
-Todo lo que importa es que estás
aquí – dijo su papá - ¿Has comido? ¿Puedo ayudarte en algo?
-Estamos bien
-¿Y están a salvo?
-Sí. Y quiero que sepan, que nunca
quise hacerles daño...
Esperé a que la mamá de Peter
responda, pero ella se había silenciado de nuevo. Peter siguió su mirada
mientras se colocaba lentamente en mi diamante que estaba usando en mi dedo
medio – el anillo antiguo de su madre.
-Mamá, papá, hay algo que deben
saber – dijo Peter
-Oh dios mío – Claudia cubrió su
boca con sus manos – No, no puede ser cierto
-No enloquezcas. Sé que no
esperaban esto
-¿Se casaron? ¿Mi hijo está
casado?
-Queríamos decirte – dijo Peter –
Pero no hubo tiempo
Por primera vez en la noche,
Claudia me miró.
-¿Estás embarazada? ¿Eso es lo que
pasa aquí?
-¡No! – exclamé, enrojeciendo –
Nada como eso
-Entonces, ¿por qué? ¿Por qué no
nos dijeron?
-Estoy seguro que tienen razones –
dijo el papá de Peter
Me sorprendió cómo estaba llevando
esto el papá de Peter. Seguro tenía miles de preguntas, pero intentaba que todo
salga tranquilo. Se puso de pie y sacudió la mano de Peter.
-Felicitaciones, hijo – dijo,
antes de alzarme y abrazarme – Bienvenida a la familia, Lali. Estamos
orgullosos de llamarte como una de los Lanzani
-Eh…gracias
La calidez de la mano de Peter,
buscando la mía, era todo lo que necesitaba para dejar mis nervios atrás. Era
la esposa de Peter ahora, parte de él ahora, de su familia. Finalmente sentía
que pertenecía a algún lado y nada iba a cambiar eso.
-Necesitamos celebrar con un poco
de champagne – dijo el papá de Peter
-Papá, no podemos quedarnos
-¡Pero acaban de llegar! – dijo Claudia
-Volveremos apenas podamos
-No me gusta esto – dijo Claudia –
No me gustan todos estos secretos. ¿Qué sucede? ¿Por qué no nos dicen para
ayudarlos?
-Ambos significan todo para mí –
dijo Peter – Y siempre confío en ustedes. Pero, Lali y yo tenemos que lidiar con
esto por nuestra cuenta. Y necesito que confíen en mí. Nunca antes les he
mentido; y nunca los he decepcionado. Sólo confíen en mí, ¿de acuerdo?
Su mamá asintió sin decir nada,
podía ver que nunca entendería por qué su hijo abandonó su casa, pero ella
sabía que no podía discutir con él.
-¿Estarás por la ciudad? –
preguntó ella
-Por ahora, sí
-¿Hay algo que podamos hacer? Si
estás en problemas…conocemos gente…
-No es esa clase de problema, mamá
-¡Debe haber algo! Me siento tan
inútil
-Si hay algo…mantente a salvo –
dijo, besando la cabeza de su madre
bueno al menos ya vio a su familia q tanto extrañaba. Yo sabia q gero tenia gato encerrado, q pibe mas loco por dios.
ResponderEliminarHay saltos en la historia q me dejan como volando. jajajaj debe ser por la traduccion me imagino. pero mil gracias por hacerla
De apoco todo va volviendo a la normalidad, el padre de peter algo sabe no??? por la reacción que tiene digo!! Me encanta más!
ResponderEliminaraaaaaaai, por fin ve a la familia, bueniiiiiis, quiero mas mas mas, quiero saber q va a pasarrr
ResponderEliminar@mikamilone
Me encanta tu novela, me atrapo desde el momento en que leí el prólogo. Buenísima, n beso
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