Vivo con mi mamá en una casa al estilo antiguo. Dorotea, el ama de llaves, también nos acompaña desde que soy pequeña, ella es como mi segunda mamá. Como mi madre viaja bastante por el trabajo, Dorotea se encarga de estar pendiente de mí, aunque a veces es sobreprotectora.
-¿Cómo estuvo
el colegio? – me pregunta Dorotea, mientras va lavando algunos platos
-Tengo un
nuevo compañero en mi clase de biología
-¿Y eso es
bueno o malo?
-Cande era mi
antigua compañera de asiento
-Entonces, es
algo malo – suspiro – cuéntame acerca de esta chica, ¿cómo es?
-Bueno, en
realidad es un hombre. Es alto, oscuro y molestoso
No me había
gustado lo que había visto por fuera de Peter y dudaba que me gustase cómo era
por dentro. Aunque, eso no era exactamente cierto. Me había gustado bastante lo
que había visto. Sus músculos en sus brazos, sus hombros relajados y una sonrisa
que era juguetona y seductora.
A las nueve de
la noche, Dorotea terminó de hacer sus cosas y se fue para su casa. Salí a la
entrada de la casa a despedirme de ella y luego cerré todo con llave, mi madre
estaba de viaje y me había quedado sola. Así que hice una lista de las
emociones que sentía: no tenía hambre, ni estaba cansada, ni siquiera me sentía
sola. Pero sí preocupada por mi trabajo de Biología. Le dije a Peter que no lo
llamaría y hasta ahora había cumplido, pero Biología era el curso más difícil y
empecé a dudar.
Fui a la
cocina y levanté el teléfono. Miré los números que aún estaban escritos en mi
mano. Esperaba que Peter no contestase mi llamada así podía convencer al
entrenador que me cambie de compañero. Con esa esperanza, marqué el número.
Pero, Peter respondió al tercer llamado.
-¿Qué sucede?
-Estoy
llamando a ver si podemos reunirnos esta noche. Sé que me dijiste que estabas
ocupado, pero…
-Lali, pensé
que no ibas a llamar. Nunca
-Bueno,
¿podemos juntarnos o no?
-Como verás,
no puedo
-¿No puedes o
no quieres?
-Estoy en
mitad de un juego de billar – sabía que estaba sonriendo – un juego muy
importante de billar
-¿Dónde estás?
-En los “Juegos
de Bo”. No es tu clase de sitio
-Entonces hagamos
la entrevista por teléfono. Tengo una lista de preguntas…
Me colgó. Me
quedé mirando el teléfono sin poder creerlo, luego corté un pedazo de papel de
mi cuaderno. Escribí: Idiota, fuma
cigarros, morirá de cáncer (espero que pronto), excelente forma física.
Cuando vi el
reloj, eran las 9:05. Tenía dos opciones, o inventaba mi entrevista con Peter o
conducía hasta los “Juegos de Bo”. La primera opción era tentadora, pero el
entrenador había dicho que iba a verificar que las respuestas sean ciertas. ¿Y,
la segunda opción? Nada tentadora. Finalmente, luego de pensarlo, decidí
dejarlo a la suerte; así que saqué una moneda y la lancé. Cuando salió cara, suspiré.
Aquello significaba que tenía que ir a buscar a Peter.
Los “Juegos de
Bo” no quedaba tan cerca como creía. El lugar era como una especie de bar con
juegos de salón como billar y póker. Había grafiti por las paredes y la verdad
es que la zona me daba un poco de miedo, hasta nauseas. Intenté mantener mi
mente alejada y salí del auto, después de haber verificado que todas las
puertas estuvieran con seguro.
Me puse en la
cola de espera. Cuando me di cuenta que la gente estaba pagando su entrada y yo
no tenía dinero suficiente, me pasé la masa de personas.
-¿Crees que
puedes entrar gratis? – me preguntó un muchacho lleno de tatuajes
-No estoy aquí
para jugar – dije – estoy buscando a alguien – él gruñó
-No vas a
poder pasar si no me pagas
No tenía
dinero y si lo tuviera, no iba a pagar para pasar cinco minutos interrogando a
Peter sobre su vida personal. Sentí una oleada de enojo por haber ido hasta ahí
por gusto. Sólo necesitaba encontrar a Peter, así le hacía las preguntas
afuera. No podía irme con las manos vacías.
-Si no regreso
en dos minutos, pagaré los quince dólares – dije
Antes de que
me diga algo, hice algo que nunca había hecho: me metí dentro del local, con
mis ojos buscando por todos lados a Peter. Sin duda, el muchacho me siguió.
-¡Ey!
Sin hacerle
caso, fui al sótano ya que no encontraba a Peter en el primer nivel. Abajo,
había varias mesas de póker, todas en uso. El cigarro estaba por doquier y me
estaba abrumando. Por suerte, también había mesas de billar y en una de ellas,
estaba Peter, recostado contra la mesa, intentando golpear una bola.
-¡Peter! – lo llamé
Al mismo
tiempo, él golpeo la bola sin lograr ningún resultado bueno. Alzó su cabeza y
me miró con una mezcla de curiosidad y sorpresa. Pero, justo el muchacho me
alcanzó y puso una mano en mi hombro.
-Arriba. Ahora
Peter nos miró
y sonrió. Es difícil saber si era una sonrisa burlona o amistosa.
-Ella está
conmigo
El muchacho
soltó su agarre y yo aproveché para acercarme a Peter. Inmediatamente me di
cuenta que había algo diferente en él. ¿Qué era? ¿Más ánimo? No, más confianza,
más libertad para ser él mismo. Y esos ojos grises me estaban mirando
intensamente. Eran como imanes que me llevaban hacia él. No sabía qué era, pero
algo sobre Peter no estaba bien, algo sobre él no era normal….no era seguro.
-Perdón por
haberte colgado – dijo, acercándose a mi lado – la señal no es buena aquí
Sí, claro.
Con un
movimiento de cabeza, Peter les dijo a los demás que se vayan. Hubo un silencio
incómodo mientras todos se movían.
-¿Cuánto están
pagando? – pregunté, intentando decir algo
Esta vez, él
sonrió ampliamente y supe que se estaba burlando.
-Nosotros no
jugamos por dinero
-Qué mal. Iba
a apostar todo lo que tenía contra ti – saqué mi cuaderno – un par de preguntas
y me voy de aquí
-¿Idiota? –
leyó en voz alta lo que había escrito - ¿cáncer? ¿se supone que eso profético?
-¿Cuántos
cigarros por noche? ¿Uno? ¿Dos?
-No fumo –
sonaba sincero, pero no le creí
-Mmm – dije
Accidentalmente,
mientras escribía Definitivamente
cigarros, moví las bolas de la mesa de billar.
-Estás
malogrando el juego – dijo Peter, aún sonriendo
Miré sus ojos
y no pude evitar sonreír también.
-¿Mayor sueño?
-Besarte
-Eso no es
gracioso – dije, mirándolo a los ojos
-No, pero hizo
que te sonrojes
Me senté en la
esquina de la mesa, intentando parecer imperturbable. Crucé mis piernas, usando
mi rodilla como una mesa de escribir.
-¿Trabajas?
-Trabajo de
mesero en un restaurante mexicano
-¿Religión?
No se
sorprendió ante la pregunta.
-Pensé que
dijiste un par de preguntas. Ya vas por la cuatro
-¿Religión? –
volví a preguntarle
-No es religión,
sino culto
-¿Perteneces a
una secta?
-Verás…necesito
un sacrifico de una chica saludable. Estoy planeando que ella primero confíe en
mí, pero si ya estás lista… - dejé de sonreír
-No estás
impresionándome
-Ni siquiera
lo estoy intentando
Me puse de pie
y me acerqué a él. Me llevaba como una cabeza; sí, por algo soy la petiza de
toda la vida.
-Cande me dijo
que deberías estar en tu último año. ¿Cuántas veces has repetido biología de
décimo grado? ¿Una? ¿Dos?
-Cande no sabe
nada
-¿Estás
negando haber reprobado?
-Te estoy
diciendo que no fui al colegio el año pasado
-¿Dónde
estabas?
-¿Un secreto? –
dijo él, en tono confidencial – nunca he ido antes al colegio. ¿Otro secreto?
No es tan tonto como esperaba
Estaba
mintiendo. Todos iban al colegio, había reglas.
-Crees que
estoy mintiendo – dijo, con una sonrisa
-¿Nunca has
ido al colegio? Si eso es cierto, que no creo, ¿qué te hizo venir este año?
-Tú
El impulso de
sentir miedo llenó mi cuerpo y eso era exactamente lo que quería Peter. Por
eso, intenté sonar enojada.
-Esa no es una
verdadera respuesta
Debe de haber
tomado un paso hacia mí, porque de pronto nuestros cuerpos estaban separados
por apenas un pedazo de aire.
-Tus ojos,
Lali. Son realmente irresistibles. Y esa boca matadora
Retrocedí.
-Eso es todo.
Me voy
Pero apenas
las palabras salieron de mi boca, sabía que no eran ciertas. Sentía la urgencia
de decir algo más. Las preguntas revoloteaban en mi cabeza. ¿Por qué tenía que
ser tan burlón? ¿Y, por qué tenía que actuar como si le hubiese hecho algo?
-Parece que
sabes un montón de mí – dije – más de lo que deberías. Parece que sabes qué
decir para hacerme sentir incómoda
-Lo haces
fácil
-¿Estás
admitiendo que haces esto a propósito?
-¿Esto?
-Esto…provocarme
-Di, “provocarme”
de nuevo. Tu boca se ve provocativa cuando lo dices
-Terminamos.
Sigue jugando billar – agarré su palo de billar y lo empujé contra su cuerpo,
pero él no me lo quitó – no me gusta sentarme a tu lado, no me gusta ser tu
compañera, ni me gusta tu sonrisa
Mi mentón tembló
y eso sólo pasaba cuando mentía. Me preguntaba si lo estaba haciendo ahora,
porque sí era cierto, estaba en problemas.
-No me gustas
- agregué
-Me agrada que
el entrenador nos haya puesto juntos – dijo y cogió el palo de billar
-Estoy
trabajando para que eso cambie
Peter pensó
que esto era tan gracioso que empezó a sonreír de nuevo. Se acercó a mí y antes
de que pueda moverme, quitó algo de mi cabello.
-Un pedazo de
papel – explicó
Cuando bajó su
mano para dejar caer el papel, noté la marca en su muñeca. Al principió asumí
que era un tatuaje pero luego me di cuenta que era una marca de nacimiento.
-Ese es un
lugar muy desafortunado para una marca – dije, algo nerviosa al notar que era
bastante similar a la que yo tenía
-¿Prefieres
que sea en un lugar más privado?
-No me importa
tu marca
-¿Más
preguntas? ¿Comentarios?
-No
-Entonces te
veré en Bio
Esa noche, un sonido me despertó. Mi madre siempre se iba de viaje así que estaba acostumbrada a dormir sola; además, hace meses que vivía escuchando sonidos. Desde que asesinaron a mi padre en la calle, sentía que alguien me seguía, como si estuviese observándome, a la distancia. Volteando apenas mi cara, vi una sombra formarse en el suelo. Me moví para mirar la ventana, y sólo estaba la luna mostrando su inmensa luz; no había nada. Así que me recosté de nuevo y me tapé con la almohada, pensando que había sido sólo la sombra de la luna o las nubes. Aunque, me pasé varios minutos intentando calmar mi pulso.
Esa noche, un sonido me despertó. Mi madre siempre se iba de viaje así que estaba acostumbrada a dormir sola; además, hace meses que vivía escuchando sonidos. Desde que asesinaron a mi padre en la calle, sentía que alguien me seguía, como si estuviese observándome, a la distancia. Volteando apenas mi cara, vi una sombra formarse en el suelo. Me moví para mirar la ventana, y sólo estaba la luna mostrando su inmensa luz; no había nada. Así que me recosté de nuevo y me tapé con la almohada, pensando que había sido sólo la sombra de la luna o las nubes. Aunque, me pasé varios minutos intentando calmar mi pulso.
Me gusta mucho este peter! La historia me fascina! más!
ResponderEliminarme encantaaaaa
ResponderEliminarsube mas y ojala sea mas seguido :D
tiene algo que ver la marca??
nose nada del libro jajajaja
saludos