jueves, 5 de abril de 2012

Dejando Paradise: Epilogo

Lali

Peter me besó ayer por la noche; y, yo lo besé de vuelta. Aún no puedo creer que ambas cosas hayan sucedido. Pensé que estaba bien sin sentir que lo necesitaba. Debí lavarme los labios con jabón antes de irme a dormir, porque en lugar de eso me he pasado todo el rato mirándome en el espejo.

Durante años, me he imagino cómo sería besar a Peter. Para ser honesta, quería alejarlo de mí, que él me quiera cómo yo lo hice para así después rechazarlo cómo él lo hizo. Pero no pude. Todos esos sentimientos de mi niñez volvieron; no puedo olvidar los momentos cuando él acariciaba mi espalda mientras yo lloraba por la separación de mis padres.

Sentada en mi cama, levanto mi pantalón, mostrando mi pierna. Noto que mi corazón late menos rápido que antes mientras observo las cicatrices. Solía pensar en ellas como cicatrices malas, pero ahora ya no lo hago más. Ya ni siquiera me dan miedo. Trazo las líneas con mis dedos, ya no deseo que desaparezcan. Son parte de mí.

Cierro mis ojos, recordando el accidente. Es tan raro pensar en esa noche sin las emociones masivas recorriendo mis venas. En la oscuridad, detrás de mis párpados, la imagen de Peter conduciendo el auto que me atropelló se presenta. Pero algo no se siente bien; siento escalofríos. Porque, al cerrar mis ojos con fuerza, la imagen del conductor se aclara. Es Rochi con una mirada de horror y miedo en sus ojos al tiempo que pierde el control del auto. Rochi fue la que me atropelló esa noche, no Peter.

Pero….¿por qué…?

El timbre suena mientras intento comprender todo. Mi estómago me da vueltas; quiero vomitar. Pero no puedo, porque mi madre me está llamando para que baje.

- Lali, somos del Departamento de Correcciones. Estamos aquí para investigar la denuncia que hiciste contra Peter Lanzani – me dice un hombre en traje negro
- Yo no hice ninguna denuncia – les digo
- Tenemos una documentación dónde aparece que nos llamaste diciendo que Peter Lanzani ha estado acosándote
- Yo no llame – digo mirando a mi madre y sacudiendo la cabeza – ma, te juro que no llamé
- ¿Estás segura? – pregunta el hombre – no tienes que tener miedo, Lali. Estamos aquí para asegurarnos que estás protegida
- No le tengo miedo a Peter. Somos amigos
- Por favor, disculpen a mi hija – dice mi madre – ella no sabe de lo que habla. A ella le han dicho que no tenga ningún contacto con ese chico. ¿Verdad, Lali?
- Ma… - me muerdo el labio inferior
- ¿Lali?

La actitud de Peter en el parque ahora tiene sentido, por qué me estaba desafiando. Dios, me debe de odiar, pensando que llamé para denunciarlo cuando nunca haría nada para hacerle daño. Belén le haría daño, yo no.

- Tengo que ir a verlo
- Lali, regresa aquí!

Cojeo hacia la casa de los Lanzani antes que alguien me detenga. La mamá de Peter me abre la puerta.

- ¿Está Peter? – pregunto – realmente necesito hablar con él. Sé que probablemente me odien por haber sido la razón de que él estuviera en la cárcel, pero creo que todo fue un malentendido y …
- Peter se ha ido – dice – se fue

Corro hacia la casa, cojo las llaves del auto y manejo hacia la casa de Julia. Reviso el garaje, el mirador…no está. Todo este tiempo he estado culpando a Peter por haberme atropellado, sin haber cuestionado nada. Él siempre dijo que era su culpa, pero en el fondo sabía que había algo raro en él. Pensé que era la falta de remordimiento, pero en realidad era falta de culpa.

Manejo alrededor de Paradise, buscando a Peter. Antes de darme cuenta, estoy en el lugar dónde mi vida cambió. La escena del accidente. Las marcas que dejaron las llantas del auto aún están ahí, un oscuro recuerdo de aquel día. No he venido aquí desde el accidente. Bajo del auto y camino hacia lar marcas, observándolas sin poder quitar mi vista de encima.

- Lali

Volteo. Peter está dentro de un auto negro y un chico que no conozco está al volante. Peter le dice al chico que detenga el auto, luego camina hacia mí. Se le nota triste, solo y preocupado.

- ¿Cómo llegamos aquí? – pregunto
- Aquí es dónde todo empezó
- Yo no llamé para denunciarte – digo, rápidamente - verás, los investigadores vinieron a mi casa esta mañana y dijeron que yo había hecho una denuncia. Yo insistí de que eso era mentira y luego me di cuenta de lo que tú podías haber pensando y ….

