A la mañana siguiente, me sorprendí al ver a Pablo de nuevo en educación física, aquel chico de mi promoción que Cande insistía que debería hablarle.
-Me preguntaba
cuándo nos veríamos de nuevo – dijo, acercándose – ahora debo llevar esta
materia obligado, ya que en mi antiguo colegio no existía
-No sabía que
habías sido transferido – dije
-Perdí mi beca
y mis padres no podían pagar
La profesora
hizo sonar el silbato.
-Me imagino
que el silbato significa algo – me dijo Pablo
-Diez vueltas
al gimnasio. ¿Eres un atleta? – sonrió
-¿Atleta?
Obvio – bromeó
-Entonces vas
a amar estas clases
Pablo y yo
corrimos juntos las diez vueltas, luego salimos al patio para sentir un poco de
aire fresco. Sentía que mis pulmones iban a explotar. La profesora nos dejó
descansar unos minutos antes de decidir qué jugaríamos béisbol. Pablo se
ofreció como capitán de uno de los equipos y me escogió a mí como parte de su
equipo. Eso me hizo sonreír.
-Déjame
enseñarte – me dijo Pablo en mi oído
Estaba
practicando los golpes con el bate, sin éxito alguno, cuando Pablo se posicionó
detrás de mí. Puso su cuerpo detrás del mío, colocando sus manos en el bate.
-Así.
¿Sientes? – continuó – relájate. Ahora centra tu cadera, todo está ahí
Pude sentir
cómo me iba sonrojando mientras toda la clase nos miraba.
-Creo que ya
lo entendí, gracias
-¡Consíganse
un cuarto! – gritó alguien y todos rieron
Justo
entonces, algo en el estacionamiento trajo mi atención. Pensé que había
escuchado mi nombre. Me volteé y me di cuenta que mi nombre no había sido dicho
en voz alta, lo había escuchado en mi mente.
-Lali.
Peter llevaba
puesto un gorro de béisbol y estaba vestido de negro. Me estaba mirando, sus
ojos opacos.
-¿Lecciones de bateo? Lindo toque – sentí de nuevo el susurro en mi
mente
Me congelé y me dije a mí misma
que había imaginado las palabras. Porque era imposible que Peter me estuviese
hablando en mi mente.
-¡Ey!, Lali, ¿vas a jugar o no?
Los equipos ya estaban formados y
yo me encontraba en la zona de bateo. Todos estaban esperando para que me
lancen la pelota y yo responderla. Me volví hacia el juego y empecé a batir el
palo.
-Aún no – susurraron de nuevo
Esperé a que la bola viniese hacia
mí. Mientras descendía, di un paso hacia delante y batí con todas mis fuerzas.
Hubo un sonido y el bate vibró en mis manos.
-¡Corre! – gritó mi equipo -
¡Corre, Lali!
Corrí, lancé el bate, volví a
correr, me caí, me levanté e hice todo lo que pude por mi equipo, pero no pude
ganar el juego.
-Lindo – me dijo Pablo, cuando
terminamos
-¿Toda la tierra que tengo en el
cuerpo?
-¿Puedes caminar? – preguntó –
porque puedo llevarte a la enfermería, si quieres
-En serio, estoy bien – miré hacia
donde había visto a Peter, ya no estaba ahí
-¿El que estaba ahí afuera, era
tu novio? – me preguntó Pablo
-No – dije – sólo mi amigo. De
hecho, ni siquiera eso. Sólo es mi compañero de biología
-Te estás sonrojando
-Probablemente sea el viento
-¿Estás segura que no hay nada
entre los dos? No quiero ir tras una chica no disponible
-Nada – espera, ¿qué había dicho
Pablo? - ¿perdón? – sonrió
-La pizzería Armando vuelve a
abrir este sábado por la noche, y mi amigo Jaime y yo estamos pensando en ir
ahí. ¿Tal vez tú y Cande quieran ir?
Me tomé un momento para pensarlo.
Estaba casi segura que si le decía que no a Pablo, Cande me mataría. Además,
salir con él se veía como una buena
manera de escapar de mi atracción incómoda hacia Peter.
-Nos vemos el sábado – dije
Perdón por ser repetitiva, pero me encanta este peter ,así todo misterioso!!! Más!
ResponderEliminarMe encantoo :D
ResponderEliminarpeter estaba re celoso jajaja sea eso creo xD
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