Me despierto cuando alguien abre
las cortinas, y esto es lo que veo: el padre de Peter, con su espalda hacia mí,
mirando a través de la ventana.
- Levántate hijo – dice – las
vacas no se van a alimentar solas
Luego se voltea y me ve. Su boca
se abre de golpe, la mía ya está abierta y por unos segundos no respiro. Peter
murmura algo, luego se voltea y quita la sábana que me cubre. Inmediatamente
cojo la sábana de nuevo para taparne. Gracias a Dios sigo usando mis jeans,
sino se hubiese visto muy feo. Igual se ve horrible.
- Eh – digo, pero mi mente está en
blanco
Sacudo a Peter, fuerte, aún más
fuerte cuando no responde.
- No pueden ser las seis y treinta
tan rápido – gruñe
- Pues sí lo es – digo
De pronto, se levanta de un
salto. Ahora los tres nos miramos. Después de unos segundos, el padre de Peter
cierra su boca y sale de la habitación, cerrando la puerta de un golpe. Tomo mi
blusa y me la pongo, antes de buscar mis zapatos con pánico.
- ¡Mierda! – susurra Peter
- ¿Quieres que me quede y
explique? – pregunto
- No – dice – no, no hagas eso.
Deberías…sólo…irte – abro la ventana
- Lo siento, no esperaba quedarme
dormida
- Yo no lo siento – se pone de pie
y se acerca, dándome un dulce beso - ¿está bien? – dice, sosteniendo mi rostro
entre sus manos – no lo siento. Valió la pena
- Está bien
- Es hermoso el haberte conocido
Mar – dice –reza por mí, ¿está bien? – sonríe – porque estoy casi seguro que
mis padres me van a matar
Cuando llego a casa, todo
empeora. La ventana de mi habitación está cerrada. Genial. Ingreso por la
puerta de emergencia y la cierro suavemente. Mi madre trabaja hasta la noche,
así que en estos días está durmiendo hasta tarde. Encuentro a Stefano tomando
un jugo de naranja en la cocina.
- Uy – dice cuando me ve – estás
en problemas
- ¿Qué debo hacer? – pregunto
- Deberías de tener una buena
excusa. Y tal vez…deberías de llorar. ¿Eso hacen las chicas, verdad? Y
probablemente te castiguen
- Gracias – digo – ayudas mucho
- Ah y Mar – dice cuando empiezo a
subir las escaleras en puntas de pie – tu blusa está puesta al revés
Me sorprendo cuando llego hasta
la habitación y logro lavarme la cara, peinar mi cabello y empezar a pensar que
todo estará bien. Pero luego salgo del baño y veo a mi madre. Y se ve muy enojada.
- Así que.. – empieza, con sus
brazos cruzados contra el pecho – la mamá de Peter llamó hace unos minutos. Me
preguntó si sabía dónde estaba mi hija, porque la última vez que chequeó tú
estabas en la cama de su hijo
- Lo siento mucho. Fui a ver a Peter
y me quedé dormida
- Mar – se detiene, tomando un
gran respiro – no voy a hacer esto. No puedo
- No pasó nada – digo
Tose y me da una mirada como
diciendo “No soy tonta”.
- Bueno, algo casi pasa. Pero al
final me quedé dormida. Eso es todo.
- Y eso te hace sentir mucho mejor
– dice, sarcásticamente – algo casi pasa, pero no. Genial. Increíble. Estoy
aliviada – sacude su cabeza – no quiero escuchar nada sobre anoche. Terminamos
con esto, pequeña. Vas a tener que quedarte aquí, en tu propia cama, en tu
propia casa, cada noche. ¿Me entiendes? Y – continúa cuando no respondo – tú y
Peter no se van a ver más
- ¿Qué?
- No vas a quedarte a solas con él
- ¿Por cuánto tiempo? – digo, casi
sin aliento
- No lo sé. Hasta saber qué hacer
contigo. Creo que he sido muy generosa, considerando lo que has hecho
- ¿Qué he hecho? No estamos en el
año 1990, mamá
- Créeme, lo sé – dice
- Ma, tengo que seguir viendo a
Peter – suspira
- ¿En serio vas a obligarme a
decir que esta es mi casa y son mis reglas?
- ¿En serio vas a hacer que me
mude de casa para hacer lo que quiera con mi vida? Porque lo haré – suelto de
pronto, es una tontería no tengo a dónde ir
- Si hace falta – dice suavemente
Y con eso, mis ojos se llenan de
lágrimas. Sé que tiene razón en estar enojada, pero no me importa. Empiezo a
gritar cosas que he deseado decir por meses. ¿Por qué quieres que sea así? ¿Por
qué no te importa Peter? ¿No puedes ver lo bien que estamos juntos? Está bien,
no te importa Peter, ¿pero, no te importa mi felicidad?
- Te amo Mar – dice, cuando suelto
todo – y sí me importa Peter, tanto que no me vas a creer. Y sí me importa tu
felicidad. Pero me preocupo primero por tu felicidad. Esa siempre ha sido mi
prioridad
- Esto no se trata de mi seguridad
– digo – esto se trata sobre tú controlando mi vida. ¿Cómo es que no estoy a
salvo con Peter?
- Porque no eres la única cosa que
está ahí afuera. Cuando me desperté y no estabas aquí… - cierra sus ojos – vas a
quedarte en esta casa. Y vas a ver a Peter, bajo supervisión, cuando crea que
sea conveniente
- Pero se está muriendo – murmuro
- ¿Qué?
- He estado teniendo un sueño, una
visión, del cementerio. Es un funeral. Y Peter nunca está ahí, Ma
- Mi amor – dice mi madre – que él
no esté ahí no significa que…
- Nada más tiene sentido – digo –
si fuese alguien más, Peter estaría ahí. Él estaría ahí para mí, nada lo
detendría. Así es él
Permito que me abrace, inhalando
su perfume, intentando sentir su presencia, pero no puedo.
- No dejaré que suceda – susurro y
me aparto – lo que necesito saber ahora es cómo detenerlo, sólo que no sé qué
es lo que va a pasar. ¡Peter va a morir!
- Sí, lo hará. Es un mortal Mar. Él
morirá. Más de doscientas personas en este planeta mueren cada minuto y algún
día él será uno de ellos.
- Pero es Peter, ma
- Realmente lo amas
- Sí, realmente lo amo
- Y él te ama
- Sí. Sé que lo hace, lo he
sentido
- Entonces nada los puede separar –
dice, sosteniendo mi mano – ni siquiera la muerte. El amor los une – dice – Mar…tengo
que decirte…
- El amor no los unió a mi padre y
a ti, ¿verdad?
Suspira y odio haber dicho eso.
- Lo que quiero decir es que, a veces
las personas se separan. Por bien. No quiero que eso me pase a mí con Peter –
digo
- ¿Le has dicho?
- ¿Qué?
- Sobre tu sueño y lo que crees
que significa. Porque últimamente, no sabes lo que significa, Mar. No es justo
que le digas cuando no estás segura. Puede ser algo terrible para alguien saber
que va a morir
- Pensé que dijiste que todos iban
a morir
- Sí, tarde o temprano
- No – admito – no se lo he dicho
- Bien, no lo hagas. Ten un buen
día en el colegio