Han pasado dos días desde que recibí la llamada de Ángela en
el lago y estoy haciendo todo lo posible para olvidarla. Más bien estoy soñando
despierta con Peter. Ha estado en el río durante los últimos dos días,
trabajando para poder invitar a su novia a una cena formal el día en que
cumplamos un mes de aniversario, según me ha dicho. Es increíble, ya casi
llevamos un mes entero.
- ¿No vas a atender? – pregunta mi madre
El celular vuelve a sonar cuando estoy almorzando con mi
madre y Stefano. Ante las miradas curiosas de mi familia saco el celular y miro
la pantalla. Por suerte es número desconocido, así que me gana la curiosidad y
contesto.
- Hola – digo
- Hola forastera – responde una voz familiar
Thiago. Casi se me cae el celular
- Ah, hola. No reconocí tu número. ¿Cómo estás? ¿Qué tal el
verano? ¿Y, Nueva York?
- Aburrido, pero ya regresé
- ¿Tan pronto?
- Bueno, es agosto. Tenemos que volver al colegio. Este año
pienso asistir a clase, graduarme y todo
- Genial – digo e intento reírme
- Así que, como te dije, ya estoy por aquí. He estado todo el
verano pensando en ti y quería invitarte a cenar mañana. Una cita formal, por
si no queda claro – lo dice con una voz relajada pero en el fondo es seria
Sé que espera que diga sí,
sí, me encantaría cenar contigo, ¿cuándo pasas por mí? Pero no diré nada de
eso, en cambio se me ocurre: lo siento,
sé que antes parecía loca por ti, pero eso se acabó; ahora tengo novio.
- ¿Sigues ahí? – pregunta
- Sí, claro, perdona. Mañana no puedo
- Oh – parece sorprendido – no pasa nada. ¿Qué tal el sábado?
- No lo sé. Si puedo, te llamo
- Claro. Tienes mi número. Adiós – cuelga
Cierro el celular. Transcurre un silencio incómodo. Mi madre
y Stefano tienen casi la misma expresión, como si estuvieras loca.
- ¿Por qué le dijiste que no? – pregunta mi madre
- No le dije que no. Le dije que mañana no podía
- ¿Y por qué no?
- Tengo planes. Tengo una vida
- ¿Y, qué podría ser más importante que Thiago para tu vida
en este momento? – dice molesta
- Salgo con Peter
Todo este tiempo le he estado diciendo que salía con gente
del colegio y ella me creía. Nunca ha tenido un solo motivo para no creerme. Y
ha estado demasiado estresada y preocupada por el trabajo como para prestar más
atención.
- Entonces, cancela esa cita – dice
Muevo la cabeza y digo que no. La miro a los ojos.
- Estoy saliendo con Peter – digo
- Estás bromeando – dice Stefano
- No. Peter es mi novio – me gustaría decir que lo amo, pero
sé que sería demasiado
Mi madre deja el tenedor, sorprendida.
- Perdón por no habértelo dicho antes – añado avergonzada –
pensé…..no sé qué pensé. Lo que quiero decir es que salvaré a Thiago, como en
la visión. He estado practicando para volar. Estoy adquiriendo fuerza, como tú
me dijiste; creo que podré cargarlo
- ¿Cómo sabes que tu designio consiste en salvar a Thiago?
- Porque en la visión me lo llevo volando, sacándolo de las
llamas. Lo estoy salvando, ¿verdad?
- ¿Y, eso es todo?
Aparto la vista de sus ojos. Nos pertenecemos. Esas palabras han quedado en mi cerebro desde que
tuve la última visión. No quiero estar enamorada de Thiago, ya no.
- No sé. Pero ahí estaré y lo salvaré
- No se trata de algo así al azar, Mar – dice mi madre - se
trata de tu misión sobre la tierra; y el momento ha llegado. Ayer ya alertaron
sobre grandes incendios en Teton. Tienes que concentrarte, no puedes distraerte
ahora. Estamos hablando de tu vida
- Sí – digo – es mi vida
Mi madre palidece, sus ojos se vuelven fríos y opacos.
