domingo, 11 de noviembre de 2012

Heaven: Capítulo XXVI

Llévame a casa

Cande aún estaba asustada por la escena en la capilla, e incluso la ayuda de Gastón no era suficiente para que deje de temblar.

-Está bien, Cande – Gas se inclinó para susurrarle – Se ha terminado. Gero no te volverá a lastimar
-Cande, tal vez deberías quedarte con nosotros por un tiempo – sugerí – Hasta que las cosas se estabilicen
-Buena idea – acordó Gas – No me gusta la idea de que se quede sola ahora
-Gracias – dijo Cande – Lo siento por haber sido tan estúpida con todo
-No es tu culpa – dijo Peter – Todos juzgamos mal a las personas
-Yo lo ha arruinado peor que tú – agregué – Una vez pensé que Benjamín simplemente necesitaba a una amiga

Peter envolvió un brazo alrededor de mi hombro, como si quisiera borrar esos feos recuerdos de mi pasado.

***

Durante el camino a casa, mis hermanos pensaron que lo mejor sería volver a Venus Cove. No tenía sentido seguir escapando,  no cuando los Siete ya sabían nuestro rastro. Regresar a nuestro pueblo de siempre fue reconfortante. Todo estaba igual y olía maravilloso. Gastón decidió que lo mejor era pasar desapercibidos para que los vecinos no hagan preguntas sobre nosotros, así que preferimos quedarnos en un hotel. Así que Peter y yo ofrecimos parar en una farmacia a comprar un par de cepillos de dientes y otras cosas esenciales. Gas, Cande y Rochi prefirieron caminar por las calles, intentando disipar sus pensamientos.

Peter condujo hasta la farmacia más cercana y una vez adentro, empezamos a llenar nuestra carretilla de cosas. Cuando terminaos, Peter condujo por la avenida principal. Sabía que estaba pensando cuando se estacionó fuera de “Amorcitos”.

-¿Te gusta la idea de traer viejos recuerdos? – preguntó

Lo miré y recordé nuestra primera cita. Nada había cambiado. El lugar estaba igual, con los autos afuera y un grupo de gente charlando afuera. El chico a mi lado tampoco había cambiado, su cabello marrón y sus ojos verdes profundos. Sólo que ahora se veía más sabio y más maduro.

-¿Crees que sea una buena idea? – pregunté
-No tardaremos

Entramos a la cafetería y estaba igual por dentro. Sólo había nuevas caras en las mesas, compartiendo gaseosas o postres. Mucho tiempo había pasado desde que vine por primera vez. Cande y su grupo ya no estaba. No reconocía a nadie, nuestros compañeros de colegio se habían mudado a diferentes universidades de diferentes países. Ya no pertenecíamos aquí.

-¿Es sólo yo o…? – empezó Peter
-Nop – tomé su mano – Esto es raro. Me siento vieja

Caminamos hacia nuestra antigua mesa, pero la encontramos ya ocupada.

-Ey, querido, ¡después de tiempo! – era una de las antiguas meseras, reconociendo a Peter – Siempre es lindo ver cuando los chicos del colegio regresan
-Ey – dijo Peter, sonriendo – Extrañaba este lugar
-Y también te extraña a ti – le guiñó el ojo – Tu familia sobre todo

Aquello fue suficiente para que ambos suspiremos hondamente. Tomamos una bebida rápidamente y n nos dirigimos hacia la casa de Peter. Cuando la mamá de Peter abrió la puerta, casi se queda sin aliento. Se quedó rígida, sus ojos enfocados en Peter.

-¿Mamá? – dijo él

Ella salió y cogió el brazo de su hijo, aún sin habla. Luego salió el papá de Peter para ver qué sucedía y se quedó sin aliento antes de sonreír.

-No te preocupes por tu madre – dijo – Vamos adentro. Querida, ¿por qué no les preparas un té?

Aún mirándonos, la mamá de Peter se alejó mecánicamente para dejarnos entrar. Nos sentamos en uno de los sofás en la sala de estar. Estaba muy nerviosa como para hacer contacto con cualquiera.

