sábado, 25 de agosto de 2012

Ángeles Caídos I: Nueve

Caminé entre la multitud dentro del arcade. Cuando visualicé las mesas fútbol de mesa, Cande no estaba en ninguna de ellas. Ni Pablo o Jaime.

-Parece que se fueron – dijo Peter – parece que necesitas que alguien te lleve a casa
-Cande no me dejaría – dije, poniéndome de puntas de pie para mirar entre la multitud – probablemente estén jugando tenis de mesa

Caminé de nuevo, buscando a mis amigos, mientras Peter me seguía por detrás, tomando una gaseosa que se había comprado en el camino. No había rastro de Cande o Pablo en el tenis de mesa.

-Tal vez están en las máquinas de paintball – sugirió Peter

Definitivamente se estaba burlando de mí. Sentí que me enrojecía apenas.

-¿Segura que no quieres un trago? – preguntó Peter, señalando la gaseosa

Miré la gaseosa y después a Peter. Sólo porque mi sangre se calentaba al pensar en poner mi boca dónde había estado la suya no significaba que tenía que decírselo. No le hice caso y busqué en mi cartera mi celular. La pantalla en mi celular estaba negra y no quería prenderse. No entendía cómo es que la batería estaba muerta cuando la había cargado antes de salir de casa.

-Mi oferta sigue en pie – dijo Peter, cuando me vio desesperada

Aún estaba preocupada por lo que había pasado en el Arcángel, y no importaba cuántas veces intentase disipar el pensamiento, que la imagen se repetía en mi cabeza. Era la cosa más terrorífica por la que había pasado. Estaba cayendo y luego el juego había terminado. Era loco el hecho de que sólo yo había notado aquello. Ni siquiera Peter, que había estado a mi lado.

-Su auto. Probablemente ella me esté esperando en el estacionamiento – agregué

Treinta minutos después de revisar el estacionamiento, me di cuenta que el auto no estaba por ningún lado. No podía creer que Cande se había ido sin mí.

-¿Aún tienes otra opción? – preguntó Peter

Me mordí el labio, pensando en alternativas. No las tenía. Desafortunadamente, no estaba segura si estaba lista para aceptar la oferta de Peter. Esta noche había una potente mezcla de peligro, amenaza y misterio, todo junto. Finalmente, solté un bufido y recé, deseando no estar cometiendo un error.

-Me llevarás directamente a casa – dije
-Si es lo que quieres

Estaba por preguntarle si había notado algo extraño en el Arcángel, cuando me detuve. Tenía demasiado miedo de preguntar. ¿Y sí no me había caído? ¿Si había imaginado todo? ¿Si estaba viendo cosas que realmente no estaban pasando? Primero el chico con la máscara. Ahora esto. Estaba casi segura que Peter hablándome por la mente era real, ¿pero, esto? No estaba muy segura.

Peter caminó entre el estacionamiento, mientras yo lo seguía. Hasta que llegamos a su moto. Él se subió y señaló el asiento detrás de él.

-Súbete
-Linda moto – dije

Era mentira. Nunca había estado en una moto antes y no creía que eso había cambiado esa noche. Encima que la moto se veía como la muerte.

-Me gusta la sensación del viento sobre mi cara – continué, esperando disipar el terror

Sólo había un casco y él me lo dio. Tomándolo, subí una pierna por encima de la moto y me di cuenta de lo insegura que me sentía. Me puse el casco y lo ajusté.

-¿Es difícil conducir? – pregunté

En realidad, mi pregunta era, ¿Es seguro?

-No – dijo Peter, respondiendo ambas preguntas antes de reír suavemente – estás tensa. Relájate

Cuando salió del estacionamiento, la explosión de movimiento me chocó. Me estaba agarrando demasiado fuerte de su camisa para mantener el balance. Luego, tuve que envolver mis brazos alrededor de él, como si fuera un abrazo de oso.

Cuando llegamos a casa, Peter estacionó la moto en la vereda y bajó de la misma. Yo me quité el casco y abrí mi boca para decir algo como Gracias por traerme, te veo el lunes. Pero las palabras se disolvieron cuando Peter cruzó la pista y se acercó a mi puerta. No podía pensar bien lo que estaba haciendo. ¿Me quería llevar hasta mi puerta? Casi improbable. ¿Entonces, qué? Caminé hacia él. Observé, entre confundida y nerviosa, mientras sacaba un par de llaves familiares de su bolsillo y la insertaba en la puerta de mi casa.

-Dame mis llaves – dije, cuando me di cuenta que las había sacado de mi bolso
-Se te cayeron en el arcade cuando estabas buscando tu celular – dijo
-No me importa dónde se me cayeron. Devuélvemelas

Peter alzó sus manos, reclamando inocencia, y se alejó de la puerta. Se inclinó contra la pared y me observó mientras abría la puerta. Intenté mover la llave, pero no se podía.

