domingo, 18 de marzo de 2012

Dejando Paradise: Nueve

Peter

Finalmente, me dieron los resultados de los exámenes y pasé todos menos ciencias sociales; pero, mis padres conversaron con el director para que esa materia la lleve en el verano y así se solucione el problema. Así que estoy de regreso en el colegio y…esperemos que no todo sea tan difícil.

Camino hacia la clase de inglés. Vacilo al abrir la puerta. Casi puedo escuchar al anunciante invisible que dice: Sí, chicas y chicos, la atracción principal….directo desde la cárcel juvenil….Peter Lanzani! Siento sesenta ojos sobre mí, quemándome la piel mientras ingreso.

Me siento en el fondo. Después de clase, almuerzo. Pago por una manzana y una coca cola. Mientras camino por la cafetería, mantengo la cabeza en alto. Que hablen todo lo que quieran. Enfrentarme a estos chicos no es nada comparado a los de la cárcel. Cuando doblo en la esquina, me encuentro con Belén. Es la primera vez que estamos tan cerca desde mi arresto.

- Hola, Peter – dice – Diego me contó que te vio en la clase de inglés – asiento - ¿recuerdas que teníamos clase de inglés juntos? – claro que sí

Solíamos pedir permiso para ir al baño al mismo tiempo y encontrarnos en el pasillo desértico para besarnos.

- Lo recuerdo – me sonríe y me enseña sus dientes blancos y sus labios matadores. Podría besar esos labios toda la vida
- Bueno, supongo que te veré después – dice
- Más tarde – digo, mirando su culo mientras se va

Me paso toda la noche pensando en ella y a las tres de la mañana le timbro más de una vez a su celular. ¿Tendrá novio? ¿Me extrañará? Porque yo lo hago. A esa misma hora también miro por la ventana de mi cuarto y noto que la luz de la habitación de Lali también está prendida. ¿Acaso cree que es la única afectada por el accidente?

Lali

Hoy día vi a Peter en la cafetería, él no me vio porque me escondí. Entró con la cabeza en alto como si fuese el rey del mundo. Se acercó a Belén y le dijo algo al oído que la hizo sonreír y después se quedó mirándole el culo. Hay cosas que no han cambiado. Esa misma noche, en la madrugada, sin poder dormir, noto que Peter sigue despierto, dando vueltas por su habitación. Y suspiro, recordando que una vez estuve enamorada de él.

Él solía molestarnos a mí y a Rochi mientras jugábamos con nuestras muñecas y vestíamos nuestras barbies. Pero cuando necesitábamos un hombre para que actúe en nuestros shows, siempre podíamos contar con él. Si hacíamos una escena de ballet, él formaba parte de nuestra audiencia. Me enamoré de él en sexto grado, cuando no me culpó por haber roto la estatua de cerámica de su mamá. Estábamos jugando, él con su espada de star wars y yo con mi raqueta de tenis, cuando de pronto golpeé la estatua. Su madre vino corriendo y Peter dijo que había sido su culpa, que él estaba jugando con la espada. Él nunca me nombró. Y yo nunca dije la verdad, tenía miedo; ni siquiera después de enterarme que lo habían castigado por todo un mes. Sin darme cuenta, él se había convertido en mi héroe.

Después de eso, solía observar a Peter por mi ventana cuando jugaba con sus amigos. Pero, él nunca mostró ningún sentimiento más allá de un amor de amigos. Eso estaba bien para mí. Yo sólo esperaba que algún día él me viera como una chica y no como la mejor amiga de su hermana gemela. Él tuvo enamoradas por años, pero nunca fue algo serio. Solo con Belén. Se paseaban juntos, y siempre andaban de la mano, riendo y sonriendo. Una vez los encontré teniendo sexo debajo de una manta en el garaje. Nunca le dije a nadie y él nunca dijo nada tampoco. Después de eso, me sentí tan avergonzada que dejé de observarlo.

Empiezo a recordar la noche del accidente. La conversación que tuve con Peter antes del accidente y las historias que escuché después. Él estaba obviamente borracho, la policía que lo arrestó lo comprobó inmediatamente, después que admitió que me había atropellado con su auto. Esa noche, yo le había contado que su novia le estaba metiendo los cuernos.

- Estás mintiendo – me dijo
- No lo hago, Peter. Te lo juro que la vi con otro chico – no agregué que el otro era Pablo, su mejor amigo. Me sacudió por los hombros – te amo – le dije – siempre te he amado. Abre tus ojos, Peter. Belén está jugando contigo
- No lo entiendes, ¿verdad Lali? – me dijo, luego de sacar sus manos de mi cuerpo – tú y yo, eso nunca va a pasar. Ahora deja de decir mentiras sobre mi novia antes que salgas lastimada

Esa amenaza hace eco en mi cabeza desde ese día hasta ahora. La parte lógica me dice que fue un accidente. Claro que él no quiso perder el control del auto. Pero, en la parte oscura de mi mente, hay una duda acerca de todo. 

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