-Shhh
-Sin ofender, pero esto está
empezando a sonar ridículo. Primero él me atacó, ahora es un asesino. Lo
siento, pero ¿Pablo? ¿Un asesino? Él es el chico más lindo que he conocido
Cande y yo estábamos en biología
y ella estaba boca arriba, encima de una mesa. Estábamos haciendo un trabajo de
laboratorio sobre tomar la presión de sangre y se supone que Cande tenía que
recostarse en silencio por cinco minutos. Por suerte el entrenador nos dio la
opción a escoger nuestro compañero, sino hubiese tenido que hacer el trabajo
con Peter.
-Fue cuestionado y considerado un
testigo en una investigación de un asesinato – susurré
-¿Estás segura que es el mismo
Pablo?
-¿Cuántos Pablo Martínez crees
que había en su ciudad en Febrero?
-Es sólo que suena muy difícil de
creer. Y de todos modos, ¿qué tiene si fue interrogado? Lo importante es que lo
soltaron, no lo encontraron culpable
-Porque la policía encontró una
nota suicida escrita por la chica
-Tal vez ella sí se ahorcó. Tal
vez un día ella dijo, “Ey, la vida apesta” y se colgó de un árbol
-Yo creo que alguien colocó la
nota. Alguien que quería que Pablo no sea descubierto
-¿Quién querría eso? – preguntó Cande
y la miré con obviedad – así que estás diciendo que Pablo la llevó hasta un
árbol, le colocó una cuerda alrededor de su cuello, la empujó hacia el vacío,
luego entró a su departamento y plantó evidencia que apuntaba hacia un suicido
-¿Por qué no?
-Porque los policías ya
analizaron todo. Si ellos dicen que fue suicido, yo también
-Qué te parece esto – dije – un
par de semanas después de que Pablo fue soltado, él se transfirió de colegio
-Tienes un punto ahí
-¿Por qué Pablo la asesinaría? –
me pregunté en voz alta – tal vez ella lo vio haciendo algo ilegal, y él la
mató para silenciarla
-Esto está empezando a volverse
en algo sin sentido
-Hay algo más, algo que no
estamos viendo
-Personalmente, creo que estás
viendo mucho
Luego, de pronto, supe de qué me
estaba olvidando. Había dejado el artículo impreso con la noticia de Pablo encima
de mi escritorio la noche anterior. Pero esta mañana, ya no estaba.
Definitivamente no estaba.
-Dios mío – dije – Pablo entró a
mi casa ayer. ¡Fue él! Él robó el artículo
-¿Espera, qué?
-¿Qué sucede? – preguntó el
entrenador, acercándose
-Eh…el sujeto parece no tener
pulso – dije, dándole una apretada a la muñeca de Cande
Mientras el entrenador probaba el
pulso de Cande, ella hizo un teatro y fingió que le faltaba aire.
-Aquí está, Lali. Está latiendo
rápido y fuerte. ¿Estás segura que el sujeto no hizo ninguna actividad, incluso
hablar, por cinco minutos? Este pulso no es tan lento como esperaba
-El sujeto tuvo problemas con la
parte de no hablar – interrumpió Cande – y el sujeto tiene un tiempo difícil en
relajarse en una mesa dura. Al sujeto le gustaría proponerle el cambiar lugar
con Lali así ella puede ser el nuevo sujeto
-No me haga arrepentirme de haber
dejado que escojan a su compañero – nos dijo el entrenador
-No haga que me arrepienta de
venir mañana al colegio – dijo Cande, suavemente
-¿Peter? – dijo el entrenador -
¿Te importa venir aquí? Parece que tenemos un problema de pareja
-Estaba bromeando – dijo Cande – no
se preocupe, haré bien el trabajo
-Debiste pensar en eso hace cinco
minutos
-¿Por favor, perdóneme? – dijo
Cande, batiendo sus pestañas
-No
Cande me miró con una cara de Lo
Siento antes de irse hacia adelante, al lado del que había sido compañero de
Peter. Un momento después, Peter tomó asiento en la mesa, a mi lado.
-¿Qué? – dije, cuando no dejaba
de mirarme
-Estaba recordando los zapatos de
tacón. Ayer por la noche – dijo, con una sonrisa
-¿Cómo estuvo tu noche? –
pregunté
-Interesante. ¿La tuya?
-No mucho
-¿La tarea estuvo difícil? – se estaba
burlando de mí
-No hice la tarea – sonrió más
amplio
-¿Qué hiciste?
-¿Esa fue una insinuación?
-Sólo me da curiosidad saber
quién es mi competencia
-Madura
-Relájate
-Mira, ya estoy teniendo
problemas con el entrenador, así que por favor, concéntrate en el laboratorio.
No estoy de humor para jugar, así que si no te importa… - dije, señalando la
mesa para que se eche
-No puedo – dijo – no tengo
corazón
Me dije a mí misma que no lo
decía literalmente. Así que me recosté en la mesa y coloqué mis manos en mi
estómago, cerrando mis ojos.
-Dime cuando haya pasado cinco
minutos
-Terminó el tiempo – dijo Peter,
al cabo de unos minutos
Tomó mi muñeca para tomarme el
pulso. Sentí un escalofrío recorrer mi cuerpo.
-El pulso del sujeto se
incrementa con el contacto – dijo
-No escribas eso
-El entrenador quiere que le
digamos todo
-¿Qué quieres? – le pregunté,
irritada
Los ojos de Peter se conectaron
con los míos. En el fondo, estaba sonriendo. Lo sabía.
-Mejor ni te digo – esta vez sí
mostró su sonrisa
Me Encanta! No entiendo mucho como va la cosa, pero es genial! Espero más!
ResponderEliminarmas :D
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