martes, 20 de marzo de 2012

Dejando Paradise: Doce

Lali

Cuando llego al trabajo, la señora Julia me está esperando en el jardín con el vestido en su mano, justo como lo ha estado haciendo toda esta semana. Intento protestar, pero no hay solución; así que me lo pongo y parezco un pato. Igual, no me tengo que preocupar si me veo bien. Peter y sus amigos dijeron que la única forma de conseguir a alguien que vaya a la fiesta de graduación conmigo, es buscando en Internet. Los escuché hablar en el festival. Lloré esa noche porque no puedo regresar el tiempo y borrar lo que pasó. Peter se quedó ahí y no hizo nada, y eso me dolió más.

- Hoy día vamos a limpiar el ático – anuncia Julia – toma, coge esta escoba. Traeré el recogedor y el balde
- ¿Y, qué pasa con las semillas que íbamos a plantar? – pregunto
- Estoy harta de mirarlas. Podemos continuar mañana – me lleva por las escaleras, hacia el ático – no cierres la puerta, nos encerrará
- Eso es peligroso – digo y me da miedo todo. Todo está oscuro y hay telarañas - ¿señora Julia?
- Sí Mariana
- Le tengo miedo a las arañas
- ¿Por qué?
- Porque tienen ocho patas horribles, muerden y capturan insectos antes de chuparles la sangre – parece que ella contiene la risa
- Las arañas controlan la población de insectos. Son una necesidad y eso es todo lo que son

Por más que eso sea cierto, no me gustan. Pero, eso no evita que la señora Julia me lleve más adentro del ático. Ella encuentra una silla y se sienta.

- Puedes empezar por limpiar primero los muebles

Y, así lo hago. Cuando termino, la señora Julia me enseña unas fotos antiguas de ella y su esposo, y otras con su hijo Carlos; se veía tan pequeño que no parecía él. Luego de conversar unos minutos – después que Julia anunció que era mucha charla – me ordenó buscar las cajas que tuvieran impreso “Impuestos” en la parte delantera y las arrimara a un rincón porque luego las quería tener en el primer piso. Apenas puse la primera caja en la esquina, el timbre de la casa sonó.

- Alguien está llamando a la puerta – avisé cuando Julia pareció no darse cuenta de ello
- No lo escucho, pero estas orejas están tan bien como mis ojos. Sé una muñeca y atiende, por favor
- Claro

Bajo las escaleras. El timbre suena dos veces más antes de llegar. Abro rápidamente y luego doy un paso hacia atrás. Porque la última persona que esperaba ver de pie en frente de mí, es a Peter Lanzani. Y, por segunda vez desde que él ha estado de vuelta, se acerca y me toca. 

1 comentario:

  1. Que?? me quede como no entiendo je! más! q hace peter ahí?
    @vale_cadenas

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