El Designio del Ángel: Epílogo

La lluvia (parte dos)

Cuando Thiago se despide, ingreso a la casa junto a Peter.

- ¿Así que también lo rescataste a él? – me pregunta cuando cierro la puerta

- Es una larga historia, y sigo sin entender la mayor parte. Y algunas cosas no tienen que ver conmigo como para contarlas

- Pero, ¿se acabó? ¿Has cumplido con tu designio?

- Sí. Se acabó

Esa es la verdad, el fuego se extinguió, la visión se cumplió. ¿Y, por qué tengo la sensación de que le estoy mintiendo otra vez?

- Gracias por salvarme la vida hoy – dice Peter

- No pude evitarlo – respondo

Ninguno de los dos sonríe. Ninguno dice te amo, aunque los dos queremos hacerlo. En lugar de eso me ofrezco a llevarlo a casa.

- ¿Volando? – bromea

- Creí que iríamos en auto

- Está bien

Se inclina e intenta darme un beso breve y caballeroso en los labios. Pero yo no dejo que se aparte, lo agarro de la camisa y aplasto mis labios contra los suyos, tratando de desahogar todo en ese beso: todo lo que siento, lo que temo, todo mi amor, tan intenso que roza el dolor. Él enreda sus manos en mi pelo y me besa con entusiasmo, haciéndome retroceder hasta que mi espalda toca la puerta. Estoy temblando, pero no sé si es por él o por mí. Sólo sé que no quiero dejarlo escapar otra vez.

Al otro lado del pasillo, mi madre se aclara la garganta. Peter se aparta, respirando agitado. Lo miro a los ojos y sonrío.

- Hola mamá – digo - ¿qué tal estás?

- Estoy bien, Mar – responde - ¿cómo estás tú?

- Bien. Iba a llevar a Peter a casa

Más tarde, después de dejar a Peter y regresar a casa, me doy una ducha, El agua cae por el pelo y cara, dejando que broten las lágrimas hasta que desaparece la pesadez de mi pecho. Luego saco mis alas y las limpio con cuidado. No tengo ganas de nada, sólo de estar acurrucada así que voy a la habitación de mi madre. Creí que iba a interrogarme cuando regresara de llevar a Peter, pero ya estaba en la cama otra vez dormida. La miro acostada, deseo estar cerca de ella pero sin molestarla. Me acerco y le toco el hombro, tiene la piel fría.

- Vete – dice y me aparto de ella, dolida – por favor – me pide

No sé si está hablando en voz alta o telepáticamente. Pero me doy cuenta de que no me está hablando a mí. Está soñando. La tapo con el edredón y acaricio su cabello hacia atrás. Luego salgo de la habitación, en silencio.

Esto es nuevo, esta capacidad de oír los pensamiento de los demás, como cuando experimenté las sensaciones de Peter mientras me besaba, como lo que sentí al tocar al Alas Negras. Puedo sentir a mi madre, incluso a Stefano quién duerme y sueña. En sus sueños hay miedo, vergüenza, preocupación, cosa que hace que me preocupe por él. No sé dónde estaba durante el incendio, lo que estaría haciendo y que ahora lo agobia tanto.

Voy a la cocina a buscar un vaso de agua y lo bebo despacio. Pienso en Thiago y quiero sentir lo que él siente. Cuando lo encuentro no está dormido. También está pensando en mí. Está pensando en el momento que me limpió la mancha de ceniza de mi mejilla, en la sensación de mi piel en la punta de sus dedos, en mi manera de mirarlo. Está confundido, frustrado. Ya no sabe qué se espera de él.

Lo entiendo. Nosotros no pedimos nada de esto; nacimos involucrados. Y sin embargo se espera que sirvamos ciegamente, que sigamos reglas que no entendemos, que dejemos que una fuerza superior planifique nuestras vidas y nos diga a quién deberíamos amar y hasta dónde podríamos atrevernos a soñar. No sé qué es lo que sucedió con Thiago en el fuego, lo único que sé es que ya no podemos volver atrás. 

....FIN DEL LIBRO....

...PRONTO: SANTIFICADO (EL DESIGNIO DEL ÁNGEL 2)...