- Mamá, no pasa nada – digo
- Claro que pasa. Estás castigada
Aquella noche es la primera vez en mi vida que me escapo de
casa; resulta fácil abrir la ventana sin hacer ruido y pararme en el borde del
techo antes de invocar mis alas y volar. Desciendo junto a la ventana de Peter
quién está tumbado en la cama leyendo un cómic. Llamo suavemente a la ventana,
él levanta la vista, sonríe y se me encoge el corazón. Mete el cómic debajo de
la almohada y se acerca a la ventana; se asoma y me coge de la mano. Guardo mis
alas.
- Hola. ¿Qué pasa? Pareces…disgustada – dice
Me lleva hasta su cama y me siento; él coge su silla de
escritorio y se sienta en frente de mí.
- ¿Estás bien? – me pregunta, sus ojos diciéndome que está
conmigo
- Sí. Más o menos. Se supone que no puedo estar aquí. Estoy
castigada
- ¿Por cuánto tiempo? – pregunta confuso
- No sé – digo con tristeza – mamá no fue muy clara. Por
tiempo indefinido, supongo
- Pero, ¿por qué? ¿Qué hiciste?
- Eh…
¿Cómo le explico que es porque rechacé una invitación de
Thiago, que mi madre me castigó porque no le dije que estaba saliendo con
Peter? No es que se lo ocultara, simplemente no se lo dije porque pensaba que
no le haría gracia. Algo debe de delatar mi cara, porque Peter intuye.
- Es por mí, ¿verdad? ¿Tu madre no aprueba lo nuestro? – odio
el dolor que percibo en su voz - ¿tiene que ver con Thiago?
- Algo así – suspiro
- ¿Qué pasa con él?
- Supongo que tengo que estar concentrada en Thiago. Mi madre
piensa que tú eres una distracción
Merece una explicación mejor, pero no quiero hablar más de
eso. No quiero sentir que lo estoy engañando, cuando nada de lo que ocurre es
decisión mía. Se queda callado un largo rato.
- ¿Tú qué piensas? – pregunta finalmente
Dudo. No conozco ninguna historia de un ángel de sangre que
no cumpliera su designio.
- No sé qué pensar – admito y Peter suspira fuerte
- Parece que tenemos que intentarlo con otras personas. Al
menos tú
- ¿Qué? ¿Estás terminando conmigo? – lo miro fijamente. Se
pasa una mano por el pelo
- Sí – me pongo de pie
- Peter, no. Lo arreglaré. Haré mi trabajo, sea como sea
- Tu madre no lo sabe, ¿verdad?
- ¿Qué cosa?
- No sabe que yo lo sé. Que sé que eres un ángel – suspiro y
niego con la cabeza – y si lo supiera te meterías en más problemas
- No importa….
- Sí que importa – empieza a caminar por el cuarto – no seré
yo el culpable que todo se malogre, Mar. No seré el que se interponga entre tú
y tu destino
- Por favor. No
- Todo irá bien – dice – tal vez cuando todo esto acabe,
después del incendio y el rescate y eso, las cosas podrán volver a ser como
antes
- Sí – afirmo, casi sin voz
- Somos jóvenes – dice, sin mirarme a los ojos – tenemos
mucho tiempo para enamorarnos
Paso dos días enteros en la cama, el mundo ha perdido su
color y la comida, su sabor. Parece una tontería, Peter es sólo un chico. Debería
hacerme sentir mejor que él en realidad no quería dejarme, sólo intentaba hacer
las cosas bien. ¿No fue eso lo que dijo Thiago cuando dejó a Luna? Pero yo
necesito a Peter, lo extraño.
Noo!!!! pq peter es tan bueno!! Más nove!
ResponderEliminarnoooo ,porque :( , otrooooo
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