Peter coloca un dedo en mis labios, deteniendo mi tartamudeo.

- No importa
- Sí que importa. Yo confiaba en ti. ¿Acaso no se trata de eso? Confiar y decir la verdad

Tengo que probárselo, una señal que confío en él sin reservaciones. Levanto el pantalón de mi pierna izquierda, revelando las cicatrices. Sus cejas se juntan, sintiendo el dolor, como si él hubiera sido el culpable de ponérmelas en la pierna. Tomo su mano entre la mía y juntos trazamos las líneas.

- No quiero esconderte nada más. ¿Sientes lo mismo Peter? ¿Sin secretos, sin mentiras?


Necesito que me diga la verdad sobre lo que pasó esa noche. Necesito escucharlo de sus propios labios, sus propias palabras. Dime que no me atropellaste, quiero decirle. Dime la verdad.


- ¿Nos vamos, amigo? – grita el chico desde el auto
- ¿Y, él es?
- Rio – me preocupa
- Quiero decir, ¿quién es?
- No quieres saberlo, Lali – dice Peter – escucha, me tengo que ir

Observo su rostro intenso y hermoso. Sé que él nunca va a soltar el secreto que está guardando en su interior. Ese espíritu fiero y protectivo es parte de él, un lazo que no puede romper.

- ¿A dónde vas? ¿Cuándo vuelves?
- No voy a volver

Sé que está diciendo la verdad. Empiezo a sentir las lágrimas en mis ojos que al poco tiempo empiezan a caer por mis mejillas.

- No puedes dejarme. No ahora

Quiero rogarle y llorarle hasta que cambie de parecer. Quiero jugar tenis con él ahora, mañana y todos los días.

- Entonces, ven conmigo – dice mientras limpia las lágrimas con sus dedos
- Me di cuenta que tenías razón. Es una tontería el irme. Me voy a quedar en Paradise hasta que me gradúe, y ahorrar el dinero que me dio Julia
- ¿Lanzani, vienes o no? – dice el chico. Peter asiente
- Sí, ahí voy – me inclino y choco mi cabeza contra la suya
- Dime que lo nuestro fue real – susurro – por favor – Peter coloca sus manos en mi rostro, clausurándonos en nuestro propio mundo privado
- Muy real. Nunca cuestiones eso. ¿Está bien?
- Ahora mismo me cuestiono todo. ¿Por qué vine aquí?
- Porque estás lista para empezar una nueva vida, Lali. Estás libre del pasado. No puede hacerte daño. Para mí, estar libre significa dejar Paradise

Se inclina y me besa. Tan suave, lleno de calidez y amor. Quiero cogerlo y mantenerlo a salvo.

- ¿Eso significa que ambos estamos libres? – asiente

Sé que nunca me va a escribir o llamar. Él va a cortar todos los lazos con su familia y este pequeño pueblo que le causó tanto daño. Incluyéndome. Dios, ojalá él no hubiera ido a la cárcel. Aunque si el accidente nunca hubiese sucedido, si nunca hubiese ido a la cárcel y hubiese sido obligado a hacer servicio comunitario, Peter y yo nunca hubiéramos estado juntos. Y, eso no lo cambiaría por nada.

- Adiós – me dice mientras se aleja y me guiña
- No te lo voy a decir de vuelta – le digo. Él ríe apenas
- Entonces dime algo que pueda recordar como tus últimas palabras hacia mí. Dime que me amas. Dime que vas a pensar en mí todas las noches antes de ir a dormir. Dime….
- La gallina roja ha escapado de la jaula – digo y él ríe de nuevo
- Siempre voy a recordar a Julia, al mirador, las flores, tú y yo en el mirador…

Guiña una vez más y voltea, su espalda hacia mí mientras camina hacia el auto. Quiero gritarle por abandonarme. Quiero correr hacia él. Pero, él nunca me dijo que fue Rochi quién me atropelló. Él lo hizo, al final…no confió en mí, o en él mismo. Estoy sollozando, más de lo que hice después del accidente. Y mi cabeza me duele, más dolor que el que sentí en mi pierna.

- Peter! – grito antes que ingrese el auto y cierre la puerta

Aguanto la respiración, esperando que regrese. Que voltee. Pero nunca lo hace.


....CONTINUARÁ....
....Regresando a Paradise....

1 comentario:

  1. Espectacular!!! Espero la próxima parte!!! Me encanta esta historia!!

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