Regreso a casa de Peter llorando. Levanto la vista al cielo,
donde las nubes se acumulan en el este, un pequeño infierno que se derrama
sobre la tierra.
- Mar…tú no eres normal
- Esto no es justo – susurro furiosa – se supone que me amas
- Un pescador le enseña
todo el brazo a otro y le dice: Ayer pesqué un pez así. ¿Sabes lo que le
responde el otro?
- ¿Qué?
- No mientas, no
existen peces tan peludos
Lo amo. Me pertenece y le pertenezco, hoy me salvó la vida;
amarlo me salvó la vida. No puedo dejarlo morir. No lo haré. Maldita sea Peter.
Me lanzo a volar en dirección a Idaho, mi instinto me dice que estará en
Palisades, en sus tierras. Al menos es un punto de partida. Estoy volando
directo hacia Palisades cuando veo el segundo incendio: es realmente un
infierno.
No pienso y me dirijo hacia el fuego. Las tierras de Peter
están ocultas entre los árboles. Tengo que combatir contra el fuego y hay tanto
humo que me cuesta mantener el rumbo. No puedo ver mucho, sólo vuelo y espero
que mi instinto angelical me guíe.
- ¡Peter! – grito
Es difícil intentar volar, hay demasiados obstáculos, así
que desciendo a la tierra y empiezo a correr a toda velocidad siguiendo el
camino montaña arriba.
- ¡Peter!
Tal vez no esté aquí, pienso.
Mis pulmones se llenan de humo y empiezo a toser. Tal vez te has equivocado. Es la primera duda que surge, pero
enseguida la descarto. Tiene que estar cerca, sólo que no puede oírme. No sé
cómo, pero sé que lo encontraré por aquí, y cuando el camino gira y llego al
claro que está en el límite de sus tierras no me sorprende ver ahí su camioneta
estacionada.
- ¡Peter! – grito – Peter, ¿dónde estás?
No hay respuesta. Miro alrededor con desesperación, buscando
una pista que me indique por dónde se ha ido. De la orilla del claro sale un
camino. Alcanzo ver huellas. Lanzo una mirada montaña abajo. El fuego ya ha
devorado el camino; lo oigo acercarse, las ramas que crujen mientras arden, los
animales que corren, todos huyendo. Ahora que estoy delante del fuego tengo una
mejor visibilidad, aunque no es gran cosa. Hay mucho humo. Sobrevuelo el camino
gritando su nombre y buscándolo entre los árboles.
- ¡Pitt! – grito una y otra vez
- ¡Mar!
Finalmente lo veo, cabalgando hacia mí tan rápido como Midas
puede hacerlo. Desciendo al mismo tiempo que él se baja del caballo. Corremos
para encontrarnos atravesando el humo. Él se tropieza pero sigue corriendo y
luego estamos abrazados, su boca pegada a mi oreja.
- Te amo – dice sin aliento – pensaba que nunca iba a poder
decírtelo
Se aleja apenas y empieza a toser sin parar.
- Tenemos que irnos – digo
- Lo sé. El fuego está bloqueando la salida. Intenté
encontrar un camino por la cima pero Midas no puede subir
- Tendremos que volar – me mira sin comprender
- Espera – dice - ¿Y Midas?
- Peter, tenemos que dejarlo
- No. No puedo
- Tienes que hacerlo. Tenemos que irnos, Peter. Ahora
- No puedo dejar a mi caballo – sé lo que esto significa para
él. Pero no hay elección
- Si nos quedamos moriremos todos aquí – digo mirándolo a los
ojos – no puedo llevarlo, pero puedo llevarte a ti
Peter se da la vuelta y corre hacia Midas.
- ¡Vete! – le grita a Midas - ¡Corre, sal de aquí!
Le da un manotazo al caballo y éste responde con un relincho
y sale galopando montaña arriba. Corro hacia Peter y lo cojo fuerte por la
cintura, por debajo de sus brazos. Por un instante hago fuerzas hasta que me
elevo con todo lo que tengo. Él se agarra a mí con fuerza y esconde la cara en
mi cuello. Se me hincha el corazón del amor que siento por él. Mi cuerpo se
estremece con una energía desconocida. Cargo a Peter sin esfuerzo, volando con
más ligereza que nunca.
Por unos segundos vemos a Midas corriendo por la ladera de
la montaña y siento pena por Peter. Las tierras de él, el pequeño claro dónde
le enseñé mis alas por primera vez, ya se han quemado. Su camioneta también
está ardiendo.
Cuando aterrizamos en mi jardín suelto a Peter y los dos
empezamos a rodar por el césped. Él queda tumbado de espaldas, tapándose los
ojos con las manos. A mí me llena un alivio tan inmenso que me empezaría a
reír. Todo lo que me importa en este momento es que él esté bien, que esté
vivo.
- Tus alas – dice
Miro por encima de mi hombro el reflejo en el cristal de una
ventana de la casa. Veo a una chica que reluce de energía; sus alas, a medio
plegar, se han vuelto muy oscuras.
- ¿Qué significa? – pregunta Peter
- Tengo que irme
En ese instante, mi madre llega en el auto.
- ¿Qué pasó? – me pregunta – escuché por la radio que el
fuego atravesó Fox Creek. ¿Dónde está…?
Entonces ve a Peter de rodillas en el césped. Su sonrisa
desaparece.
- ¿Dónde está Thiago?
No puedo mirarla a los ojos.
- Mar, ¿qué has hecho?
- Salvé a Peter. Iba a morir – cierra los ojos un instante y
los vuelve a abrir
- Tienes que ir por él ahora – dice – yo cuidaré de Peter.
¡Vete!
Me da un beso en la frente como si se estuviera despidiendo
de mí para siempre, y se dirige a la casa.
Otro, otro!! Si no cumple su designio se convierte en un ala negra??? Más!
ResponderEliminarNooooo noooo xq =/
ResponderEliminarno nos dejes asi sube otro cap
ojala lali pueda salvar a thiago =/
sube otro
Ah no, ahora quiero saber como sigue
ResponderEliminarPor que le cambio el color de sus alas?
No seas malita che ..... quiero mas !!!!!!!!!!!!
Suba mass :D
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