Santificado: Prólogo

En el sueño, hay tristeza. La siento por encima de todo, una sensación horrible que me choca, que me nubla la vista, que me hace sentir el peso en mis pies como si me moviera por un jardín grueso y alto. Camino a través de los árboles de pino por una pendiente. No es la ladera de la colina de mi visión, no es el fuego en el bosque, es un lugar que nunca he visto. Esto es algo nuevo. El cielo está de un color puramente azul, lleno de nubes; el sol está brillando, los pájaros cantando.

Un Alas Negras debe de estar cerca, realmente cerca. Miro alrededor, y es ahí cuando veo a mi hermano caminando junto a mí. Está usando un traje negro, junto con una corbata gris y unos zapatos negros también. Él mira hacia adelante, su barbilla recta, llena de enojo o algo más que no puedo identificar.

-Stefano – murmuro

-Sólo superemos esto – dice sin mirarme

Desearía saber a qué se refiere.

Luego, alguien toma mi mano y es familiar, este calor de la piel, estos dedos masculinos entrelazados con los míos. Thiago. Me quedo sin respiración, no debería permitir que sostenga mi mano, no ahora, no después de todo lo que ha pasado. Pero, no me aparto; alzo la mirada hacia su rostro, sus ojos serios y tan verdes. Y, por un instante, la tristeza se desvanece.

Puedes hacer esto, susurra en mi mente.

OJO: Es la continuación del Designio del Ángel :)