jueves, 27 de septiembre de 2012

Heaven: Capítulo II

Corre, bebé, corre

Sólo cuando el Segador desapareció me sentí cómoda de soltar a Peter. Él corrió hacia donde yacía el cuerpo inerte del padre Mel. Sus ojos aún estabas abiertos. La señora Álvarez salió de su escondite, agarrándose del altar y empezando a temblar. Dijo algo inentendible y desapareció. Peter me miró, su rostro lleno de dolor.

-Lali, ¿qué hemos hecho? – susurró – Asesinamos a alguien
-No, no lo hicimos – me arrodillé a su lado y tomé sus manos entre las mías – Escúchame, Peter, esto no es culpa
-Se lo llevaron a él como venganza – murmuró Peter – Por aceptar nuestro matrimonio. Si no nos hubiese ayudado, aún estaría vivo
-Nosotros no sabíamos eso – volteé su barbilla, para que me mire – Nosotros no somos los asesinos

Pasé mis dedos por encima de los ojos del padre, cerrándolos para siempre. Sentí el enojo subir por mi pecho por toda la injusticia, pero sabía que eso no nos ayudaría. Así que en lugar de eso, empecé a rezar para que el alma del padre encuentre paz. Peter seguía al lado del cuerpo.

-Sólo su vida mortal ha sido interrumpida – le dije – Él ahora está en paz, ¿lo sabes, verdad?

Peter asintió e intentó apartar las lágrimas que se habían acumulado en sus ojos. El sonido de las llantas de un auto chirriando contra el suelo trajo nuestra atención. Inmediatamente, las puertas se abrieron.  Cuando Rochi y Gas ingresaron a la Iglesia, les tomó una fracción de segundo entender la escena.

-¿Qué es lo que han hecho? – dijo Rochi
-Llegamos muy tarde – dijo Gas, mirando nuestros anillos y el cuerpo en el suelo
-Esta rebelión no quedará sin respuesta
-No ahora – dijo Gas, mirando hacia la salida – Debemos abandonar este lugar

Nos agarraron de los hombros y nos sacaron de la Iglesia. La camioneta nos esperaba afuera.

-Entren – dijo Rochi – Ahora
-No – dije, alejándome de ellos – ¡Estoy harta de que todos me digan lo que tengo que hacer!
-Mariana, me hubiera gustado que vinieras primero a mí – dijo Gas, su voz llena de desilusión – Pude haberte ayudado a tomar la decisión correcta
-Esta es la decisión correcta, Gas – dije
-Has traicionado las leyes del Cielo y causado la muerte de un hombre de Dios – dijo mi hermana - ¿No tienes remordimiento?
-¡No sabíamos que eso sucedería!
-Claro que no – dijo Rochi - ¿Esperas que te defendamos sin importar lo que hagas?
-No. ¡Solo quisiera que vean las cosas desde mi punto de vista!
-Sólo queríamos estar juntos – dijo Peter – Eso es todo
-¡Entren al auto! – dijo Rochi, aún más enojada
-Iremos con ustedes – dije – Sólo díganos a dónde vamos
-Ustedes deben abandonar Venus Cove. Ahora mismo. No hay tiempo que perder – dijo Gas – Les explicaremos en el camino
-Gas, ¿qué sucede? – dije, tocando su hombro
-No están más a salvo aquí – dijo mi hermano, con la voz derrotada
-¿Qué? – inmediatamente Peter colocó un brazo alrededor de mis hombros - ¿Por qué no?
-Sé que hemos creado problemas – dije – Y nunca me perdonaré por lo que le sucedió al padre Mel, pero ¡no lo entiendo! Esto no debería involucrar a ninguno de nosotros. Sólo queríamos casarnos. ¿Por qué eso está tan mal?
-Ante los ojos del Cielo, lo está – dijo Rochi, sus ojos encontrando los míos
-No es justo – protesté

Me subí a la parte de atrás del auto, frustrada y conteniendo las lágrimas. Peter se colocó a mi lado antes de que Gas se volteé del asiento de adelante y nos mire duramente.

