No quería escuchar más. Sentí mis
rodillas empezar a temblar y mis manos llenas de sudor. Era un acto de
violación contra mi creación. Los humanos podían acabar con su vida y ser
perdonados, pero para los ángeles era diferente; no podíamos errar. No había
vuelta de regreso del camino que Vico había sugerido.
Mi mente volvió a Gastón y el
sótano de la casa en Oxford. Recordé cómo sus alas arruinadas lo habían
cambiado. Aunque mi cabeza estaba dando vueltas, intenté mantenerme en forma.
Mantuve la imagen del rostro de Peter en mi mente y sentí el temor regresar,
como un vampiro expuesto a la luz.
José. Por un momento vi el nombre
tomar forma y temblar en el aire ante mí como una joya. Vico había dicho ese
nombre con tanta autoridad que casi instantáneamente creí que la ayuda estaba
por venir. Luego vino la frustración y solté un suspiro enojado. ¿Quién diablos
era José? ¿Dónde se supone que lo encontraría?
Caminé lejos de dónde estábamos,
sin mirar hacia atrás. Aún me sentía confusa y enojada, pero había ahora otro
sentimiento: esperanza. Sonreí apenas.
-Bueno, esa fue bastante
información – dijo Emily, mirándome de cerca - ¿Estás bien?
-Estoy bien – dije – Ahora sé que
puedo encontrar una manera de regresar a él…a Peter
-¿Realmente no estás pensando
hacer esto, verdad? ¿Arrancarte las alas?
-No tengo oportunidad
-Ni siquiera sabes si sobrevivirás
-Si no lo hago, entonces al menos
lo habré intentando
Emily agarró mi brazo.
-No hay forma que Peter quisiera
que hagas algo como esto
-Entonces es una suerte que él no
esté aquí para cambiar mi idea
-¿Por qué no estás asustada? –
demandó Emily
-Tú no sabes dónde he estado – le
dije – He visto cosas más oscuras que tus peores pesadillas y ninguna de esas
es más atemorizante que la idea de vivir sin él
-Caray – Emily se veía pensativa –
Realmente lo amas
-Lo hago
-Sabes, hubo momentos en los que
pensé que eras egoísta, acercándote a él cuando sabías que tenías que irte
algún día. ¿Pero, nunca planeaste irte, verdad?
-No – dije, suavemente – Desde el
día en que lo conocí, supe que nunca iba a volver
-Bueno, entonces regresa donde Eva
y convéncela que estás bien. Pide tu antiguo trabajo o algo
-De acuerdo – dije – Lo intentaré
-¿Quieres que vaya contigo? –
preguntó Emily - ¿En caso que la loca cara de gato te esté esperando?
-Gracias – reí – Pero creo que
puedo lidiar con ella
Empecé a caminar por el pasillo
que empezaba a aparecer entre las nubes, pero Emily me agarró por el hombro.
-¡Espera! – gritó
-¿Qué?
-¿Escuchas eso? – siseó
-No escucho nada… - empecé, y
luego me detuve
Había un sonido peculiar que
parecía ir creciendo en el aire, haciéndose más fuerte. ¿Era esto parte del
plan de Eva? ¿Había mandando a un ejército? Emily y yo nos abrazamos mientras
el aire se abría. Y luego, nos estaba jalando hacia este espacio vacío que no
tuvimos ni tiempo para reaccionar. Ambos caímos en un suelo de madera.
-¿Qué diablos…? – dijo Emily,
poniéndose de pie
-No necesitan alarmarse – dijo una
voz
Alzamos la mirada y vimos tres
figuras informalmente vestidas. El hombre más alto dio un paso hacia adelante y
de alguna manera, sabía quién era. De pronto me sentí incómoda, como si hubiera
llegado a una entrevista de trabajo sin traer mi currículum.
José era diferente de cualquier
ángel que había visto. Él tenía cabello marrón ondulado, corto y grueso, y
brillante. Me miró de pies a cabeza, no sorprendido.
-Hola, Mariana
-¿Me conoces?
-Sé de ti
-Así que supongo que Vico te contó
– intenté sonar casual, pero mis manos estaban temblando – Seguro que no pierdes
tiempo
-¿Entonces, qué puedo hacer por
ti? – preguntó José
Era una pregunta estúpida,
obviamente él sabía por qué yo estaba ahí. Pero tal vez era su forma de ponerme
a prueba.
-Vico me dijo que podías ayudarme
– dije
-¿Sí?
-¿Es cierto? ¿Realmente sabes cómo
mandar a alguien de regreso a la tierra?
-Lo sé – replicó
-¿Entonces por qué aún estás aquí?
Suspiró, como si la pregunta lo
decepcionara.
-Si no estuviera, ¿entonces, quién
estaría aquí para divulgar la causa?
-Tal vez podría responder esa
pregunta si supiera cuál es la causa
– dije y José sonrió
-Tú y yo – dijo – Nosotros somos
la causa. Hay ángeles que han tenido experiencias como la tuya
-¿En serio? – estaba intrigada
-Sí. No está bien que nos den
humanidad y luego tomarla. Al menos deberían ofrecernos la oportunidad de
elegir. Por eso peleamos.
-Eso suena…noble – dije
-No es noble. Es práctico. Los
ángeles que han vivido como mortales ya no hacen ángeles decentes
-Entonces…Debes de haber estado en
la tierra alguna vez. ¿Hace cuánto fue?
-Hace muchos milenios atrás
Me miró, con sus ojos negros y
profundos, sin molestarse en decir más.
-¿Cómo era tu vida ahí? – presioné
José cerró sus labios con fuerza y
luego exhaló por su nariz.
-Por un tiempo fue felicidad. Hice
todo en mi poder para quedarme. Me casé..como tú
-¿Qué sucedió?
-No pensé en las consecuencias de
involucrarla a ella en una vida complicada
-Entonces tu esposa….ella debe
estar ahí ahora.
-Lo está. Sólo que en un lugar en
el que no puedo encontrarla. Ese es mi castigo – dijo, con dolor
-Eso es tan cruel.
Se encogió de hombros.
-El Cielo es simplemente…no siempre
es dulce. Pero no estamos aquí para hablar de mi historia. ¿Asumo que quieres
que te ayude a regresar?
-Sí – dije, rápidamente – Por
favor, antes que sea demasiado tarde
-¿Y estás al tanto de lo que se
requiere?
Asentí, un estremecimiento
involuntario corriendo por mi espina dorsal.
-¿Y no tienes miedo? – sacudí mi
cabeza – Cualquiera que sea la experiencia que hayas tomado, te han hecho
fuerte. Igual, quiero que lo pienses cuidadosamente. Ven a verme de nuevo
¿Quería deshacerse de mí? ¿Cómo
había fallado en convencerlo de mi sinceridad? Casi entro en pánico. Podía
sentir las lágrimas juntarse en mis ojos, pero las resistí, mordiéndome el
labio inferior. Si José era mi única oportunidad de volver a Peter, no podía
permitir que se pierda. Enderecé mis hombros y alcé mi mentón.
-No necesito pensarlo. Necesito
que me ayude ahora.
-Lo siento – yo no ayudo a
personas que toman decisiones apresuradas
-¡Entonces no me ayudes!
¿Cómo podía juzgar a personas que
acaba de conocer? Él no sabía nada de mí ni de Peter. Me volteé, para alejarme
de él. No podía recordar otro momento en el que me sintiera tan sola como
ahora.
-Me haré cargo de mí misma. ¡Todo
por mi cuenta!
-Habrá un dolor terrible – dijo
José y eso me detuvo – Dolor inimaginable que nosotros no tenemos idea
Me volteé lentamente para
enfrentarlo y esta vez no dejé su mirada.
-Estoy preparada para ello
-¿Y no tienes preguntas?
-Sólo una. ¿Funcionará?
-Lo que te suceda después está lejos
de mi control
-¿Pero es la mejor opción?
-Sí
-¿Y hay ángeles viviendo como
humanos ahora?
-Sólo los que sobrevivieron la
transición. Si no funciona, no será bonito. El trauma físico puede ser fatal.
Si no te transformas terminarás hecha un desastre
-Define desastre
-Estarás en la tierra pero en una
especie de estado paralizado, sin mucho uso para nadie
Ese era el castigo más doloroso
que pudiese imaginar. Para estar en la tierra y vivir como un recuerdo de mis
amados…no podía haber algo peor.
-¿Aún quieres proceder?
Tragué el nudo en la garganta.
-Sí
-Prepárate – dijo José –
Regresaremos
-¿A dónde iremos?
-A las regiones más lejanas del
Cielo dónde no seremos interrumpidos
ay por dios de solo pensar en el dolor me da algo.
ResponderEliminarpero si deja de ser angel va poder seguir de hermana se rochi y gaston?
mmmmmmmmmmmmm que feooooooo, quiero que peter se enteree
ResponderEliminarAY!! ya me duele ami que haya otra solución !! Más me encanta!
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