Convencimos a la mamá de Cande de salir ambas a comer cuando le dieron de alta en el hospital. La verdad es que iríamos al restaurante mexicano donde trabajaba Peter para hacer ciertas averiguaciones sobre él. Y, como siempre, las cosas no resultaron como lo esperábamos. Para mala suerte, no había tenido tiempo de contarle a Cande lo de Pablo y ella pensaba que yo lo relacionaba a su ataque porque no me caía bien, pero no tenía idea de que él podía ser un asesino. Así que, apenas llegamos al restaurante, nos encontramos con Pablo y la sonrisa de bienvenida que me dio, me produjo escalofríos.
Tuvimos que sentarnos con él y
pedir la comida. Cande renegaba porque Jaime prometió que iría y nunca se
aparecía. Estaba claro que no se sentía cómoda con nosotras. La idea o el plan
que habíamos formulado con Cande era ir hacia la barra y conversar con los que
trabajaban con Peter, intentar hacerle un par de preguntas, pero al final –
como siempre – Cande se quedó hablando con Pablo – tuve que rendirme y rezar
para que no le pase nada – e ir yo sola.
Primero me fui al baño, donde me
cambié de ropa. Cande se había encargado de traerme una falda muy corta, un
top, peluca, maquillaje y sobre todo unos tacos talla 9. Definitivamente no era
mi estilo, pero según ella era mi forma de seducir para conseguir información.
Y qué equivocada que estaba. No hice más que arruinar nuestro plan, porque no
sólo no conseguí ninguna información, sino que me enteré que Peter estaba
trabajando ese día – como nunca. Así que apenas me enteré de aquello, fui hacia
el baño para cambiarme, si me veía descubriría lo que iría a hacer.
Y eso fue lo que pasó. Hasta
ahora no sé cómo Peter ingresó al baño, que estaba con llave, y me encontró en
medio del proceso de quitarme el maquillaje. Se burló de mi ropa y no dudó ni
un segundo en decir que estaba más que sexy. Para mi mala suerte, encontró el
papel con la lista de cosas que debía interrogarle a su amigo y descubrió cuál
había sido mi propósito.
-No me han demandando nunca –
dijo, leyendo la lista – ningún delito grave
-¿Enamorada?
-Eso no te importa
-Intentaste besarme – le recordé –
eso hace que me importe – sonrió
-Ex enamorada – dijo, luego de un
silencio
Así que la chica que había
seguido a Cande podía ser su ex. Tal vez me había visto hablando con Peter y se
había puesto celosa…..
-Pero ella no anda por aquí –
agregó Peter y me hizo dudar de mi teoría
-¿A qué te refieres?
-Se ha ido. Nunca va a volver
-¿Quieres decir…que está muerta? –
pregunté y Peter no lo negó
-Necesito regresar al trabajo –
dijo y me miró de arriba abajo – falda matadora, piernas para comerlas – bromeó
antes de irse
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