martes, 18 de diciembre de 2012

Ángeles Caídos #2: Capítulo 10 (Parte 2)

El olor a madera, y la sensación de ésta sobre mí, me dijo que estaba en la camioneta de Peter. Estaba en el asiento de atrás, con Peter al volante y Paula a su lado. Ella estaba usando el mismo vestido con el que la había visto hace unas horas. Esta noche, era entonces. La memoria de Peter me había llevado a hace unas horas.

-Ella arruinó mi vestido – dijo Paula – Ahora me estoy congelando. Y apesto a coca-cola.
-¿Quieres mi chaqueta? – preguntó Peter, sus ojos en el camino.
-¿Dónde está?
-En el asiento de atrás.

Paula se quitó el cinturón de seguridad, colocó una rodilla en el asiento y cogió la chaqueta de Peter, la que estaba a mi lado. Cuando se sentó de nuevo, se quitó su vestido y lo lanzó al suelo. Sólo tenía su trusa, después estaba completamente desnuda. 

Casi se me sale el corazón. 

Se colocó la chaqueta de Peter y la cerró.

-A la izquierda en la siguiente cuadra – le dijo.
-Conozco el camino a tu casa – dijo Peter.
-No quiero ir a casa. En dos cuadras, voltea a la izquierda.

Pero después de dos cuadras, Peter siguió en línea recta.

-Bueno, no eres divertido – dijo Paula - ¿No tienes curiosidad de saber a dónde te estaba llevando?
-Es tarde.
-¿Me estás rechazando?
-Te estoy dejando en casa, luego iré a la mía.
-¿Por qué no puedo ir?
-Tal vez algún día – dijo Peter.

¿En serio? Quería golpearlo. ¡Ella obtuvo más respuesta que yo!

-Eso no es muy específico – dijo Paula y Peter no dijo nada – Entonces, mañana por la noche. No es como si tuvieses que estar en otro lado. Sé que Lali terminó contigo.

Las manos de Peter se estrecharon en el timón.

-Escuché que está con Benjamín ahora. Ya sabes, el chico nuevo. Es lindo.
-Realmente no quiero hablar de Lali.
-Bien, porque yo tampoco. Quiero hablar sobre nosotros.
-Pensé que tenías un novio.
-La palabra clave ahí es que “tenía uno”

Peter dobló a la derecha y estacionó en la casa de Paula. No apagó el motor.

-Buenas noches, Paula.

Ella se quedó en su asiento y luego rió.

-¿No vas a acompañarme a la puerta?
-Eres fuerte, una chica capaz.
-Si mi papá está mirando, no estará feliz – dijo ella.
-Él no está mirando.
-¿Cómo sabes?
-Confía en mí.
-Ya sabes – dijo Paula, bajando su voz, sensual – Realmente admiro tu poder. Me mantienes adivinando, y me gusta eso. Pero déjame dejar algo en claro. No estoy buscando una relación. No me gustan las cosas enredadas y complicadas. No quiero herir sentimientos, confundir señales, o celos, solo quiero diversión. Estoy buscando pasar un buen rato. Piénsalo.

Por primera vez, Peter miró a Paula.

-Mantendré eso en mente – dijo finalmente.

Paula sonrió y se inclinó para darle un beso caliente y suave a Peter. Él empezó a alejarse, luego se detuvo. En cualquier momento, podría haber cortado este beso, pero no lo hizo.

-Mañana por la noche – murmuró Paula, alejándose – Tú casa.
-Tu vestido – le dijo él, señalando el suelo.
-Lávalo y entrégamelo mañana por la noche – salió de la camioneta y corrió hacia la puerta, antes de desaparecer.

Mis brazos se pusieron flojos alrededor del cuello de Peter. Me sentía tan atónita por lo que había visto. Es como si hubiese lanzado un cubo de hielo en mi cara. Mis labios estaban hinchados por la rudeza de su beso, mi corazón igual de hinchado. Peter estaba en mi sueño. Lo estábamos compartiendo.

De algún modo era real. Toda la idea era casi imposible, pero tenía que ser verdad. Si él no estaba aquí, si él no se hubiese insertado en mi sueño, no podría haber tocado sus cicatrices y ser catapultada dentro de su memoria. Pero lo había hecho. La memoria era vívida, válida y muy real. 

Peter pudo decir por mi reacción que lo que sea que había visto no era bueno. Sus brazos acariciaron mis hombros, y alzó su cabeza hacia el techo.

-¿Qué viste? – preguntó silenciosamente.
-Besaste a Paula – dije, mordiendo mi labio con fuerza para resistir las lágrimas.

Pasó sus manos por su cara.

-Dime que es un juego mental. Dime que es un truco. Dime que ella tiene algún tipo de poder sobre ti, que no tienes ninguna oportunidad cuando se trata de ella.
-Es complicado.
-No – digo con tal fuerza que sacudo mi cabeza – No me digas que es complicado. Ya nada es complicado, no después de lo que hemos pasado. ¿Qué esperas obtener de una relación con ella?
-No amor – dice, mirándome a los ojos.

Ahora lo entiendo. Estar con Paula se trata de satisfacción barata. Satisfacción propia. Él realmente nos vio como conquistas. Él es un jugador. Cada chica era un reto. Encontró éxito en el arte de la seducción, no le importa la mitad o el final de la historia, solo el principio. Y yo, como todas las demás, había cometido un grande error al enamorarme de él. En el momento en que lo hice, él corrió. Bueno, él nunca tendrá que preocuparse de que Paula le confiese su amor. La única persona a la que ella ama es a sí misma. 

-Me enfermas – dije, mi voz temblando.

Peter se agacha, los codos en sus rodillas, su cara enterrada en sus manos.

-No vine aquí a hacerte daño.
-¿Por qué viniste? ¿Para burlarte a las espaldas de los arcángeles? ¿Para herirme más de lo que ya has hecho? – no espera una respuesta.

Alcanzando mi cuello, jalé la cadena que me había dado hace días. Se soltó rápidamente. Debí devolvérsela el día que terminamos, pero me di cuenta de ello un poco tarde, aún no había perdido las esperanzas hasta este momento. Aún creía en nosotros. Le entregué la cadena.

-Y quiero mi anillo de vuelta.

Sus ojos se mantuvieron fijos en mí por un momento, luego recogió su camisa para ponérsela.

-No.
-¿Qué quieres decir con eso? ¡La quiero de vuelta!
-Tú me la diste - dijo, silenciosamente, pero no gentil.
-Bueno, ¡cambié de idea!

Mi rostro estaba rojo, todo mi cuerpo lleno de enojo. Él se estaba quedando con el anillo porque sabía lo mucho que significaba para mí. 

-¡Te lo di cuando fui lo suficientemente estúpida para pensar que te amaba! Dámela ahora.

No podía soportar pensar el perder mi anillo de mi padre por Peter. Él no lo merecía. Él no merecía tener el único recuerdo tangible que había tenido de verdadero amor. 

Ignorando mi pedido, Peter se fue.

Abrí mis ojos. Prendí la lámpara y mi visión regresó a color completo. Me senté, con la adrenalina a flor de piel. Alcanzando mi cuello, busqué la cadena de Peter, pero no estaba ahí. La busqué entre las sábanas, pensando que se había caído mientras dormía. Pero la cadena no estaba.

El sueño era real. Peter había descubierto una forma de visitarme mientras estaba dormida.

5 comentarios:

  1. Estoy en shock, No entiendo a peter y sufro con lali!!! Que quiere con paula???? Y pq la va ver en sueños a lali que busca???

    ResponderEliminar
  2. otro otro otro otro otro!!!

    ResponderEliminar
  3. wao me quede en shock tambien! que idiota peter!! ai necesito otro capitulo! porfa

    ResponderEliminar
  4. El sueño era real. Peter había descubierto una forma de visitarme mientras estaba dormida. AAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAA, VAMOOOOOOO VAMOS ANGELITOS VAMO A GANAAAAAAAR, YOOOOOOOOOO TEE SIGO A TODAS PARTES A DONDE VASSSSS, CAAAAAAAAADA VEZ TE QUIERO MASS
    ME ENCANTO ENSERIO, ES COMO QUE PETER NI LA SOPORTA A PAULA PERO TIENE QUE HACERLO, NOSE SI ME EXPLICO, ME ENCANTO, A PETER LE SIGUE IMPORTANDO LALI, Y LA VA A VISITAR SIEMPRE, MENOS MAL QUE NO LE DIO EL ANILLO <3

    ResponderEliminar