-Escúchenme cuidadosamente – dijo

Peter palideció y tragó fuerte.

-No sólo tienen que irse – dijo Gas – Tienen que correr

Mi hermano condujo hacia fuera de la ciudad hacia unas colinas. A pesar de su promesa de explicar todo, no dijeron nada. Peter y yo estuvimos abrazados uno al otro, intentando no asumir lo peor. Esta no era exactamente la luna de miel que tenía en mente. Solo esperaba que Peter no tuviese dudas. Gas condujo por lo que pareció horas, mientras Rochi se mordía el labio nerviosa, Peter pensaba sobre el padre Mel y yo intentaba apartar mis pensamientos. Finalmente, estacionamos fuera de una cabaña, los alrededores era puro bosque.

-¿Dónde estamos? – pregunté
-En las Montañas Smoky – dijo mi hermano – Carolina del Norte

Bajamos del auto y Gas sacó las llaves, abriendo la cabaña. Había una chimenea en el centro de la casa, con varias sillas alrededor. Una vez adentro, Gas se acercó y me sacudió por los hombros.

-¿Cuándo vas a crecer? – demandó - ¿Cuándo vas a darte cuenta que estás viviendo otra vida, una que no te pertenece? ¡No eres humana, Mariana! ¿Por qué no puedes entender eso?
-Tranquilo, Gastón – dijo Peter, defendiéndome – Ella ya no es tu responsabilidad
-¿En serio? ¿Y de quién es? ¿Tuya? ¿Cómo planeas protegerla?
-Yo no soy responsabilidad de nadie – dije, no quería pelea – Tomé una decisión y asumiré las consecuencias. Peter y yo nos amamos y no vamos a dejar que nadie nos separe
-Estás loca – dijo Gas, gruñendo
-No puedo vivir como tú – dije – No puedo enterrar mis emociones y pretender que no existen
-Tú no experimentas emoción, Mariana – tú estás controlada por ella, y todo lo que has hecho está basado en tu propio interés
-¡Sólo porque no entiendas el amor no significa que esté mal!
-Esto ya no se trata del amor. Es sobre la obediencia y la responsabilidad Dos conceptos que parece que no entiendes
-¿Por favor, pueden calmarse? – dijo Rochi – Discutir no nos va a llevar a nada. Lo que se ha hecho, queda así. Ahora tenemos que encontrar ayuda para Lali y Peter

Gas miró a Rochi, frunciendo el ceño, como intercambiando un secreto. Luego, el momento pasó.

-Rocío y yo nos tenemos que ir, pero estaremos pronto de regreso. Mientras tanto, manténgase fuera de vista y, Lali, mantente fuera de las ventanas. Tu presencia será fácilmente ubicada por… - se detuvo
-¿Quién me está buscando? – pregunté
-Después – la manera en que lo dijo denotaba lo peligroso que eran las cosas

Sus ojos encontraron los míos y noté lo preocupado que estaba. Sentí un poco de culpa. No podía culpar a Gas por estar irritado. Él siempre estaba limpiando mis desastres, consultando a las autoridades superiores y disculpándose por los errores del otro. Nuestra decisión de correr y casarnos había creado todo un drama que nadie necesitaba ahora.

-Una última cosa – agregó Gas, su mano ya en la manija de la puerta – Les sugiero que eviten….el contacto físico

Hizo un sonido como si lo que estaba pidiendo era la cosa más normal del mundo. Como si nos estuviera recordando apagar las luces.

-¿Qué? – pregunté - ¿Al menos podemos saber el motivo?

Gas frunció el ceño, dudando de si debía compartir la idea.

