Apenas me aseguré que estaba a salvo, llamé a mi mamá. Le comenté que iría a visitar a Cande al hospital y luego iría a casa. Tardé un par de minutos en llegar al hospital y apenas en encontrar la habitación de mi mejor amiga.
-¿Cande? – pregunté, mientras
ingresaba
La encontré recostada en la cama,
rodeada de globos. Le habían enyesado su brazo izquierdo y lo tenía encima de
su cuerpo.
-¡Hola! – dije con alegría cuando
abrió sus ojos
-Amo las drogas. En serio. Son
fascinantes. Incluso mejor que el capuchino. Oye, eso rimó, es una señal. Estoy
destinada a ser poeta. ¿Quieres escuchar otro poema?
-Eh...
Una enferma ingresó al cuarto y
revisó que todo estuviera bien.
-¿Te sientes bien? – le preguntó
a Cande
-Olvida lo de ser poeta – dijo Cande
– estoy destinada a hacer comedia. Toc, toc
-¿Qué? – dije
-¿Quién anda ahí? – dijo la
enfermera, rodando sus ojos
-Joshua – respondió mi amiga
-¿Quién es Joshua? – continuó la
enfermera
-No hago ese tipo de chistes – respondió
Cande, riendo sola
-Tal vez sería mejor menos calmantes
– le dije a la enfermera
-Muy tarde, acabo de darle otra
dosis. Espera diez minutos y verás cómo se pone
Me guiñó un ojo y se fue de la
habitación.
-¿Y? – le pregunté a Cande -
¿Cuál es el veredicto?
-¿El veredicto? Mi doctor me hace
acordar a un Oompa-Loompa de Charlie y la Fábrica de Chocolates. No me mires
así. La última vez que vino, parecía un gallo hablando. Y siempre está comiendo
chocolate.
Foto: Oompa-Loompa
-Me refería al veredicto… - dije,
señalando su yeso
-Ah. Un brazo roto, una
contusión, cortes y heridas. Por suerte, gracias a mi flexibilidad, salté de la
vía antes de que me hiciera más daño. Cuando se trata de flexibilidad, soy como
un gato. Soy Gatúbela. La única razón por la que él obtuvo una pieza de mí fue
por la lluvia. A los gatos no les gusta el agua, es nuestra kriptonita.
-Lo siento – le dije, sincera –
debería ser yo la que esté en tu lugar
-¿Y tener todas las drogas? De
ninguna manera
-¿La policía ha encontrado alguna
pista?
-Nada
-¿Ningún testigo?
-Estábamos en el cementerio en
medio de una lluvia – dijo Cande – la mayoría de la gente normal está en su
casa
Tenía razón.
-¿Cómo sucedió? – pregunté
-Estaba caminando hacia el
cementerio como lo habíamos planeado, cuando de pronto escuché pasos
acercándose hacia mí – Cande explicó – ahí fue cuando miré hacia atrás y todo sucedió
muy rápido. Vi el destello de una pistola y luego él buscándome. Como le dije a
la policía, mi cerebro realmente no estaba funcionando. Él gruñó, me golpeó
tres o cuatro veces con la pistola, agarró mi mochila y corrió
-Espera. ¿Era un hombre? ¿Viste
su cara?
-Claro que era un hombre. Tenía
ojos negros…ojos como el carbón. Pero eso es todo lo que vi. Estaba usando una
máscara.
Ante la mención de la máscara, mi
corazón empezó a acelerarse. Era la misma persona que había saltado contra mi
auto, estaba segura. No lo había imaginado, Cande era la prueba. ¿Qué quería? ¿Estaba
conectado a la chica que vi fuera de la tienda? ¿Sabía que me iba de compras?
Al usar la máscara, él ya sabía dónde iba estar yo, porque no quería que
reconozca su rostro.
-¿A quién le dijiste que nos íbamos
a ir de compras? – le pregunté de pronto a Cande
-A mi mamá
-¿A nadie más?
-Tal vez se lo dije a Pablo –
creo que mi corazón dejó de latir, aunque eso sea imposible
-¿Le dijiste a Pablo?
-¿Cuál es el problema?
-Hay algo que tengo que decirte.
¿Recuerdas la noche cuando regresaba a casa y me dijiste que seguro había
golpeado a un animal?
-¿Sí….? – dijo, frunciendo el
ceño
-No era un animal. Era un chico,
con una máscara
-Cállate – susurró, entendiendo –
¿me estás diciendo que mi ataque no fue de casualidad? ¿Me estás diciendo que
esta persona quiere algo de mí? No, espera. Quiere algo de ti. Yo estaba usando
tu chaqueta, él pensó que yo eras tú
Hubo un silencio en el que ambas
nos pusimos nerviosas.
-¿Estás segura que no le dijiste
a Peter que nos íbamos de compras? – dijo Cande – porque, reflexionando, creo
que el chico se parecía a Peter. Altosh, Flacosh, Fuertesh, Sexyish
-Los ojos de Peter no son como el
carbón, son grises – dije, aunque me incomodaba saber que sí le había dicho a
Peter que íbamos a comprar
-Tal vez sus ojos eran grises. No
recuerdo. Sucedió muy rápido. Puedo ser específica acerca de la pistola, me
estaba apuntando. Mira Lali, creo que sí se parecía a Peter. Necesitamos
encontrar información acerca de él, donde vive, qué hace. Porque algo acerca de
Peter no está bien
-¿En serio crees que Peter te ha
hecho esto? – pregunté, aún no convencida
-Creo que él oculta algo. Algo
grande
No iba a discutir aquello.
-No tenemos una dirección – dije –
pero sí sabemos dónde trabaja
-¿Estás pensando lo que estoy
pensando?
-Basándome en la experiencia,
espero que no
-La verdad es que, necesitamos
profundizar en nuestras habilidades de detective. Úsalas o piérdelas, es lo que
dijo el entrenador. Necesitamos encontrar más sobre el pasado de Peter
Sonrió apenas justo cuando la
enfermera se coló en la habitación.
-Ya son las ocho – me dijo – ya terminaron
las visitas
-Ahorita salgo – dije
Apenas los pasos de la enfermera
se esfumaron en el pasillo, cerré la puerta. Quería privacidad antes de decirle
a mi amiga acerca de la noticia de Pablo que había leído en la biblioteca. Sin
embargo, cuando me acerqué a su cama, aparentemente, la medicina ya estaba
haciendo efecto.
-Aquí viene – dijo ella – la droga
corre…en cualquier momento…la calidez….adiós señor dolor
-Cande…
-Toc, toc
-Esto es realmente importante…
-Toc, toc
-Se trata de Pablo…
-Toc, tooooccc – cantó y suspiré,
rendida
-¿Quién anda ahí?
-Aitor
-¿Qué Aitor?
-¡Aitormenta! – empezó a reírse
histéricamente
-Llámame mañana cuando estés bien
– dije, rendida – y, antes que me olvide – agregué, abriendo mi mochila – traje
tu tarea. ¿Dónde te la pongo?
-Ahí está bien – dijo, señalando
el bote de basura
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