sábado, 24 de marzo de 2012

Dejando Paradise: Diecisiete

Peter

- Necesito decirte algo – me dice Pablo

Estamos en mi casa viendo el partido de fútbol como hacíamos y hacemos todos los domingos.

- Dime – digo, con mi atención en la pantalla
- Ella me va a matar por decírtelo
- ¿Quién?
- Belén
- ¿Viste eso? – le pregunto a Pablo, totalmente concentrado en el juego
- Estamos juntos, Peter. Pensé que deberías saberlo – lo miro, confundido
- ¿De qué mierda estás hablando?
- Yo….y Belén – y, eso me golpea
- ¿Tú y Belén?
- Sí
- ¿Cuándo?
- No quieres saber

Eso significa: antes de ser arrestado. Lali no me estaba mintiendo la noche que me volví loco frente a ella. Lali me ha estado diciendo la verdad, mientras que Belén me llenaba de mentiras. Ella es la manipuladora y yo me enamoré. Pero, ahora todo tiene sentido, por qué Belén está desesperada en mantener en secreto nuestra relación. Pablo me está mirando, esperando mi reacción; no hay forma que le vaya a contar que he estado con Belén.

En cuestión de segundos, pierdo mi percepción de la realidad. No voy a volver con Belén, no voy a salir con los chicos como antes. Mi vida no se parece a nada como era antes.

- ¿Ustedes ya…ya sabes..?
- Sí

Cierro mis ojos y me recuesto en el sillón. Dios; mi enamorada ha estado con los dos y era obvio. Pero Lali sabía e intentó advertirme. Como agradecimiento, la insulté y luego perdí el control y terminó en el hospital.

- Al principio fue solo un beso, un error – continúa Pablo – no queríamos que esto sucediese – y, yo solo deseo que se calle
- Seguramente estabas feliz que yo estuviera preso, así finalmente podías tener a mi enamorada para ti solo – digo, sacado
- No es así. La amo, Peter. Dios, me casaría ahora mismo si pudiera
- Mierda – murmuro
- Me hizo prometer que no te diría nada de esto. Pero, creo que es mejor decirlo, ¿no crees? Así podemos ser una pareja en el colegio, en lugar de fingir

Me pongo de pie, necesitando distancia. Él es mi mejor amigo desde que tengo uso de razón. Recuerdo cuando Maxi cogió una crayola de Pablo y yo le pegué por eso. Y, cuando me dio sarampión, Pablo vino a jugar nintento conmigo, sin que sepan sus padres.

- Eres un huevón de mierda– suelto, sin poder creer que me haya traicionado
- Sabía que no entenderías – dice mientras coge sus llaves – por eso no te dije nada
- Oye, tú te estabas metiendo con mi enamorada detrás de mi espalda. ¿Cómo quieres que reaccione? – sentí un escalofrío recorrer mi cuerpo
- Pensé que escucharías y tratarías de entender sin querer romperme la cabeza. Esto es real, Peter – río cínicamente
- Te diré qué es real. Real es estar en la cárcel, durmiendo con drogadictos y comiendo comida asquerosa que ni un perro tocaría. Real es no poder usar tu propia ropa interior y ducharte con veinte y cinco personas todos los días, mientras los guardias te miran. Real es mi vecina del frente que camina balanceándose porque su pierna está tan destrozada por el accidente. Pablo, tu percepción de la realidad, está completamente fuera de juicio.

Pablo se acerca a las escaleras y se detiene cuando está a mitad de camino.

- Cuando quieras perdonarme y continuar con tu vida, ya sabes dónde encontrarme

Mis puños están tan fuertes que se están poniendo blancos. Es ahí cuando aparece mi madre.

- ¿Te divertiste con tus amigos?

Por supuesto, pienso

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