Era un domingo por la noche, antes que el inicio de las vacaciones de primavera empiece, y el cine estaba lleno. Me coloqué en la cola para comprar las entradas, continuamente observando si me habían seguido. Me dije q mí misma que Peter se encargaría de Agustina y que no tenía por qué preocuparme, pero no perdía nada al estar vigilando.
Por supuesto que sabía que
Agustina no era mi mayor preocupación. Tarde o temprano, Peter se daría cuenta
que yo no estaba en la feria, como habíamos quedado. Y sabía que él me
encontraría y luego me forzaría a confrontarlo y yo no quería eso porque había
una duda en mi mente, susurrando que Agustina había dicho la verdad acerca de
él, sobre su deseo de un cuerpo humano.
Fue mi turno de comprar las
entradas, una compañera de clase trabajaba como cajera.
-Una para El Sacrificio – dije,
sin pensar, notando la ironía
Saqué de mi bolsillo todas las
monedas que tenía y las eché en el mostrador.
-Caray – dijo la cajera – Gracias
– agregó, sarcásticamente – Por si acaso hay una cola inmensa detrás de ti – se
quejó
-Es que acabo de venir del banco –
intenté bromear
-Sin bromas. ¿Todo está aquí? –
preguntó, mientras iba agrupando las monedas
-Claro
-Como sea, no me pagan mucho por
este trabajo – cogió las monedas y las guardó en la caja registradora – Hay unas
cosas llamadas tarjetas de crédito….
-¿Por si acaso has visto a Cande
por aquí? – pregunté
Antes de salir de casa, había
llamado a la casa de Cande. Sin embargo, me contestó su mamá, anunciándome que
ella había salido y que creía que estaba en el cine. Por eso, mi primer intento
de búsqueda era aquí.
-No, realmente estoy muy cansada
para darme cuenta de quiénes ingresar
-No importa – dije, decepcionada
y apartándome de la cola
Ingresé a la sala número dos y
totalmente esperanzada busqué a Cande, pero no la encontré. Hice lo mismo con
cada una de las salas hasta que me di cuenta que era inútil lo que estaba
haciendo. Finalmente, decidí relajarme un poco y me quedé en una de las salas,
donde estaban pasando una película de dibujos animados.
-Ponte de pie y camina fuera de
la sala – me dijo una voz sobre mi hombro, bastante familiar y no contenta –
Estaré detrás de ti
Era Peter.
-Sal – repitió cuando no me moví –
Necesitamos hablar
-¿Sobre cómo necesitas
sacrificarme para obtener un cuerpo humano? – pregunté
-Eso sería lindo si pensaras que
es cierto
-¡Si creo que es cierto! – algo así,
porque seguía pensando que si Peter me quería matar ya lo hubiese hecho
-¡Shh! – dijo un chico
-Camina o te cargaré – dijo Peter
-¿Discúlpame? – me volteé para
mirarlo
-¡Shh! – el chico a mi lado volvió
a sisear
-Cúlpalo a él – le dije al chico,
apuntando a Peter
-Escucha – dijo el chico,
mirándome – Si no te callas, llamaré a seguridad
-Está bien, llámelos. Dígales que
se lo lleven – dije, refiriéndome a Peter – Diles que él quiere matarme
-Yo quiero matarte a ti – susurró
la novia del chico
-¿Quién quiere matarte? –
preguntó el chico
-No hay nadie ahí – me dijo la
novia
-¿Los estás haciendo creer que no
estás ahí, verdad? – le dije a Peter quién sonrió
-¡Mierda! – dijo la novia,
alzando sus manos en el aire - ¡Haz algo! – le chilló a su novio
-Necesito que dejes de hablar –
me dijo el chico – Mira la película. Toma, aquí tengo una gaseosa
Me moví de asiento y sentí que
Peter se movía detrás de mí, bastante cerca pero sin tocarme. Se quedó así
hasta que salimos de la sala, era inútil permanecer dentro. Apenas salimos,
Peter enredó su brazo entre el mío y me guió hacia el baño de mujeres.
-¿Qué tienes con los baños de mujeres?
– pregunté
Nos metimos dentro del baño y él
se encargó de cerrarlo con llave y recostarse contra la puerta. Sus ojos me
inspeccionaban completamente. Yo estaba contra el lavadero, mis palmas
sosteniendo las esquinas del mismo.
-Estás enojado porque no fui a la
feria – dije, alzando un hombro - ¿Por
qué ahí, Peter? Es un domingo por la noche, la feria cerrará pronto. ¿Alguna
razón especial por la que quieres que conduzca de noche hacia ese parque
desierto?
