De pronto me sentí cansada y me desplomé cerca a la chimenea.
Todos mis nervios se sintieron traicionados y pocas veces me pregunté si estaba
a punto de vomitar. Mis dientes castañeaban, y no podía dejar de temblar. El
sonido debe de haber alertado a Peter porque él se volteó y me miró como si
recordara mi presencia. Inmediatamente, estaba arrodillado a mi lado.
-Ey, ¿estás bien?
-Sí
-No te ves bien – dijo Peter, observándome
-Todo estará bien – dije y me lo repetí como si fuera un
lema
-Sabes que Rochi y Gas son parecidos – dijo, intentando
aparentar optimismo – Siempre predicen el peor escenario
Me levanté de un salto cuando escuché un suave sonido de
ramas afuera. Incluso el sonido del reloj sonaba exageradamente alto.
-Lali – Peter colocó su mano en mi frente – Necesitas calmarte,
te vas a enfermar
-No puedo evitarlo – dije – Todo se está mal. Deberíamos de
estar en nuestra luna de miel ahora. Pero, estamos aquí encerrados en medio de
la nada, con alguien o algo, cazándonos
-Lo sé. Ven aquí – Peter se sentó en la esquina de la silla
y me acercó hacia él, recostando mi cabeza contra su pecho – Mi amor, ¿no te
olvidas de algo? Has estado en el infierno y has vuelto. Sobreviviste. Has
visto morir a tus amigos y casi mueres muchas veces. Nada debería asustarte ahora.
¿Acaso no sabes lo fuerte que eres…lo fuertes que somos?
Tragué fuerte y presioné mi rostro contra su camisa, dejando
que el latido de su corazón y su olor familiar me conforten. Estaba funcionando;
podía sentir que me tranquilizaba.
-Te amo mucho, Peter – susurré – Y no me importa si todo el universo
está en contra de nosotros
Nos sentamos juntos en la cabina y observamos la luz empezar
a desvanecerse en la línea debajo de la puerta. Por fuera, nos veíamos
tranquilos, pero por dentro estábamos alistándonos para enfrentar otra pelea,
para preservar lo nuestro.
***
Aquellos primeros días que pasamos en la cabaña fueron los
momentos más nerviosos de mi vida. Mientras las horas pasaban y cada día
llegaba a su fin, nos manteníamos prisioneros en aquella cabina pequeña.
Normalmente, esta hubiera sido la clase de lugar con el que soñaba estar con
Peter: Haríamos chocolate caliente, nos acurrucaríamos en frente de la
chimenea, y sentiríamos como si el resto del mundo no existiera. Pero ahora
deseábamos regresar a la civilización y escapar de nuestro encierro. Demasiadas
preguntas permanecían sin contestar.
Peter y yo nos acurrucamos en uno de los sofás. Podía
adivinar lo que estaba pensando, que su falta de juicio nos había llevado a
este desastre. Encontró mi mirada y me dio una señal de disculpa. Pero él no
tenía de qué preocuparse, yo no me arrepentía de nada.
-Para – le dije – Deja de culparte
-Fue mi idea – repitió
-Fue nuestra idea – lo corregí – Y nadie hará que me
arrepienta de haberme vuelto tu esposa. Si tenemos que pelear, lo haremos
-Wow, te estás volviendo una pequeña peleadora, ¿verdad?
-Tú eres el que solías decir pelea o ándate a casa
-Yo hablaba de fútbol – dijo Peter – Pero supongo que
también se aplica aquí
-Podemos pensar en esto como si fuera un juego – dije –
Ganarnos el derecho a estar juntos…esa es nuestra meta, y simplemente estamos
jugando en contra de un equipo especialmente difícil – Peter sonrió
-¿Apostamos a que podemos vencerlos? – murmuró, colocando un
cabello detrás de mi oreja
Su toque me calentó y me hizo olvidar mi miedo. Cerré mis
ojos, distraída por la sensación de sus dedos contra mi piel.
-Por supuesto – murmuré – Ellos no tienen ninguna
oportunidad
Nuestros cuerpos presionados y el dedo de Peter trazando la línea
de mi boca. Sentí mis labios apartarse involuntariamente. El aire y el humor
estaban a punto de cambiar. Ambos sentimos aquello y nos alejamos.
-Esto apesta – dije – Gas no debería pedirnos esto ahora
-No es algo que no podamos soportar – dijo Peter
-Tienes tanto auto control que creo que deberías ser un
ángel
-No, gracias – sonrió – No me gustan las alturas
-¿En serio? Nunca me habías dicho eso
-Estaba intentando impresionarte. Tenía que esconder ciertas
cosas
-¿Y ahora no quieres impresionarme más? Es un poco temprano
para complacer. Sólo hemos estado casados un par de días
-En las malas y en las buenas, ¿recuerdas?
-No esperaba que lo malo sucediera tan rápido
Peter me acarició la cabeza para tranquilizarme, pero
surgieron otras sensaciones.
