viernes, 29 de junio de 2012

Santificado: Nueve

Paraíso perdido (parte uno)

Apenas regreso del fin de semana de campamento, voy a visitar a Peter. No lo veo mucho durante el día en el colegio, así que ese mismo día, en la noche, me acerco a su habitación. Con la nieve en mi cabeza, lo veo por la ventana, primero mientras trabaja en su tarea, luego alistándose para ir a la cama (y no, no me volteo cuando se cambia, no soy una pervertida), y luego, se queda dormido. Al menos, en este instante, está a salvo.

De nuevo considero decirle la verdad sobre mi sueño – odio ocultarle algo así. Estoy tan enojada con mi madre, por todos los secretos que me esconde, ¿y, acaso yo soy diferente? Sigo guardando este secreto para no alarmarlo con algo que quizás esté equivocado. Lo estoy protegiendo y eso aún apesta.

Alrededor de las doce, su ventana de pronto se abre. Me sorprendo tanto – me había quedado dormida – que casi me caigo del techo, pero un brazo fuerte me sostiene y evita que me caiga.

- Hola – susurra Peter
- Eh, hola
- Linda noche para estar espiando
- No. Estaba –
- Entra Zanahoria

Obedezco mientras él se coloca un polo y se sienta de piernas cruzadas en la cama, mirándome.

- ¿Hace cuánto estás afuera?
- ¿Cuánto tiempo sabes que he estado ahí?
- Acerca de una hora – dice – estás loca – agrega, sacudiendo la cabeza – ¿lo sabías?
- Estoy empezando a darme cuenta de ello
- ¿Entonces, por qué estás aquí?

Golpea suavemente en la cama, a su lado, y me siento. Coloca una mano alrededor de mi cuerpo.

- Quería verte – digo, mientras me encorvo a su lado – fue un largo fin de semana y no te vi mucho en el colegio
- Tienes razón. ¿Cómo estuvo el campamento? Creo que nunca he ido a acampar con nieve – ironiza – suena divertido
- Realmente no fue en la nieve

Le cuento sobre la congregación, no todo, no sobre el infierno o los Alas Negras o el profesor de historia, pero casi todo. La congregación es algo confidencial y no debo decir nada, al menos eso es lo que me dijo mi madre. Pero, le cuento a Peter el por qué, porque no puedo contarle todo. Le cuento porque lo amo, porque no puedo esconderle aquello. Porque soy honesta acerca de lo que me hace sentí bien. Él toma bastante bien las noticias de la congregación.

- Suena a campamento religioso – dice
- Más como una reunión familiar – digo

Se inclina y me besa, suavemente. El beso solo atrapa el costado de mi boca, pero me deja sin aliento.

- Te extrañé – dice
- Yo también te extrañé

Enredo mis brazos alrededor de su cuello y lo beso, y todo se esfuma por el momento, sus labios entre los míos, buscándome, sus manos en mi pelo, volviéndome loca, nuestros cuerpos juntos en la cama, deseando estar más cerca, sus dedos en los botones de mi blusa. No puedo dejarlo morir.

- Eres tan cálida – murmura

Me siento caliente. Siento que voy a estallar en llamas y empiezo a sentirme pesada, el tiempo empieza a ponerse lento, veo segundo tras segundo. El rostro de Peter suspendido debajo del mío, un pequeño lunar debajo de su oreja que no había notado antes, el hoyuelo que se forma en sus mejillas cuando sonríe, la forma en que su corazón empieza a acelerarse, su respiración. Y, puedo sentir lo que él siente también: amor, la forma en que siente mi piel debajo de sus manos, mi aroma llenando su cabeza…

- Mar – dice, respirando fuerte al tiempo que se aparta
- Está bien – digo de pronto

Atraigo su cabeza junto a la mía de nuevo, presionando mi mejilla contra la suya, nuestros labios casi ni se tocan, nuestras respiraciones se sienten en el rostro del otro.

- Sé que tiene tus ideas acerca de esto, y creo que es dulce, pero….¿qué pasa si esto es toda la felicidad que podemos tener? ¿Qué pasa si esta es nuestra oportunidad, antes de que todo cambie? ¿No deberíamos simplemente vivir?