-Pensamos que nunca te veríamos de nuevo – dijo la mamá de Peter, limpiándose las lágrimas – He rezado por ti cada día. Rezando para que estés bien y que vuelvas a casa
-Lo sé, mama. Lo siento mucho
-¿En dónde exactamente has… - empezó su mamá, pero su padre la detuvo como diciendo que no era el momento
-Todo lo que importa es que estás aquí – dijo su papá - ¿Has comido? ¿Puedo ayudarte en algo?
-Estamos bien
-¿Y están a salvo?
-Sí. Y quiero que sepan, que nunca quise hacerles daño...

Esperé a que la mamá de Peter responda, pero ella se había silenciado de nuevo. Peter siguió su mirada mientras se colocaba lentamente en mi diamante que estaba usando en mi dedo medio – el anillo antiguo de su madre.

-Mamá, papá, hay algo que deben saber – dijo Peter
-Oh dios mío – Claudia cubrió su boca con sus manos – No, no puede ser cierto
-No enloquezcas. Sé que no esperaban esto
-¿Se casaron? ¿Mi hijo está casado?
-Queríamos decirte – dijo Peter – Pero no hubo tiempo

Por primera vez en la noche, Claudia me miró.

-¿Estás embarazada? ¿Eso es lo que pasa aquí?
-¡No! – exclamé, enrojeciendo – Nada como eso
-Entonces, ¿por qué? ¿Por qué no nos dijeron?
-Estoy seguro que tienen razones – dijo el papá de Peter

Me sorprendió cómo estaba llevando esto el papá de Peter. Seguro tenía miles de preguntas, pero intentaba que todo salga tranquilo. Se puso de pie y sacudió la mano de Peter.

-Felicitaciones, hijo – dijo, antes de alzarme y abrazarme – Bienvenida a la familia, Lali. Estamos orgullosos de llamarte como una de los Lanzani
-Eh…gracias

La calidez de la mano de Peter, buscando la mía, era todo lo que necesitaba para dejar mis nervios atrás. Era la esposa de Peter ahora, parte de él ahora, de su familia. Finalmente sentía que pertenecía a algún lado y nada iba a cambiar eso.

-Necesitamos celebrar con un poco de champagne – dijo el papá de Peter
-Papá, no podemos quedarnos
-¡Pero acaban de llegar! – dijo Claudia
-Volveremos apenas podamos
-No me gusta esto – dijo Claudia – No me gustan todos estos secretos. ¿Qué sucede? ¿Por qué no nos dicen para ayudarlos?
-Ambos significan todo para mí – dijo Peter – Y siempre confío en ustedes. Pero, Lali y yo tenemos que lidiar con esto por nuestra cuenta. Y necesito que confíen en mí. Nunca antes les he mentido; y nunca los he decepcionado. Sólo confíen en mí, ¿de acuerdo?

Su mamá asintió sin decir nada, podía ver que nunca entendería por qué su hijo abandonó su casa, pero ella sabía que no podía discutir con él.

-¿Estarás por la ciudad? – preguntó ella
-Por ahora, sí
-¿Hay algo que podamos hacer? Si estás en problemas…conocemos gente…
-No es esa clase de problema, mamá
-¡Debe haber algo! Me siento tan inútil
-Si hay algo…mantente a salvo – dijo, besando la cabeza de su madre

4 comentarios:

  1. bueno al menos ya vio a su familia q tanto extrañaba. Yo sabia q gero tenia gato encerrado, q pibe mas loco por dios.
    Hay saltos en la historia q me dejan como volando. jajajaj debe ser por la traduccion me imagino. pero mil gracias por hacerla

    ResponderEliminar
  2. De apoco todo va volviendo a la normalidad, el padre de peter algo sabe no??? por la reacción que tiene digo!! Me encanta más!

    ResponderEliminar
  3. aaaaaaai, por fin ve a la familia, bueniiiiiis, quiero mas mas mas, quiero saber q va a pasarrr
    @mikamilone

    ResponderEliminar
  4. Me encanta tu novela, me atrapo desde el momento en que leí el prólogo. Buenísima, n beso

    ResponderEliminar