-Quiero besarte – dije de pronto – Quiero besar a mi esposo
-Creo que necesitas una distracción – dijo, suspirando
-Estoy completamente de acuerdo…
-No esa clase de distracción
Peter se puso de pie y empezó a buscar en una caja que había
al costado de la chimenea. Estaba lleno de copias de revistas. Presioné mi
rostro contra el sofá y gruñí. Peter continuó, determinado a encontrar algo que
sacara nuestras mentes de la tensión que colgaba en el aire.
-Debe de haber algo útil aquí – murmuró - ¿Monopolio o
Trivia? – preguntó, encontrando unos juegos
-Trivia – dije
-No es justo – se quejó – Eres como una enciclopedia andante
-Tus hermanas dicen que siempre haces trampa en Monopolio –
dije
-El hipotecar propiedades cuando tienes poco dinero no es
hacer trampa. Mis hermanas simplemente odian perder
Afuera, empezó a llover, acompañado de una tormenta que se
oía a lo lejos. Cambié de posición en el sofá, jugando con las almohadas.
-Ni siquiera sabemos quién nos está buscando – susurré
-No importa – dijo Peter – No nos encontrarán. Y si lo
hacen, correremos
-Lo sé – dije – Sólo desearía saber exactamente qué sucede.
Nadie nunca nos dice nada. Y no puedo soportar el pensar que alguien nos
intente separar de nuevo
-No pensemos en ello – dijo Peter, cambiando el humor
-Tienes razón. Sólo juguemos
Peter asintió y empezó a armar el Monopolio en silencio. Por
un momento el juego nos absorbió, pero podía decir que sólo era un tiempo.
Ambos alzamos la cabeza al mismo tiempo al escuchar sonidos afuera. En un punto
determinado, Peter prendió su celular y encontró doce llamadas perdidas y
varios mensajes de texto de sus padres y hermanas. Lanzó su celular en el sofá,
frustrado. Sabía lo difícil que debía de ser para él el ignorar a su familia
cuando unas simples palabras podían tranquilizarlos. No sabía qué decirle, así
que no dije nada. En lugar de eso, lancé los dados y silenciosamente moví mi
peón.
Sólo cuando escuchamos que la camioneta se estacionó, nos
dimos cuenta que nos moríamos de frío y de hambre. Por suerte, Rochi y Gas
habían traído comida.
-Hace frío aquí. ¿Por qué no prendieron el fuego? – preguntó
Rochi
Me encogí de hombros. Gas movió sus manos en el aire y
prendió la chimenea. Inmediatamente me acerqué para calentarme. Trajeron comida
China y comimos en silencio.
-La Diecisiete Orden ha asumido el control – anunció Rochi –
¡Siempre meten sus narices donde no son llamados!
Vagamente sabía a qué se refería. La Diecisiete Orden era
una fracción de ángeles creados para actuar como custodios sobre las naciones
del mundo, pero aún estaba dudando de lo que harían con nosotros.
-No puedo creer que esto esté sucediendo – mi comentario no
fue dirigido a alguien en particular
Gastón volteó su cabeza y me miró.
-¿Qué esperabas? ¿Una luna de miel grandiosa?
-No, pero es difícil de imaginar que están viniendo aquí.
Sólo por nosotros
-No están viniendo – dijo Rochi – Ya están aquí
-¿Qué quieren? – interrumpió Peter – Quienes sean, no los
dejaré acercarse a Lali
-Aún eres un cabeza dura – murmuró Gas, mirando el fuego
-Los dos deberían esconderse – continuó Rochi – Ellos ya
empezaron a cazar
-¿Cazar? – preguntó Peter – Aún estamos hablando de ángeles,
¿verdad?
-Primero son soldados, ante todo – dijo Rochi – Con un
objetivo….encontrar al renegado
Me tomó un segundo darme cuenta que el renegado era yo.
-Nuestra única opción es confundirlos – habló Gas – Seguir moviéndonos,
cambiar de localidad
-¿Esa es tu solución? – pregunté, incrédula
-A corto plazo. ¿Tienes una mejor idea?
-Realmente no te sigo – dijo Peter – Mira, sé que no
obtuvimos permiso de arriba por lo que hicimos, pero ellos nos dieron luz verde
para estar juntos. Y todo lo que hicimos fue dar el siguiente paso
-Excepto que ese paso no era algo que debieron dar ustedes –
dijo Rochi – Su relación fue tolerada. Ustedes no debieron tomar el siguiente
paso sin autorización
-Lali ha cometido una trasgresión seria – agregó Gastón – El
matrimonio es un pacto indisoluble entre el hombre y la mujer. Ustedes han
utilizado la suerte en el pasado, pero esta vez….están fuera de línea. No
pueden voltear la orden de la creación sin repercusiones. Así que estén
preparados para una reacción. Y no creo que sea muy bonita.
ni siquiera se pueden besar? estan al horno.
ResponderEliminarNo por que es tan complicado?? Que les pasa si los cazan??? Me encanta más!
ResponderEliminarnoo que mal por ello es demasiado complicado =/
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