viernes, 1 de junio de 2012

El Designio del Ángel: Veinticuatro

Repelente para osos (parte dos)

El silencio dura un tiempo, Peter decide curarme igualmente. Me lava la herida con agua, me unta con la pomada, luego me venda con mucho cuidado.

- No sé qué pensar – dice al cabo de un rato – Mar, tú no eres…normal. Intentas fingir que lo eres. Le hablas a un oso pardo, y te obedece. Los pájaros te siguen como en un dibujo de Disney. Y, cuando fuiste a Idaho Fall, Cande pensó durante un tiempo que huías de alguien. Eres buena en todo lo que haces. Montas a caballo como si hubieras nacido sobre uno, la primera vez que subes a una pista tú técnica para esquiar es perfecta, al parecer hablas fluidamente el francés y el coreano. Ayer noté que tus cejas brillan bajo el sol. Y hay algo en la manera en que te mueves, es algo que no es humano. Es como si fueras …otra cosa.

Un escalofrío me recorre de la cabeza hasta los pies. Ha hecho una recapitulación completa. Sólo le falta saber qué significa todo eso.

- Puede que todo eso no tenga una explicación racional – digo
- Viendo a tu hermano, la mejor conclusión a la que puedo llegar es que tu familia parte de un experimento secreto del gobierno, una especie de superhumanos. Y, qué tú vives en la clandestinidad – bufo, eso sería divertido
- Hablas como un loco, ¿sabías? – suspira
- Lo sé. Es una locura. Me siento como si… - odio mi vida
- No pasa nada, Pitt – digo dulcemente – hemos tenido un día de locos

Está a punto de añadir algo cuando la puerta se abre y entran los padres de Peter.

- Éste es un buen pescado – dice el papá - ¿lo han pescado hoy?
- Peter lo pescó ayer. Hoy pescó ese de allá – señalo la nevera abierta – esta noche nos espera una buena cena
- ¿Estás seguro de que esto es lo que quieres para tu cena de cumpleaños? –pregunta su madre – puedo prepararte lo que quieras
- ¡Es tu cumpleaños! – exclamo
- ¿No te lo había dicho? – el papá de Peter se ríe – hoy cumple diecisiete. Ya casi es un hombre
- Gracias, pá – murmura Peter
- Te habría regalado algo – digo bajito
- Ya lo has hecho. Hoy me regalaste la vida

Después del pescado que fríe la madre de Peter para la cena, hay torta y helado, además de algunos regalos. La mayoría son para el caballo de Peter, Midas.

- La mayoría de los caballos que compiten están entrenados por profesionales y cuestan mucho – dice el padre de Peter – pero no es el caso de Midas. Peter lo crió y lo entrenó desde que era un bebé
- Estoy impresionada – digo

Peter parece inquieto y se fruta la nuca, un gesto que conozco que representa su incomodidad.

- Vamos a ver cómo le quedan los regalos a Midas – me propone Peter, saliendo del tema

Así consigue sacarme de la casa para llevarme a la intimidad del establo. El caballo viene hacia nosotros apenas entramos, sus orejas erectas y expectantes. Es precioso, castaño y de astutos ojos marrones.

- Debiste haberme dicho que era tu cumpleaños – lo reprocho
- Iba a decírtelo, pero apareció la osa
- Cierto. ¿Y, Cande? – pregunto
- ¿Qué pasa con ella?
- También es su cumpleaños, soy la peor amiga del mundo. Debería haberle enviado algo. ¿Ustedes han intercambiado regalos?
- Todavía no – me mira – pero ella ya me hizo el regalo perfecto

Por la forma de su mirada siento cosquillas en la panza.

- ¿Y, cuál es?
- Tú

No sé qué decir. Este verano ha sido muy distinto de lo que pensaba. No me imaginaba que estaría en un establo con un chico de ojos grises mirándome fijamente, a punto de besarme. No debería desear que me bese.

- ¿Qué estamos haciendo?
- Zanahoria…
- No me llames así – digo – ésa no soy yo
- ¿Qué quieres decir?
- Hace una hora pensabas que era un bicho raro

Pasa una mano por su pelo, nervioso, y me mira directamente a los ojos.

- Nunca he pensado eso. Lo que pienso…pienso que eres mágica o algo así, que eres demasiado perfecta para ser real. Sé que hoy he dicho muchas estupideces, pero me gustas Mar. Me gustas de verdad

Detecta la duda en mis ojos.

- Está bien. No tienes que decir nada – continúa – sólo quería que lo supieras
- No – digo – Pitt, no puedo. Tengo que… - él es una distracción, yo tengo un designio, una obligación que cumplir
- Dime que no tiene nada que ver con Thiago – me pide – dime que lo has superado
- No sabes nada de mí – suelto, enojada porque crea que soy una tonta enamorada
- Ven aquí – me dice cálidamente
- No
- No creo que quieras estar con Thiago
- ¿Cómo sabes lo que quiero?
- Lo sé. Te conozco, él no es tu tipo
- Genial, y se supone que tú sí eres de mi tipo, ¿verdad?
- Eso creo – responde

Se acerca a mí, acortando la distancia entre nosotros. De pronto toma mi rostro entre sus manos.

- Peter, por favor – balbuceo
- Te gusto Mar – dice – yo sé que te gusto – dime que no es así – murmura, su aliento a centímetros de mi rostro

Contemplo sus ojos y percibo en ellos ese calor irresistible. No puedo pensar, sus labios están muy cerca de los míos y sus manos me atraen hacia él.

- Pitt – digo en voz baja

Entonces, me besa. Ya me han besado antes, pero no así. Me besa con una ternura sorprendente, a pesar de su anterior palabrería de hombre. Sujetando mi rostro, roza mis labios con los suyos, despacio, como si estuviera memorizando mis sensaciones. Mis ojos se cierran. Vuelve a besarme, esta vez con mayor firmeza, y luego se aparta para apreciar mi rostro.

No quiero que se acabe. Todos los demás pensamientos se han esfumado de mi cerebro. Abro los ojos.

- Otra vez – susurro

La comisura de sus labios se levanta, y entonces lo beso. Ahora no tan suavemente. Me suelta la cara y me coge por la cintura, apretándome a su cuerpo. Pierdo el control. Entrelazo mis manos alrededor de su cuello y lo beso sin poder contenerme. Siento su corazón retumbando contra el mío, su respiración que se acelera, sus brazos que me estrechan con fuerza.

Entonces, empiezo a sentir lo mismo que él. Ha esperado mucho tiempo este momento. Le gusta comprobar cómo me excito en sus brazos. Le gusta el olor de mi pelo, la manera en que lo miro en este instante, deseando más de él. Le gusta el color de mis labios, y el sabor de mi boca. De pronto, retrocede, su aliento es pura agitación.

Abro los ojos y lo veo pálido, no puede hablar. Entonces me doy cuenta; hay demasiada luz, demasiada para la sombría del establo y esa luz viene de mí. He alcanzado la gloria.

2 comentarios:

  1. woooooww quedo demasiado buena la noveeee :D
    sube otro de reglo pliss muero por saber que paasa despues que le dira peter y que dira lali sobre lo que pasaa
    sube mas :D

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  2. Wow! Peter es un tierno, y ahora q va a hacer mar?? Le contará toda la verdad? Más nove!! Te digo muy buena novela!

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