domingo, 26 de agosto de 2012

Ángeles Caídos I: Diez

Me desperté por el sonido del celular. Colocando una almohada en la cabeza intenté bloquear el sonido; pero, el celular sonaba y sonaba. Estiré un brazo fuera de la cama y cogí el teléfono de la mesita de noche.

-¿Sí? – contesté con mis ojos aún cerrados, luego de bostezar
-¿Qué te pasó? ¿Qué pasó con el algodón de azúcar? Y mientras te lo comías, ¿por qué no me dijiste dónde estabas para irte a estrangular? – era Cande - ¡Pensé que te habían secuestrado! ¡Pensé que te habían asesinado!
-Digamos que me demoré – dije – cuando regresé, ya no estabas
-¿Qué clase de excusa es esa?

Me enfoqué en el reloj de la pared, después de unos segundos pude ver la hora: dos de la madrugada.

-Estuve dando vueltas por todo el estacionamiento como una hora – continuó mi amiga – Pablo fue por todo el parque enseñando la única foto que tengo de ti en mi celular. Intenté llamarte al celular como docenas de veces. Espera. ¿Estás en casa? ¿Cómo llegaste? – me sobé las esquinas de mis ojos
-Peter
-¿El acosador de Peter?
-Bueno, no tenía otra alternativa, ¿verdad? Te fuiste sin mí
-Suenas exaltada, realmente exaltada. No, no es eso. Suenas agitada…nerviosa….emocionada – sabía que estaba abriendo sus ojos con sorpresa - ¿te besó, verdad? – no dije nada - ¡Lo hizo! ¡Lo sabía! He visto la forma en que te mira, sabía que esto pasaría. ¿Cómo fue? ¿Un beso corto? ¿Un beso profundo? ¿Un beso fogoso?
-¿Qué?
-¿Fue solo un pico, abrieron sus bocas o conectaron lenguas? No importa. No tienes que responder eso. Sin duda hubo lengua. Garantizado

Me cubrí el rostro con mis manos, escondiéndome como si fuese posible. Peter probablemente pensaba que yo no tenía ningún tipo de control. Me había lanzado a sus brazos, me había derretido como mantequilla. Justo antes de decirle que debía irse, estaba casi segura que había hecho un sonido que señalaba que me estaba gustando todo lo que pasaba. Eso explicaba su sonrisa arrogante.

-¿Podemos hablar de esto después? – pregunté
-No – dijo y suspiré
-Estoy realmente cansada
-No puedo creer que estés pensando en dejarme en suspenso
-Sólo espero que lo olvides
-Imposible
-¿Aún iremos de compras?
-Te recogeré a las cuatro
-Pensé que nos encontraríamos a las cinco
-Las circunstancias han cambiado. Estaré ahí cuanto antes

Cerré el celular y me metí debajo de las sábanas de nuevo. Me imaginé la sonrisa de Peter y sus ojos grises. Después de dar vueltas por varios minutos en la cama, me rendí. La verdad era que, mientras Peter estuviera en mi mente, no podía estar cómoda. Me senté en la cama y volví a coger el celular, esta vez prendiendo la lámpara de la mesa de noche. La batería estaba completamente cargada. ¿Cómo?

***

Decidí que lo mejor sería no maquinarme sobre lo que había sucedido en el Arcángel, pero igual fue difícil no pensar en Peter mientras Cande y yo dábamos vueltas por el centro comercial. Lo peor es que ella no dejaba de hacerme preguntas sobre lo que había pasado con Peter, y eso me traía todos los recuerdos.

Luego de pagar un par de blusas para mí, me concentré en los perfumes que vendía la tienda, mientras Cande conversaba con la cajera. Estaba oliendo uno de los productos cuando sentí una presencia familiar cerca de mí. Era como si alguien hubiese echado un cubo de hielo en mi espalda. Sentí el mismo escalofrío como cuando me encontraba con Peter.

Cande y yo éramos las únicas dos clientas en la tienda, pero al otro lado de la ventana de vidrio, vi una figura caminar por la pista, escondiéndose.

-Hora de irnos – le dije a Cande
-Mira esto, ropa de dormir a mitad de precio
-Creo que me están siguiendo - dije
-¿Peter?
-No. Mira al otro lado de la pista
-No veo a nadie

Y yo tampoco, seguramente ya se había ido.

-Creo que entraron al centro comercial – dije
-¿Cómo sabes que te están siguiendo?
-Un mal presentimiento
-¿Se parece a alguien que conoces? Por ejemplo….Paula – una de las chicas de mi promoción que es mi antagónica
-No era Paula – dije, mis ojos aún en la calle – cuando dejé el arcade ayer por la noche para comprar algodón de azúcar, vi a alguien observándome. Creo que es la misma persona que ahora
-¿Hablas en serio? ¿Por qué me dices esto ahora? ¿Quién es?

No lo sabía y eso me asustada más que nada.

-¿Hay alguna puerta trasera? – le pregunté a la cajera
-Sólo para empleados
-¿La persona es hombre o mujer? – preguntó Cande
-No sé
-Bueno, ¿por qué crees que te están siguiendo? ¿Qué quieren?
-Asustarme
-¿Por qué querrían asustarte? – no lo sabía
-Necesitamos una distracción – le dije a Cande
-Exactamente lo que estaba pensando – dijo ella – y soy buena en eso. Dame tu chaqueta
-No hay forma. No sabemos nada de esta persona. No voy a permitir que salgas vestida como yo. ¿Y si está armado?
-A veces tu imaginación me da miedo

Tengo que admitir que a veces era exagerada, pero estaba demasiado nerviosa.

-Saldré primero – dijo Cande – si me siguen, tú los sigues. Iré hacia el cementerio y luego nos encontraremos con ellos y les haremos preguntas

Un minuto después, Cande abandonó la tienda usando mi chaqueta. Cogió mi paraguas rojo para protegerse de la lluvia. En ese mismo instante, observé que la figura salía del centro comercial y seguía a mi amiga. A través de la ventana, pude ver que el tipo de caminar de la persona era femenina, definitivamente femenina.  Cande y la chica, voltearon en la esquina y desaparecieron; yo corrí hacia la puerta. Cogiendo el paraguas de Cande, fui detrás de ellas, teniendo cuidado con la lluvia. Cuando me di cuenta que las había perdido, decidí ir por mi auto, que estaba cerca. Empecé a conducir hacia el cementerio, como habíamos quedado con Cande, hasta que de pronto, un objeto rojo chocó contra mi ventana. Inmediatamente presioné los frenos.

Abrí la puerta y salí del auto, yendo hacia la parte de atrás del mismo para ver qué me había golpeado. Hubo un momento de confusión mientras mi mente procesaba lo que estaba viendo. Mi paraguas rojo estaba enredado entre la llanta. Entre el sonido de la lluvia, escuché un sollozo.

-¿Cande? – pregunté y caminé alrededor del auto

Encontré a mi amiga en medio de la pista, recostada y herida. Empecé a correr.

-¡Cande! – me arrodillé a su lado - ¿Qué pasó? ¿Estás bien? ¿Puedes moverte? – estaba hecha un ovillo, con sus piernas contra su pecho – voy a buscar ayuda – le dije, pensando en mi celular pero ella no quería soltar mi mano  - ¿Qué pasó? ¿Fue la persona que te siguió? ¿Te hicieron esto? ¿Qué te hicieron? – continué con las preguntas

Cande murmuró algo poco entendible que parecía ser “mochila”. Sin duda, su mochila estaba desaparecida.

-Va a estar todo bien

Controlé las lágrimas que se formaron en mis ojos y el nudo en la garganta. Sabía que la persona que me había seguido era la misma que le había hecho esto a Cande y me culpaba por haber permitido que Cande se haga pasar por mí. Sin perder más tiempo, saqué el celular de mi bolsillo y llamé a emergencias.

-Necesito una ambulancia – dije, tratando de calmar mi histeria – a mi amiga la atacaron y le robaron

4 comentarios:

  1. woooow quedo re buenaa :D
    quien la sigue??

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  2. Wow!! Es muy buena, genial! Te juro q siento miedo, quien la sigue? pq? que le hizo a cande? Peter q propósito tiene?? Más!

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  3. woooooooow comence a leer hoy y me facino

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  4. Bui Buena Uff Hace rato Estuve buscando aSLgo Asi Laliter Y leido Mucho Creeme By :Vale

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