-Puede que tengan más compasión si el matrimonio no ha sido consumado – Rochi respondió por él
-Puede que no haga diferencia – dijo Gas – Pero el instinto me dice que sería más inteligente para Mariana y Peter el mandar un mensaje de… - se detuvo, buscando la palabra correcta
-¿Arrepentimiento? – ofreció Rochi y Gas asintió
-¡Eso sería una mentira! – dije, sin pesar – No lo lamentamos – Pero nunca quisimos herir a nadie
-Sé inteligente – dijo Gas – Este es un pequeño sacrificio
-No creo que estés en posición de hacer comentarios sobre eso, ¿verdad? – Peter le lanzó una mirada desafiante
-Estamos intentando ayudarlos – dijo Rochi – Antes de que podamos, necesitamos descubrir qué sucede
-¿Eso quiere decir que no saben? – pregunté sorprendida y nerviosa
-No hay algo parecido a esto – explicó mi hermana – Sólo ha sucedido una vez antes y eso fue hace mucho tiempo – Peter y yo nos miramos sin entender
-Rochi se refiere al Nephil – dijo Gas
-¡Vamos! – solté – Esto es completamente diferente
-¿Quiénes son los Nephil? – preguntó Peter
-Fueron creador hace mucho tiempo cuando los hijos de Dios descendieron del Cielo y fueron cautivados por la hermosura de las hijas de los hombres – expliqué – Juntos, crearon un medio humano, una raza mitad ángel
-¿En serio? – Peter alzó sus cejas – Deben de haberse saltado aquello en la clase sobre la Biblia
-No es una doctrina muy aceptada – dijo Gas
-¿Y eso que tiene que ver con nosotros?
-Nada – dije – No es lo mismo. Esos ángeles cayeron de la gracia. Se rebelaron contra Dios. El Cielo ni siquiera puede considerar esto como una transgresión seria…¿verdad?
-No lo sé – dijo Rochi, suavemente – Ustedes se han ligado al mundo mortal, como ellos
-No podemos sacar ninguna conclusión todavía – dijo Gas – Nada es certero
-Necesitan esperar y ser pacientes – dijo Rochi – Descubriremos lo que podamos y les diremos todo apenas regresemos

Cogió las llaves del auto pero Gas se lo impidió.

-Déjales al auto – se volteó hacia Peter, leyéndole el pensamiento – No te preocupes; sabremos si se meten en problemas. Si lo hacen, salgan rápido. Los encontraremos
-Lo entiendo – dijo Peter

Parecía entender todo más que ello. Se dirigió hacia las ventanas y bajó las cortinas.

-Regresaremos apenas podamos – dijo Gas – Y recuerden, alejados de las ventanas
-Ey, espera – dijo Peter - ¿Qué se supone que voy a hacer con mis padres? Ellos deben de estar muy preocupados
-Ya me he encargado – dijo Gas
-¿Cómo? – preguntó Peter – Es mi familia. ¿Qué hiciste?
-Hasta lo que sé, la última vez que te vieron estabas en la escuela, antes de la graduación. Desapareciste y luego no se sabe nada más de ti. En veinte y cuatro horas, el departamento de policía tendrá a un desaparecido. En dos semanas, asumirán que no quieres ser encontrado
-Debes de estar bromeando – dijo Peter - ¿Quieres que mis papas crean que me fui de la ciudad?
-Es lo mejor
-No
-Llámalos si quieres – interrumpió Rochi – Pero los pondrás en peligro. No es seguro que alguien sepa en dónde andamos
-¿Están en peligro? – preguntó Peter, con alarma
-No mientras se mantengan alejados – dijo mi hermana – Si se enteran de algo, entonces se volverán útiles. ¿Entiendes?

Peter tragó fuerte y no dijo nada. No tenía más chance que aceptar. No podía en riesgo a su familia…incluso si rompía su corazón al pensar en lo mucho que llorarían su desaparición.

-Los volverás a ver – dijo Gas – Cuando todo esto termine

Luego, él y Rochi desaparecieron.

-Lo espero – murmuró Peter

Sabía lo mucho que Peter me amaba; sólo deseaba que el precio no fuese tan alto. Quería hacer algo para aliviar su dolor. Intenté acercarme, pero Peter se volteó y se concentró en el reloj de la pared. Sabía que estaba perdido en su propio dolor.

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