-La atascaste – dije – inténtalo, está atorada

Con un chasquido, movió la llave. Con su mano posicionada en la manija, alzó sus cejas como diciendo, ¿Puedo?

-Adelante, no vas a encontrarte con nadie. Estoy sola en casa
-¿Toda la noche?

Inmediatamente, me di cuenta que no había sido muy inteligente decir eso.

-Dorotea llegará pronto – era una mentira
-¿Dorotea?
-Nuestra ama de llaves. Es vieja, pero fuerte. Muy fuerte
-Suena aterrador – dijo, sacando la llave y dándomela
-Ella puede limpiar el baño en un minuto. Más que aterrador

Tomando la llave, me adelanté hacia adentro, con la intención de cerrar la puerta. Pero, cuando lo quise hacer, Peter colocó sus brazos en el marco de la puerta.

-¿No me vas a invitar? – preguntó – es tarde, debes de estar hambrienta
-No. Sí, quiero decir, sí pero…

De pronto, él ya estaba adentro. Tomé tres pasos y él inmediatamente cerró la puerta con su pie.

-¿Te gusta la comida mexicana? – preguntó
-Yo… - ¡me gustaría saber qué haces en mi casa!
-¿Tacos?
-¿Tacos? – repetí
-Tomate, lechuga, queso
-¡Sé que es un taco!

Antes que pueda detenerlo, me pasó. Al final del pasillo, dobló a la izquierda, hacia la cocina. Se dirigió al lavadero y abrió el agua, colocando lavavajillas en sus brazos y lavándoselos. Luego, abrió el refrigerador y empezó a sacar los ingredientes como salsa, queso, lechuga y tomate. Después, buscó entre los cajones y sacó un cuchillo. Estaba a punto de entrar en pánico al ver a Peter con un cuchillo, cuando algo más trajo mi atención. Tomé dos pasos hacia adelante y miré mi reflejo en el pequeño espejo que había colgado. ¡Mi cabello! Parecía como si hubiese pasado un temblor en mi cabeza. Coloqué una mano en mi cabeza.

-¿Tu cabello rojo es natural? – preguntó Peter, sonriendo
-No tengo cabello rojo
-Odio decírtelo, pero es rojo
-Es marrón. Es la luz – dije
-Sí, tal vez sean las bombillas – sonrió más amplio
-Volveré enseguida – dije, saliendo rápido de la cocina

Subí a mi habitación y me hice una cola de caballo. Y, con eso, junté mis pensamientos. No estaba completamente cómoda con Peter rondando libremente por mi casa, armado con un cuchillo. Y mi madre me mataría si descubría a Peter dentro cuando Dorotea no estaba. Cuando bajé de nuevo, lo encontré aún en su tarea, sólo que un cuchillo más grande y filudo. Y como si oyera mis pensamientos, alzó el cuchillo, examinándolo. MI estómago se retorció.

-Baja el cuchillo – dije, calmada

Peter me miró y luego al cuchillo. Después de un minuto, lo puso en la mesa.

-No voy a hacerte daño, Lali
-Eso es ….aliviador – intenté decir, pero mi garganta estaba seca y apretada
-Ven aquí. Te enseñaré cómo hacer tacos

No me moví. Había un brillo en sus ojos que me hacía pensar que debía tenerle miedo y lo tenía. Pero ese miedo era igual a algo atractivo. Había algo extremadamente inquietante al estar cerca de él. En su presencia, no confiaba en mí misma.

-¿Qué te parece un trato? Ayúdame a hacer tacos y responderé alguna de tus preguntas
-¿Mis preguntas?
-Sé que sabes a qué me refiero

Sabía exactamente a qué se refería. Me estaba dando un vistazo a su mundo privado. Un mundo dónde podía hablar en mi mente. De nuevo él sabía exactamente qué decir, en el momento exacto. Sin decir nada, me moví a su lado. Deslizó la tabla de cortar en frente de mí.

-Primero – dijo, colocándose detrás de mí y poniendo sus manos en la mesada, justo al lado de mis manos – escoge tu tomate – alzó su cabeza y colocó su boca en mi oreja. Su aliento era caliente, erizando mi piel – bien. Ahora coge el cuchillo
-¿El cocinero siempre se coloca tan cerca? – pregunté, sin saber bien si me gustaba su cercanía o no
-Cuando está revelando secretos culinarios, sí. Sostén el cuchillo como si lo quisieras agarrar
-Lo estoy haciendo
-Bien – dando un paso hacia atrás, evaluó mi posición y creí ver una sonrisa secreta – cocinar no es difícil. Es algo que está dentro de uno. Como la química. ¿Crees que estás lista para química?