Esta vez, cuando nos besamos, es diferente. Hay una urgencia que no había antes. Él se detiene para quitarse el polo, revelando aquella piel bronceada, su cuerpo formado. Es hermoso, tan hermoso que me duele verlo, y cierro mis ojos y alzo mis brazos para permitir que me quite mi blusa. El aire helado choca contra mi piel y tiemblo. Me estremezco y Peter recorre sus dedos gentilmente por mi hombro, por mi brasier, a través de la línea de mi cuello y la clavícula, terminando debajo de mi barbilla donde levanta mi cabeza para besarme de nuevo.

Esto realmente va a suceder. Peter y yo. Ahora mismo.

Mi corazón está latiendo tan rápido que parece que tuviese miedo, pero no es nada de aquello. Lo amo. Lo amo, lo amo. De pronto, él se detiene.

- ¿Qué? – susurro
- Estás brillando – dice y se sienta abruptamente

Lo estoy, no es la gloria completa, pero al tiempo que alargo mis dedos noto que mi piel está brillando.

- No, tu cabello – dice

Mi cabello, inmediatamente sostengo un poco en mis manos. Está reluciente, demasiado brillante. Soy una lámpara humana y Peter no me mira.

- No es nada, es algo celestial. Por eso mi madre me hizo teñirme el pelo el año pasado – empiezo a balbucear
- ¿Puedes….apagarlo? – dice – lo siento, pero cuando lo miro, me siento…mareado, como si me fuera a desmayar o algo – toma un gran respiro y cierra sus ojos

Genial saber que tengo esa clase de efecto en un hombre.

- Puedo intentarlo – digo y resulta que no es muy difícil hacerlo – lo siento – repito

Me mira, traga fuerte e intenta regresar a su compostura.

- No lo sientas, es parte de lo que eres. No deberías pedir disculpas por ser lo que eres. Es bonito, de verdad. Inspirador.
- Pero te da ganas de vomitar
- Solo un poco

Me inclino y beso su adorable hombro desnudo.

- Así que…la luz se ha ido. ¿Dónde estábamos? – sacude su cabeza y tose, incómodo – está bien….supongo que debería…
- No te vayas – sostiene mi mano antes de que me pare – quédate

Dejo que me jale de nuevo hacia la cama. Se recuesta detrás de mí, me estrecha contra su cuerpo, recuesta su mano en mi cadera y respira tranquilo contra mi cuello. Intento relajarme, intento escuchar el sonido del reloj de su mesa de luz. ¿Qué pasa si nunca encuentro la manera de controlar la luz? ¿Qué pasa si cada que estoy feliz, hablando en esos términos, me enciendo? Él va a morir sin haberle hecho el amor a una mujer.

- No importa – susurra Peter

Toma mi mano y la sacude, entrelazando sus dedos. Dios, ¿dije mis pensamientos en voz alta?

- ¿Qué no importa? - pregunto
- Si podemos o no…ya sabes – es increíble que no sepa leer mentes pero sepa exactamente lo que estoy pensando – igual te amo
- Yo también te amo

Me volteo y entierro mi rostro en su cuello, enredado mis brazos a su alrededor y es ahí donde me quedo hasta quedarme dormida. 

4 comentarios:

  1. hola hola... estuve media perdida... estoy en epoca de finales asiq apenas me hice un tiempito me lei los cap de tu nove.... es genial... me encanto!!! y esta temporada es mucho mas enigmatica... me encanta!!!! Adoro a Peter... y tengop la curiosidad y ansiedad de saber como va a terminar todo con estos dos... xq a mi me encanta la pareja q hacen...
    Espero q subas pronto!!!!
    Besos q estes bien!!!!... :)

    ResponderEliminar
  2. Es muy tierno este chico, la ama tal cual es!! Espero q no muera! Más!

    ResponderEliminar
  3. Quieroque acabe con peter!!!! Que no se muera!!

    ResponderEliminar
  4. Los dos sienten el deseo ,pero es mas fuerte para Peter toda la situación ,x mucho k la intente comprender ,es dificil adaptarse a cosas tan extraordinarias como todo lo k les sucede.Espero k con su amor, Lali las controle, y puedan estar sin tanto sobresalto.

    ResponderEliminar