Caminó hacia mí hasta que estuvo
lo suficientemente cerca para poder ver sus ojos grises debajo de su gorra de
béisbol.
-Agustina me dijo que tenías que
sacrificarme para obtener un cuerpo humano – dije
-¿Y crees que lo haré? – tragué
-¿Entonces es verdad? – nuestros ojos
se encontraron
-Tiene que ser un sacrificio
intencional. Simplemente el matarte no servirá
-¿Y eres la única persona que me
puede hacer esto?
-No, pero probablemente soy la
única persona que sabe el resultado, y la que lo haría. Es la razón por la que
vine al colegio. Tenía que acercarme a ti, te necesitaba. Es la razón por la
que entré en tu vida.
-Agustina me dijo que te
enamoraste de una chica – me odié a mí misma por sentir celos - ¿Qué pasó?
-Ella creció y murió
-Eso debe de haber sido duro para
ti – solté
Esperó un tiempo antes de
responder.
-Quieres que diga la verdad, lo
haré. Te diré todo. Quién soy y qué he hecho. Cada detalle. Pero tienes que
preguntar, tienes que desearlo. Puedes ver quién era, o puedes ver quién soy
ahora. No soy bueno – dijo – pero, fui peor
-Dime – dije, ignorando los
nervios en mi estómago
-La primera vez que la vi, yo aún
era un ángel. Fue un deseo instantáneo, de lujuria; me volvía loco. No sabía
nada de ella, excepto que haría cualquier cosa con tal de acercarme a ella. La
observé por un tiempo, y luego se me metió en la cabeza que si bajaba a la
Tierra y poseía un cuerpo humano, sería expulsado del cielo y me volvería
humano. La cosa es que, no sabía sobre el Chesvan. Bajé una noche de Agosto,
pero no pude poseer el cuerpo. Inmediatamente me botaron del cielo y supe que
algo andaba mal. Cuando observaba a los humanos, todo lo que podía sentir era
un deseo irresistible de estar dentro de sus cuerpos. Todos mis poderes se
fueron, y era una cosa débil y patética. No era humano, era un caído. Me di
cuenta que había echado todo a perder, todo este tiempo me he odiado a mí mismo
por ello – sus ojos se enfocaban sólo en mí, haciéndome sentir transparente –
Pero si no hubiese caído, nunca te hubiese conocido
Mis emociones conflictivas me
pesaron demasiado dentro de mi cuerpo, tanto que pensé que me iban a sofocar. Aguantándome
las lágrimas, intenté hablar.
-Agustina dijo que mi marca de
nacimiento significa que estoy relacionada a Chauncey. ¿Es cierto?
-¿Quieres que te responda?
No sabía qué quería. Todo mi
mundo se sentía como un juego. Yo no era Lali Espósito, era una descendiente de
alguien que ni siquiera era humano. Y mi corazón se estaba destrozando a
pedazos por otra persona no humana. Un ángel oscuro.
-¿Qué lado de la familia? –
finalmente pregunté
-Tu padre
-¿Dónde está Chauncey ahora? –
deseaba que estuviera muy lejos de mí
-No voy a matarte, Lali. Yo no
asesino personas que son importantes para mí. Y tú eres la primera en la lista
Mi corazón dio un vuelco. Mis
manos estaban presionadas contra su estómago.
-Estás interfiriendo en mi
espacio privado – dije, alejándome apenas
Peter sonrió.
-¿Interfiriendo? No estamos
hablando con la policía, Lali
-Me estás abrumando. Necesito…espacio
Lo que necesitaba era pastillas.
Necesitaba encerrarme y pensar. Me quería probar a mí misma que no confiaba en
Peter, pero no podía. Yo debería haber estado corriendo hacia la puerta, sin
embargo seguía ahí. Intentaba convencerme que me quedaba en busca de
respuestas, pero ese sólo era uno de los motivos. El otro, no quería pensar en
ello. La parte emocional, la parte donde estaba enamorada de él.
-¿Me estás ocultando algo más? –
quise saber
-Muchas cosas
-¿Cómo?
-Cómo la forma en que me siento
sobre estar aquí encerrado contigo – Peter colocó un brazo detrás de mí, contra
el espejo – No tienes idea de lo que me has hecho – sacudí mi cabeza
-No lo creo. Esta no es una buena
idea. Esto no está bien
-Hay toda clase de derechos –
murmuró – Aún estamos en la zona segura. Definitivamente bien. Usualmente bien –
continuó – Mayormente bien. Tal vez bien.
