viernes, 16 de marzo de 2012

Dejando Paradise: Cinco

Peter

Mantengo una sonrisa permanente en mi cara mientras mi madre hace la fiesta de bienvenida para mí, justo como papá ordenó. Es una sonrisa falsa, pero los amigos de mi madre, parece que se lo creen. Mi madre ha estado encima de mí, riéndose y abrazándome en público mientras yo hago el papel de hijo reformado. Me pregunto cuánto tiempo puedo mantener esta sonrisa antes que ya no la pueda soportar más. Olvídenlo, ¿cuánto tiempo puede ella mantener este espectáculo? ¿Por qué la apariencia les importa tanto a mis padres?

- Peter se ha vuelto un religioso desde que se fue – le cuenta mi madre a un amigo mientras agarra mi hombro - ¿no es cierto, Peter? – dice
- Oro cada día – digo

¿La verdad? Recé cada día, pidiendo sobrevivir. Pero, eso no lo sabe mamá, ella nunca preguntó y yo nunca lo conté. A ella no le importa la verdad, ella solo pretende que todo está en orden. Y yo estoy bien con eso. Creo que todo es una mierda, pero estoy bien.

- Abotónate más esa camisa – me susurra, cuando nos quedamos solos

Miro hacia mi camisa y tengo solo dos botones salidos. No quiero discutir con ella, no vale la pena. Hay tantas cosas que debo arreglar. Así que me arreglo el botón. Unos minutos después, cuando mi madre desaparece y yo voy por un vaso de agua, escucho la voz de mi madre en altavoz.

- Gracias a todos por venir – está con un micrófono en la mano y habla como si fuera la reina de Inglaterra – y por darle la bienvenida a mi hijo Peter, con los brazos abiertos

¿Brazos abiertos? Mi propia madre no me da ni una mano a menos que esté en público. No puedo soportar una palabra más. Me voy hacia la reja de la casa, y luego me alejo hacia el Parque Paradise. Mientras camino, me voy desabotonando la camisa hasta que se queda completamente abierta. Esta es la primera vez que tengo la sensación de libertad desde que he llegado a casa.

Puedo ir a cualquier lugar y desabotonarme la camisa todo lo que quiera. No tengo a nadie que me esté observando o mirándome o hablándome. Cómo quisiera regresar al pasado y empezar de nuevo. Pero, la vida no te permite eso. Puedes borrar el pasado, pero yo voy a intentar y hacer que las otras personas se olviden de todo lo que pasó.

Cuando llego al parque, encuentro aquel árbol familiar; ese que trepaba cuando era un niño. Miro hacia arriba, intentando localizar aquel lugar dónde una vez me hice una herida. El recuerdo me llena como si hubiese pasado ayer. Un respiro me toma por sorpresa mientras camino alrededor del árbol. Justo en frente de mí, sentada contra el tronco, está Lali Espósito.  

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