sábado, 29 de septiembre de 2012

Heaven: Capítulo IV (Parte 1)

Los árboles

-Ya estoy harto de todo esto – dijo Peter
-No eres el único – repitió Gas, fríamente – Pero, Mariana no es de este mundo
-No me he olvidado de eso
-Si hubiesen tenido el sentido de venir hacia nosotros primero, tal vez hubiésemos encontrado otro camino – dijo mi hermano
-No somos niños – dijo Peter – Podemos tomar nuestras propias decisiones
-Bueno, no son buenos en ese aspecto. Deberían de pensar mejor la próxima vez
-¿Por qué no te largas de nuestras vidas?
-Lo haría gustosamente, pero sus decisiones tuvieron repercusiones para todos
-Por el amor de Dios – dijo Rochi – Todos estamos del mismo lado aquí, necesitamos dejar de culpar al otro y buscar la mejor manera de llevar esto
-Tienes razón. Lo siento – dijo Peter – Supongo que la verdadera pregunta es, ¿podrás quitar del medio a alguno de la Orden? – preguntó, dirigiéndose a Gastón
-Mis poderes debilitarán los suyos, pero hay mucha probabilidad de que ellos serán demasiados. Son miles y están entrenados para pelear
-Genial
-¿Exactamente qué nos sucederá si nos encuentran? – pregunté
-Es una buena pregunta – dijo Rochi
-¡No puedes esperar que nos quedemos aquí sentados esperando a que se aparezcan! – dije
-No podrás quedarte aquí por mucho tiempo. Sólo estamos haciendo tiempo hasta decidir qué hacer – dijo Gas – Mientras tanto sólo deben estar alertas
-¿Al menos pueden decirnos cómo son los de la Orden? – dijo Peter
-Hace mucho tiempo solían usar cuerdas y cintos de oro – explicó Rochi
-Se ven como perdedores – dijo Peter
-Ellos se han adaptado a los tiempos. En estos días tienden a aparecer como hombres de negro
-¿Así que no hay nada que podamos hacer para estar preparados? – presionó Peter
-Hay señales que usualmente preceden a su llegada – dijo Rochi – Encuentren la luna llena o visualicen un caballo blanco fantasma. Si ven alguno, uno de los Siete no estará lejos
-¿Luna llena o un caballo blanco? – preguntó Peter, dudando - ¿En serio?
-¿Dudas de la veracidad de todo esto? – dijo Gas
-No quiero sonar irrespetuoso, Gastón, pero honestamente crees que voy a dejar que un chico en un caballo blanco se lleve a Lali, ¿verdad?

Un sonido de exasperación se escapó de los labios de Gastón. Estaba a punto de agregar más cuando Rochi nos silenció a todos.

-Tu valor es admirable – dijo mi hermana, mirando a Peter – Pero, prométenos una cosa. Si ves a uno, no intentes pelear; sólo llévate a Lali lo más lejos que puedas
-De acuerdo. Lo prometo

Unos minutos más tarde, Gastón y Rocío se fueron de nuevo. Peter y yo fuimos a la habitación del segundo piso, con nuestros corazones pesados. Nos sentamos juntos en el sofá que daba hacia la ventana y nos quedamos mirando los árboles.

-Supongo que no dormiremos mucho esta noche – dije
-Lo dudo – dijo Peter, besando mi cabeza – Sé que no necesitas esto – agregó, mirándome – No después de todo lo que pasó en Halloween
-¿Qué puedo hacer?
-Desearía que hubiera algún lugar al que pueda llevarte – dijo  - Dónde sé que estarías segura
-No deberías de preocuparte por mí – dije – He visto suficiente, ya no soy tan frágil
-Lo sé – trajo una sábana y con ello me arropó – Nunca lo hemos hablado – continuó – El tiempo que pasaste en…. – se detuvo
-¿El Infierno? – solté – No hay mucho que decir. Fue todo lo que todos dicen que es
-Algunas personas dicen que no recuerdas una experiencia traumática. Tu subconsciente lo bloquea. Esperaba que eso fuese cierto para ti – sacudí mi cabeza tristemente
-Recuerdo – le dije – Recuerdo todo
-¿Quieres hablar de ello?
-No sé por dónde empezar

Cambié de posición, acurrucándome a su lado. La calidez que emanaba me había sentir la confianza suficiente para seguir.

-La peor parte fue que dejé a mis amigos detrás….Luna y Pedro. ¿No pensarías que haría amigos en el infierno, verdad? Pero fueron como mi familia. Luna ha sido la chica más linda que he conocido, y Pedro fue el que me enseñó a proyectarme para poder visitarte
-Desearía poder agradecerle
-Odio pensar lo que le han podido hacer. Cuando están molestos, son capaces de cualquier cosa
-¿Ellos…ellos te hicieron algo? – preguntó Peter, tragando fuerte
-Intentaron quemarme
-¡¿Qué?! – todo el cuerpo de Peter se volvió rígido y se puso de pie
-Está bien – lo abracé y lo atraje de nuevo hacia mí – Las llamas no me tocaron. Creo que alguien me estaba protegiendo, alguien de arriba
-Wow. No es algo fácil con lo que lidiar
-Lo sé. Y no quiero que te sientas culpable

Peter me miró, una extraña expresión cruzó sus ojos.

-Eres más fuerte de lo que los demás piensas – le sonreí
-Algo que aprendí ahí, es que nada es permanente. Todo y todos los que conoces pueden cambiar en cualquier momento. Así es como veo las cosas ahora, excepto a ti. Eres lo constante en mi vida
-Sabes que eso nunca cambiará, ¿verdad? Siempre estaré aquí – Peter presionó su frente contra la mía – Puedes apostarlo. 

3 comentarios: