martes, 7 de agosto de 2012

Santificado: Veinticuatro

Dia D (parte dos)

Tres días pasan. Es algo que no esperas, viene la muerte, el funeral, el entierro. Pero entre la muerte y el funeral hay un millón de eventos que nadie piensa. Como escribir memorias, escoger flores, escoger lo que mi madre usará y que usaré yo.

Peter deja de ir al colegio para quedarse conmigo. Usualmente esto significa que él se sienta en la silla a mi lado mientras yo estoy ahí sin hacer nada, intentando conversarme de algo, preguntarme si necesito algo, la mayoría de veces digo que no, hasta esa noche en que le digo si se puede ir a casa.

- Sin ofender, pero quiero estar sola – agrego
- Sí – dice, pero noto la ofensa

Todos los días siento a Thiago en algún lugar cercano, sin intentar hablarme o presionándome. Sólo cerca. Me deja estar solo, pero él también está ahí, en caso cambie de opinión. Al tercer día, Peter me confronta, pidiéndome dejarme ayudar. Estoy recostada en la cama, sin dormir, simplemente haciendo nada y de pronto él ingresa a la habitación.

- Quiero estar aquí para ti – dice, sin decir hola – es así de simple
- Está bien
- Pero no me dejas. No me dejas entrar, Mar. Me estás alejando. No me dices que estás sintiendo
- No siento nada. No es mi intención alejarte – pero la verdad es que sí lo quiero alejar
- Me has estado alejando por meses. No me dices las cosas, por ejemplo sobre el ángel malo. Aún sigo esperando, sabes, a que me digas sobre lo que pasó con ese chico, pero no me dices nada. Tú crees que puedo soportarlo.
- Peter
- ¿Por qué últimamente presiento que estás alargando tu tiempo conmigo? ¿Qué vas a terminar con esto?
- Mi madre falleció – lo corto, sentándome – no estoy pensando en nada más – él sacude su cabeza
- ¿Por qué no me dices? ¿Por qué no crees que pueda soportarlo? ¿Acaso no he soportado todo lo que me has lanzado?
- De acuerdo, bien

Puedo sonar enojada, pero no lo estoy. Estoy cansada, cansada de esconder cosas, de ser la persona que el resto quiere que sea, cansada de ser la chica a la cual se le murió su madre.

- ¿Qué quieres saber?
- Todo – responde
- Está bien. Empecemos aquí. Por un tiempo pensé que ibas a morir. Tenía visiones del Cementerio Aspen Hill, todos ahí porque alguien estaba muerto y tú no estabas ahí. Así que pensé que eras tú. No quise contártelo porque si estaba equivocada, ¿cómo te ibas a sentir sobre eso?
- Pero le dijiste a Thiago
- Sí. Él puede leer mi mente, así que ya lo sabía
- Ajá – dice, y noto que no le gusta la idea de que Thiago y yo podamos leer nuestras mentes
- Y puedo leer los sentimientos de las personas. A veces una imagen o un pensamiento, pero mayormente sentimientos. Y hay más, por supuesto
- Está bien. Lanza
- Mi propósito no ha terminado. No sé qué es exactamente, pero sé que involucra a Thiago. Es como si fuésemos dos lados de una misma moneda. Yo no…lo amo en la forma en que te amo a ti, pero somos iguales, él y yo. Nos hacemos más fuerte, juntos – Peter me mira, sus ojos brillando

Parte de mí se da cuenta que por más que lo ame, por más que no quiera dejarlo ir, es mejor decirle lo siguiente porque él estará mejor sin mí, a salvo, lejos de mi mundo loco de ángeles y cosas misteriosas, lejos de las mentiras.

- Besé a Thiago – mi voz se quiebra al mencionar su nombre – bueno, de hecho, él me besó. Pero, yo lo dejé. Él me dijo que era parte de su propósito, y yo lo dejé, porque estamos conectados. En mi sueño, cuando mi madre fallece, cuando estamos en el cementerio, es él quien sostiene mi mano y me consuela. Porque tú no estás ahí
- ¿Cuándo? ¿Cuándo él….?
- Dos días antes de que mi madre falleciera
- Tengo que irme – dice, poniéndose de pie
- Pitt

Cierra sus ojos, sus manos convertidas en dos puños. Cuando abre sus ojos, noto un dejo de lágrimas.

- Tengo que irme – agrega de nuevo, después de dar un respiro

Lo sigo fuera de mi habitación, hacia las escaleras.

- Lo siento, Pitt – digo, como si eso pudiera arreglar algo

Mis palabras no lo detienen. Pasa a un grupo de amigos en la sala, pasa a Cande y Ángela que están sentadas juntas en el sillón.

- Cande, vámonos
- Pitt – lo llamo de nuevo

Pero, luego me detengo. Lo dejo ir, aunque no me vuelva a hablar. El dolor en mi pecho se duplica, me hace sentir corta de respiración. Me inclino contra la pared y veo a Peter mientras corre lejos de mi casa. Se detiene en su auto y busca las llaves del mismo. Cande lo alcanza, agarrando su brazo, le dice algo y él asiente. Luego Peter mira hacia atrás y ve a Thiago de pie en la entrada de la casa.

- Tú – dice Peter, alejando a Cande y acercándose a la casa
- Peter – dice Thiago
- ¿Qué clase de persona eres tú? – dice Peter, acercándose más a él - ¿esperas a que ella esté en su momento más vulnerable y haces tu jugada?
- ¿Es eso lo que ella te dijo?

Quiero salir de aquí, detener esto antes de que alguien salga herido. Tengo el presentimiento que algo malo va a pasar. Pero mientras me acerco a la puerta, Ángela sostiene mi brazo.

- No lo hagas – dice – lo empeorarás
- Ella me dijo que la besaste – dice Peter
- Lo hice
- ¿No te importa que tenga un enamorado? ¿Qué me ama?

Peter se acerca más, quedando a escasos centímetros de Thiago, con sus manos en puños, esperando la excusa para golpearlo.

- Siempre me caíste bien, Peter. Creo que eres un chico decente – dice, con voz calmada

Peter ríe.

- Pero qué, ¿no soy suficiente para ella? Ella está fuera de mi liga porque….
- Ella y yo nos pertenecemos – lo interrumpe Thiago
- Claro. Porque es tú propósito – dice Peter, en voz baja
- Por eso y más razones, ninguna de las que eres capaz de entender
- Hijo de puta

Y es ahí cuando Peter lo golpea, directo en su rostro, sacando sangre de la nariz de Thiago. Luego, la entrada está llena de gente y aprovecho para zafarme de Ángela, momento en que Peter empuja a Thiago contra la pared tan fuerte que rompe la ventana. Peter coloca una mano en el pecho de Thiago, lleno de furia y lo lanza lejos. Peter cae, y termina con sangre en su mentón, el cabello todo desarreglado, sus ojos llenos de fuego.

- Vamos, chico lindo – lo tantea – enséñame lo que tienes
- ¡Deténganse! – grito – Thiago, no le hagas daño –agrego cuando no me hacen caso
- ¡Está bien, suficiente! – grita Emi, apareciendo a mi lado - ¿qué cosa creen que están haciendo aquí, portándose como un par de idiotas? Deberían de estar avergonzados
- Me voy – dice Peter, sin mirarme de nuevo

Regresa a su auto, junto con Cande quién me manda una mirada de disculpas.

- Mar, yo… - dice Thiago, en mi mente
Ni te atrevas a decirme que lo sientes. Sólo vete
- Yo sólo…
- Vete. Quiero que te vayas, Thiago. No te quiero aquí, no te necesito

Traga fuerte y me mira. No cree en mis palabras.

- Vete de aquí – digo, en voz alta

Se voltea y se aleja hacia el bosque. 

2 comentarios:

  1. No me gusta esto, pobre peter se fue todo lastimadito!! Y lali todo lo q le toca pasar.
    Totalmente a parte con tu novela en el foro me estas dando muchas ganas de ver el internado, en cuanto tenga algo de tiempo empiezo con el! sentite culpable je!

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