Presioné el cuchillo contra el tomate y lo dividí en dos.

-Dímelo tú. ¿Estoy lista para la química?

Peter hizo un sonido que no pude descifrar y sonrió. Después de la cena, Peter llevó los platos al lavadero.

-Yo lavo, tú secas – cogió el secador y lo lanzó divertido hacia mí
-Estoy lista para hacerte esas preguntas – dije – empezando por la noche en la biblioteca. ¿Me seguiste….?

Me detuve. Peter se inclinó contra la mesada. Su cabello se salía apenas de su gorra. Una sonrisa se posicionó en su boca. Mis pensamientos se disolvieron y uno nuevo se colocó en mi mente. Lo quería besar. Ahora mismo.

Peter arqueó sus cejas.

-¿Qué?
-Eh…nada. Tú lavas, yo seco

No me tomó mucho tiempo el terminar con los platos y cuando lo hicimos, nos encontramos los dos muy cerca al lavadero. Peter se movió para quitarme el secador de mis manos y nuestros cuerpos se tocaron. Ninguno de los dos se movió, sosteniéndonos a la frágil conexión que nos unía. Yo retrocedí primero.

-¿Asustada? – preguntó
-No
-Mentirosa – se me aceleró el pulso
-No te tengo miedo
-¿No?
-Tal vez es que estoy con miedo de… - dije sin pensar – tal vez es sólo que tengo miedo de…de….
-¿De qué te guste?
-Sí – me di cuenta muy tarde de lo que había confesado – quiero decir, ¡no! Definitivamente no. ¡No es lo que intentaba decir!

Peter rió suavemente.

-La verdad es que, parte de mí definitivamente no está cómoda contigo – dije
-¿Pero?
-Pero al mismo tiempo siento una atracción peligrosa hacia ti – Peter sonrió - eres demasiado engreído – agregué, empujándolo apenas

Atrapó mi mano contra su pecho y bajó la manga de mi blusa por debajo de mi muñeca, cubriendo mi mano con ella. Así de rápido, hizo lo mismo con la otra manga. Sostuvo mi blusa por los puños, mis manos capturadas. MI boca se abrió en protesta. Acercándome hacia él, no se detuvo hasta que estuve directamente en frente. De pronto me alzó encima de la mesada. Mi rostro estaba a la altura del suyo. Me miró con una sonrisa y fue ahí cuando me di cuenta que este momento formaba parte de mi fantasía de hace días.

-Quítate la gorra – dije

Volteó la misma, colocando la visera para atrás. Abrí mis piernas, colocándolas al lado de su cuerpo. Algo dentro de mí me estaba diciendo que me detenga, pero dejé esa voz detrás de mi mente. Colocó sus manos al lado de mi cadera. Inclinado su cabeza hacia un lado, se acercó. Su aroma, me abrumó.
Inhalé dos veces. No. Esto no estaba bien. No con Peter. Él daba miedo. De una buena manera, sí. Pero también  de una mala.

-Deberías irte – dije como pude – definitivamente deberías irte
-¿Irme aquí? – su boca estaba en mi hombro - ¿o aquí? – se movió hacia mi cuello

Mi cerebro no podía procesar ningún pensamiento lógico. La boca de Peter estaba subiendo, hacia mi mentón, gentilmente chupando mi piel….

-Mis piernas se están quedando dormidas – balbuceé, lo que era completamente mentira
-Puedo resolver eso – las manos de Peter apretaron mi cadera

De pronto, mi celular sonó. Salté ante el sonido y lo saqué de mi bolsillo.

-Hola, mi amor – dijo mi madre, alegre
-¿Puedo llamarte después?
-Claro. ¿Qué sucede? – cerré el celular
-Necesitas irte – le dije a Peter – ahora mismo

Volteó su gorra. Su boca era lo único que podía ver ahora, curvada en una sonrisa.

-No estás usando maquillaje
-Me debo de haber olvidado
-Dulces sueños
-Claro. No hay problema - ¿qué había dicho?
-Sobre la fiesta de mañana….
-Lo pensaré

Peter colocó un pedazo de papel en mi bolsillo, mandando sensaciones calientes por mis piernas.

-Aquí está la dirección. Te buscaré. Ven sola

Un momento después, escuché la puerta cerrarse detrás de él. Un sonrojo cubrió mis mejillas. Me incliné contra la mesada, tomando cortos y profundos respiros. 

2 comentarios:

  1. Es muy interesante esto, es como que el la puede "manipular" Más!

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  2. Peter la cuidara en la noche?? xD
    y que manipulador peter jajajjajaja
    sube mas

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