-Tal vez no ahora – dije,
buscando un poco de aire
Visualicé una alarma contra
incendios bastante cerca. Podía llegar rápido hasta ahí y apretarla antes de
que Peter me alcance. ¿Total, esto es lo que quería no? ¿Alejarme de él?
-No es una buena idea – dijo Peter,
sacudiendo apenas su cabeza
Igual, alcancé la alarma. Mis
dedos se doblaron en la manija e intenté bajarla para que suene. Sólo que no
funcionaba, estaba demasiado dura como para moverla. Luego me di cuenta de la
familiar presencia de Peter en mi cabeza y supe que era un juego.
-Sal de mi cabeza – dije,
golpeando su pecho
-¿Por qué hiciste eso?
-Por toda esta noche
Por volverme loca por él, aunque
sabía que estaba mal. Él estaba tan mal que se sentía muy bien, y me hacía
sentir completamente fuera de control. Estaba a punto de decir algo más cuando
me sostuvo por los hombros y me recostó contra la pared. Casi ni había espacio
entre los dos, apenas un hilo de aire.
-Seamos honestos, Lali. Me la has
hecho pasar mal y yo también a ti – se inclinó y colocó sus labios contra los
míos
Nos tocamos en sitios
estratégicos por nuestros cuerpos y tuve que poner todo de mí para separarme.
-No he terminado - dije - ¿Qué pasó con Agustina?
-Ya me encargué
-¿Exactamente qué significa eso?
-Ella iba a perder sus alas
después de intentar matarte. En el momento en que intentó volver al cielo, los
ángeles vengadores no la hubiesen dejado. Así que sucedería tarde o temprano,
sólo aceleré las cosas
-¿Así que…simplemente….se las
quitaste?
-Se estaban deteriorando; las
alas estaban rotas y delgadas. Si se quedaba más tiempo en la Tierra, no iba a
pasar mucho tiempo hasta que un ángel caído se diera cuenta de elo
-¿Ella volverá a aparecer en mi
vida?
-Difícil que lo haga
Rápidamente, Peter cogió una
pelusa de mi chaqueta, aprovechando para acercarme a él. Sus nudillos
acariciaron mi mentón.
-Podrías tomarla, Angel –dijo –
Las he visto a las dos en acción y mi apuesta está en ti. No me necesitas para
ello
-¿Para qué te necesito?
Rió, con un dejo de deseo. Sus
ojos estaban completamente enfocados en mí. Su sonrisa era completamente sexy….y
suave.
-La puerta está cerrada – dijo – Y
tenemos asuntos sin resolver
Mi cuerpo parecía haberse
apartado de la parte lógica de mi cerebro. Deslicé mis manos por su pecho, subiendo hasta enredar mis brazos en su cuello. Peter me alzó por la cadera y
enredó mis piernas en su cintura. Mi pulso se aceleró, pero no me importó.
Choqué mi boca contra la de él, sintiendo él éxtasis de su boca contra la mía,
sus manos en mí, sintiendo la adrenalina….
El teléfono sonó en mi bolsillo y
me aparté de Peter, respirando rápidamente.
-Mensaje de voz – dijo él
En lo profundo de mi consciencia,
sabía que responder el teléfono era importante. No podía recordar por qué;
besar a Peter había hecho que cualquier miedo se evaporara. Me aparté de él,
volteando mi cara para que no se dé cuenta de lo había provocado un beso de él
en mí. Internamente estaba gritando de alegría.
-¿Aló? – respondí
-¡Amiga! – dijo Cande - ¿Dónde
estás?
-¿Dónde estás tú?¿Aún estás con
Pablo y Jaime?
-Estoy en el colegio, entramos
sin permiso. Queremos jugar a las escondidas pero no tenemos suficiente
personas para dos equipos. ¿Así que conoces a una cuarta persona que quisiera
jugar con nosotros? – una voz murmuró en el fondo – Pablo quiere que te diga
que si no vienes…espera, ¿qué? – dijo Cande
-¿Lali? – era Pablo – ven a jugar
con nosotros. De otro modo, hay un árbol en el patio con el nombre de Cande
grabado en él
Sentí un escalofrío recorrer mi
cuerpo.
-¿Aló? – grité - ¿Pablo? ¿Cande?
¿Están ahí?
Pero, la conexión se había ido.
sube mas :D
ResponderEliminarcolapso con peter jajajaj
subi otro por favoor :)
ResponderEliminarhay no!!! Me fascina esta novela más!!!
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