viernes, 10 de agosto de 2012

Santificado: Epílogo

Graduación

En la graduación, todas las chicas tienen que usar togas blancas y los hombres, de negro. Toda la promoción se junta en el Gimnasio para bailar en parejas y comenzar una ronda de conversaciones con los amigos y familiares. Es difícil estar ahí y no ver a mamá o a Stefano, quién ha desaparecido de la casa luego de que apareció la policía; lo hemos buscado por días, pero no hay rastro de él. Encuentro a papá entre la multitud, está al lado de Emi. Me sonríe y yo intento hacer lo mismo, total, me estoy graduando después de todo, es algo importante.

Ángela es la encargada de dar el discurso de despedida, es seleccionada como la mejor oradora y la mejor de la clase. Cuando termina todas la aplauden y realmente estoy orgullosa de ella, ha hecho un buen trabajo. Hablo un poco con ella antes de que Peter se aparezca detrás de mí y mi amiga me deje sola con él.

- Hola Zanahoria – dice
- Hola
- Una cosa loca todo esto, ¿no?
- ¿Qué?
- La graduación. Finalmente terminamos con todo esto
- Ah, sí. Una locura
- ¿Podemos salir un instante y hablar? – pregunta, achinando sus ojos

Lo sigo hacia afuera. Peter coloca sus manos en sus bolsillos.

- Lo siento. Fui un idiota ese día. No lo sé, estuve sorprendido y luego vi… - se detiene y toma un gran respiro – creo que un cavernícola tomó mi cuerpo. Lo siento – repite

No puedo pensar en nada para decir que no termine conmigo llorando.

- ¿Cómo estás? – pregunta, después de aclararse la garganta
- ¿Ahora mismo? He estado mejor
- No, quiero decir… - suspira – Dios, he olvidado lo frustrante que puedes ser – es un insulto pero viene con una sonrisa, con esa admiración en sus ojos
- Y yo me he olvidado lo rudo que puedes ser
- Eso dolió – dice con una sonrisa

Mi corazón duele, queriendo que todo esté bien entre los dos. Él parece notarlo porque se acerca y pone una mano en mi brazo.

- ¿Así que asumo que irás a Standford?
- Sip – digo, sin mucho entusiasmo
- ¿Pero estarás en el verano aquí, verdad?

La mirada en su rostro demuestra esperanza, y el verano que podríamos haber tenido se posiciona en mi mente, como algo mágico, como el verano pasado cuando me moría por Peter y por esta ciudad. Desearía poder vivir todo eso de nuevo, aquellos días donde nos íbamos a pescar al lago, o nos íbamos a las montañas, o a nadar en el río, lugares donde nos besábamos y nos acariciábamos.

- No. Emi pensó que sería una buena idea si me voy este verano, ya sabes, lejos de toda la tristeza
- Suena como un buen plan – dice, silenciosamente
- Así que me iré a Italia con Ángela
- ¿Cuándo?
- El lunes – en dos días, ya he empacado
- Bueno, tal vez eso sea lo mejor

Hay un silencio.

- Estaré de regreso unas semanas antes que empiece la universidad. Estarás aquí, ¿verdad?
- Sí
- Está bien

Me mira, sus ojos grises hacen que mi corazón de un vuelco.

- ¿Y mañana? ¿Estás libre?
- Eh, sí
- Entonces pasa por mí mañana por la mañana – dice – saldremos una última vez – incluso ahora, no puedo decir que no

Peter decidió que sería lindo llevarme al Gran Cañón de Yellowstone, porque hay un lugar donde puedes ponerte de pie al lado de la catarata que dijo que amaría (y lo hice). De regreso a casa, luego de haber dejado a Peter en su casa, tengo que detenerme. Quiero regresar, quiero que esa tarde dure para siempre, pero todo lo que tengo es esa memoria que ya está desvaneciéndose. Así que me siento en mi auto, a un lado de la pista y lo recuerdo mirándome mientras observábamos la caída del agua. Recuerdo cuando él me dijo que me quería besar y yo no me negué.

Luego me miró profundamente a los ojos y colocó sus labios contra los míos. Fue el beso más dulce del mundo, intenso pero no demandante, gentil. Abrí mi corazón al suyo y sentí lo que él sentía. Me ama tanto que esto lo estaba matando, la manera en que su beso era como una despedida. Él nunca quiso dejarme ir, él quería pelear por mí, cada parte de él le decía que pelee, pero no sabía cómo. Luego, muy pronto, se alejó de mí.

Quise decirle que se voltee, que regrese. Y podía haberlo convencido, decirle que esto no tenía por qué ser la despedida. Pude decirle que quería que él pelease por mí, que también lo amaba. Pero algo dentro de mí me susurraba que él tenía razón, cuando ayer me dijo que esto era lo mejor. Peter se merece algo mejor de lo que yo le puedo dar. Él se merece una chica humana regular, una como Alison. Él se merece la felicidad.
Mi padre me espera en casa cuando llego.

- No salgas – me dice, refiriéndose al auto – hay un sitio a dónde me gustaría que vayas conmigo
- ¿A dónde? – pregunto, cuando él ya ha entrado
- Hacia el centro de la ciudad
- Está bien

Nos estacionamos en un parque, frente a las montañas y al sol que resplandece. Nos bajamos del auto y por unos instantes apreciamos el paisaje.

- Ya he visto esto – digo
- Nunca has visto esto – repite mis palabras – no hemos llegado todavía

Antes de que tenga tiempo de procesar sus palabras, coloca una mano en mi cuello. Algo empieza a cambiar alrededor de nosotros, como un cambio rápido en la presión del aire. Siento una leve sensación de estarme elevando, la que sientes cuando un elevador empieza a alzarse. Luego noto que hay algo diferente sobre el color del jardín, es más verde que antes. Miro las montañas y noto la diferencia, en la luz.

- ¿Estás bien? – pregunta – puede que sea mejor si te sostienes de mí hasta que recuperes tu equilibrio

Tomo un gran respiro, el aire está muy pesado, pero el lugar es muy hermoso, maravilloso, imposible de explicar.

- Esto es el cielo – digo, sintiéndolo
- Algo de ello, sí

Después de sentirme mejor, suelto el brazo de papá. Intento caminar pero hay algo extraño en el jardín, es muy duro.

- ¿Qué pasa con el jardín?
- No es el jardín – dice – eres tú. No es tu momento de estar aquí, todavía. Te traje aquí para que veas

De pronto hay una enorme luz y debo taparme los ojos con mi mano. Veo a una persona, una mujer con un vestido largo y blanco. Nos está dando la espalda y está casi corriendo hacia las montañas.

- Mamá. ¡Mami!

Intento correr hacia ella, pero no puedo. Duele, como si picara.

- ¡Mamá! – grito de nuevo, pero ella no me escucha
- No puedes alcanzarla, mi amor, no ahora – dice mi padre – te traje aquí porque pensé que te haría bien verla. Pero eso es todo
- Gracias – susurro, aunque no sea suficiente, es un lindo regalo

Mi padre estrecha su mano y yo la tomo. Luego ambos nos quedamos de pie, mirándola, esa persona de ahí que es mi madre y está caminando hacia las montañas. Está caminando lejos de mí ahora, pero está yendo hacia la gloria. Hacia la luz.

Tercer libro: Sin Límites
Sale a la venta el 22 de Enero del 2013

4 comentarios:

  1. No se vale esto che!! Q se pongan las piletas y publiquen antes!! Ahora decime como me aguanto hasta q salga y después q vos la adaptes eh!!!
    Igual me encanto y me haré de paciencia para esperar!

    ResponderEliminar
  2. no me gusto muy triste para mi ........ me dejo mal no estan juntos ...se q toca esperar el otro libro pero creo q no terminan juntos xq todo es dificil entre ellos .......... igual esperare a q publiques la otra parte

    ResponderEliminar
  3. che yo queria que se quede con Peter :(

    ResponderEliminar