miércoles, 21 de marzo de 2012

Dejando Paradise: Trece

Peter

Juro que mi pierna empezó a temblar, porque la última persona que esperaba ver en la casa de la señora Julia, era a Lali usando un ridículo vestido. Agarré su brazo cuando ella perdió el equilibrio, pero fue muy tarde. Ella cayó al suelo y se rehusó a sostener mi mano.

- ¿Qué…qué estás haciendo aquí?
- ¿Qué estás haciendo tú aquí? – pregunto
- Trabajo aquí después del colegio
- Estoy aquí para ver a la señora Julia. ¿Esta es su casa, verdad? – ella me mira con odio - escucha, verte aquí es una sorpresa para mí también. Nicolás, el que me controla las horas de servicio, me mandó

Observo mientras Lali se pone de pie sola. Es doloroso, lo puedo notar al ver sus dedos curvarse en un puño. Dios, verla sufriendo hace que se me revuelva el estómago, porque indirectamente yo le hice esto a ella.

- Lo siento – digo
- Díselo al juez – murmura
- Lo hice – respondo con la verdad - ¿qué es lo que quieres de mi Lali?
- Quiero que te vayas
- No puedo

Una señora mayor se aparece y se acerca a la puerta.

- Tú debes ser del programa de servicio comunitario – dice
- Sí, señora – me presento y le muestro mi carné de identidad
- Bueno, entra. Ella es Mariana, mi compañía. Mariana, él es….¿cómo me dijiste que te llamabas?
Peter
- Peter nos va a ayudar – le dice Julia a Lali – enséñale el ático y explícale nuestro proyecto mientras yo chequeo las galletas que estoy cocinando – mientras ella se retira, yo suelto mi mochila en el suelo
- ¿Otro momento incómodo, verdad? – Lali sigue como una estatua
- Ojalá nunca hubieras regresado – dice suavemente, abrazándose a sí misma
- No voy a irme hasta terminar el trabajo para esta señora

Los ojos de Lali se abren. Su boca también, pero después la cierra, ninguna palabra sale. Ella se voltea e ingresa a la casa. En silencio la sigo por las escaleras hacia el ático. Ella apunta hacia una caja.

- Esas deben ser bajadas. Yo pondré las cajas aquí y tú las eliminarás – asiento

Trabajamos en silencio. Lali coloca las cajas en la esquina y yo me encargo de bajarlas al primer piso. La señora Julia me ordena botarlas en una bolsa de basura y luego dejarlas para ser recicladas.

- Toma, lleva esto al ático – me dice Julia, al cabo de un rato, tendiéndome un plato con galletas – tú y Lali pueden compartirlas mientras trabajan

Ingreso al ático por cienava vez en el día, con las galletas en la mano. Lali lanza una caja en mi dirección, pero me muevo del lugar para evadirla. Fue intencional, sin duda.

- Fíjate por dónde la lanzas – le digo, dejando el plato encima de una caja en medio del ático

Lali se pone de espaldas e ignora el plato. Ella piensa que es la única víctima de todo este lío. Pero, tengo que mantenerme bien. No importa lo que suceda, no puedo dejar que se meta dentro de mi piel y que la verdad salga a la luz.

- Escucha Lali, fue un accidente. Si pudiera regresar a ese día, lo haría. Si pudiera regresar el tiempo, también – ella me mira, con su cabeza inclinada hacia un lado
- Dime, Peter. ¿Por qué tu disculpa me suena tan vacía?

Me pongo de pie, sin saber qué decir mientras ella se retira con el plato y deja el ático. ¿Por qué esto no puede ser fácil? Cojo la siguiente caja y no levanto la mirada hasta que todas las cajas están arrinconadas.
Lali deja primero la casa de la señora Julia, pero yo me quedo detrás. La señora está en el patio cuando le extiendo la hoja que me dio Nicolás y un lapicero.

- Gracias por dejarme trabajar aquí – digo
- Mi esposo, Alberto, que en paz descanse, decía que era importante ayudar a los menos afortunados. Hiciste un buen trabajo hoy – sonrío - dice aquí que tienes experiencia en construcción – anuncia cuando termina de firmar. Tú sabes…puedo tener otro trabajo para ti. Claro, si es que estás de acuerdo
- ¿Qué clase de trabajo?
- ¿Qué tan bueno eres con tus manos?
- Mejor que los demás – digo, luego río

La señora apunta hacia una pila de maderas en la esquina del patio

- Ok, señor Mejor Que Nadie. ¿Tú crees que puedas construirme un mirador con esa madera?

Esto tomaría un par de semanas, lo suficiente para terminar con mi servicio comunitario. Pero, ¿en qué estoy pensando? No puedo trabajar con Lali. No hay forma, nunca funcionaría. Aunque, no es como si trabajase con ella. Yo estaré por mi lado.

- Puedo hacerlo – suelto de pronto y es cuando tengo ganas de contarle lo que sucedió con Lali – señora Julia, tengo que ser honesta con usted… - pero, suena el teléfono
- Ven mañana, y terminaremos nuestra conversación

Suspiro y corro hacia la parada del bus, porque estoy tarde. Cuando llego, Lali está sentada al frente, así que me voy hasta el fondo. El camino dura quince minutos, pero parece de una hora. En nuestra parada, solo somos dos los que quedamos en el bus. Salimos y dejo que ella salga primero y yo la sigo por detrás. Mi hermana está afuera. Su expresión, cuando nos ve a mí y a Lali, vale oro.

- ¿Acabas de llegar con Lali? – pregunta, siguiéndome hacia la casa
- Estábamos en el mismo bus. No te pongas toda loca con eso
- ¿No te pongas loca con qué? – pregunta mamá, saliendo de su habitación
- Nada – digo – deja de hacer un drama sobre ello – le susurro a mi hermana

Rochi corre hacia su cuarto y cierra la puerta con fuerza. Mi madre regresa a la cocina, sin entender nada. Los Lanzani son la familia perfecta; la perfección de una familia destrozada. 

2 comentarios:

  1. Esto va a estar bueno, y quiero saber la verdad de lo q paso esa noche. Espero le próximo!
    @vale_cadenas

    ResponderEliminar
  2. Mais!! recién lei tu minific un mundo mejor, vi q dijiste q tenias el libro Chubasco en pdf, si lo seguís teniendo me lo mandarías a valecadenas_28@hotmail.com, me gusto mucho, leí el argumento del libro y me dieron muchas ganas de leerlo desde ya muchísimas gracias!!
    Ah lo ultimo si tenes abzurdah también me gustaría leerlo! De nuevo Gracias por aunque sea leer lo q pido je Besos Espero el próximo capitulo!
    @vale_cadenas

    ResponderEliminar