Acabo de cenar, y mi madre y
Stefano se han enfrascado en una conversación en la cocina. Así que aprovecho
de visitar a Peter a su habitación. Le toco la ventana para llamar su atención.
- Hola, guapo – le digo - ¿puedo
pasar?
- Por supuesto – dice
Me besa y cierra su puerta antes
de ayudarme a entrar y sentarse en su cama.
- ¿Esto no se va a convertir en
una situación en la que vienes a todas horas por la noche para verme dormir,
verdad? – bromea
- Cada momento en el que estoy
lejos de ti, muero un poquito – digo
- Entonces en un sí
- ¿Te estás quejando? – pregunto,
alzando un hombro
Sonríe.
- No. Definitivamente no me quejo.
Sólo quería saber así puedo empezar a usar algo más que mis bóxers para ir a la
cama – me sonrojo
- Bueno, no …eh…no te cambies nada
en mi presencia – digo y él ríe
Se levanta de la cama para
volverme a besar. Pasamos un par de minutos recostados en su cama. Nada raro ni
fuerte, desde que Peter tiene noción que soy un ángel de sangre quiere mantener
mi honor intacto. Recuesto mi cabeza en su pecho, sintiendo el latido de su
corazón debajo de mi oído, y pienso por milésima vez, que él es, sin duda, el
mejor chico en el planeta.
Peter toma una de mis manos entre
las suyas y enreda y desenreda mis dedos. Amo la textura de sus manos, los
cayos alrededor de sus palmas, evidencia de todo el trabajo duro que ha hecho
en su vida, que demuestra la persona que es. Manos tan ásperas pero siempre tan
gentiles con las mismas.
- Y… - dice de pronto - ¿algún día
me contarás qué pasó la noche del incendio?
Supongo que esperaba que viniera
esta pregunta, pero tal vez tenía la esperanza que no la hiciera. Me sitúa en
una posición terrible el saber los secretos de las otras personas,
especialmente cuando esos secretos están enredados con los míos.
- Yo.. – me siento para alejarme
de él
Realmente no sé qué decir. Las
palabras se atragantan en mi garganta.
- Ey, está bien – dice, sentándose
a mi lado – lo entiendo. Es un secreto de ángel. No puedes decirlo
Sacudo mi cabeza. Decido que no
soy mi madre, no voy a guardar secretos a los que amo.
- Ángela está formando un club,
para los ángeles de sangre – digo aunque sé que eso no fue lo que me preguntó
- ¿Ángela es un ángel de sangre?
- Sí
- Bueno, supongo que eso tiene
sentido. Siempre hubo algo raro con ella
- Ey. Yo también soy un ángel de
sangre. ¿Estás diciendo que hay algo raro conmigo, también?
- Sip. Pero me gusta
- Bueno.. – me inclino para
besarlo y luego me alejo – Thiago también es un ángel de sangre. No lo supe
hasta la noche del incendio. Es un Quartarius, como yo – los ojos de Peter se
abren
- Ah – dice, con aquella voz sin
emoción – como tú
Por un largo momento, ninguno de
los dos dice nada.
- Gran coincidencia – dice él –
todos los ángeles de sangre en la misma ciudad
- Sin duda fue una gran sorpresa –
admito
Traga y sé que todo esto es
difícil para él. Veo como él intenta hacer como si nada sucediese, que esto de
los ángeles de sangre no lo asustan. Siento que él cree que me está distrayendo
de mi propósito, ya está poniendo la cara de terminar. Como hizo antes.
- No sé lo que se supone que debió
pasar esa noche – digo rápidamente – pero el incendio ya terminó. Estoy
continuando con mi vida. Así que soy toda tuya ahora
Las palabras suenan falsas,
terriblemente mentira, para mis oídos. Y es aquí cuando empiezo a pensar que debería
decirle toda la verdad. Sólo que no la sé. O tal vez no la quiero saber.
- Está bien – dice, aunque sé que
no está del todo seguro – bien. Porque te quiero toda para mí
- Ya me tienes – susurro
Me vuelve a besar y yo lo beso de
vuelta. Pero la imagen de Thiago, de espaldas a mí en el camino de Fox Creed,
esperándome, siempre esperando, se proyecta en mi mente.
Cuando llego a casa, Stefano está
en la terraza, cortando madera en la lluvia.
- ¿Has decidido cortar madera para
todo el invierno? ¿No puedes esperar a que nieve? – pregunto
- Mamá tiene frío – dice – está
envuelta en su frazada, tomando té, y está temblando. Pensé que podría
calentarla con el fuego
- Ah – digo – es lindo de tu parte
- Algo le pasó ese día, con el
Alas Negras
- Sí – digo, porque he concluido
lo mismo – digo, él intentó matarla. Fue una batalla difícil
- ¿Va a estar bien?
- Eso creo
Hay un silencio.
- ¿Dónde estabas ese día? –
pregunto de pronto
- ¿Cuándo? – se hace el tonto
- El día del incendio
- Te dije. Estaba en el bosque,
buscándote. Pensé que tal vez podía ayudarte
- ¿Y, por qué no te creo?
- ¿Por qué no me creerías?
- Porque tal vez te conozco, y
estás actuando raro. ¿Así que dónde estabas? Deja la tontería
- Tal vez no me conoces como crees
Lanza el hacha en el suelo, luego
sostiene un par de maderas cortadas y me empuja apenas al pasar hacia la casa.
- Stefano…
- No fue nada – dice – me perdí
Entra a la casa y escucho que le
ofrece a mi madre hacerle un pequeño fuego con la madera. Recuerdo su rostro
cuando salió de los árboles aquella noche, lleno de miedo y de dolor. Recuerdo
la manera en que se rió cuando le dije que había salvado a Peter, y de pronto
me siento muy preocupada por él, porque sea lo que sea que haya estado haciendo
ese día, algo me dice que no era algo bueno.
Mi hermano también tiene sus
secretos.
Más!! Ahora quiero saber q hizo stefano, y cual es la misión q debe cumplir mar y thiago! Más
ResponderEliminarmaaaaaaaaaaas
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ResponderEliminarotroooooo porfavor , muy buena
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