lunes, 16 de abril de 2012

Regresando a Paradise: Doce

Lali

- Peter, regresa a nuestra habitación – digo, mirando fríamente a la chica

Me siento disgustada. Peter no es mi novio y técnicamente nunca lo fue, pero aún duele verlo aquí, sin su camisa, con su pantalón desabrochado y obviamente, a punto de tener algo con la chica. Verlos juntos es como una bofetada en la mejilla. Ella es realmente bonita. Tiene ojos marrones grandes, un cabello rubio perfecto y una cintura tan delgada que no me imagino en qué lugar entran sus órganos en su cuerpo.

- Tu camisa está en la cama – dice la chica, sonriendo
- Tengo que irme con ella – dice Peter, colocando un brazo sobre mis hombros

Huele a cerveza y noto que no está completamente sobrio. La chica entra al cuarto y aparece unos segundos después con la camisa de Peter.

- Eres un perdedor – dice, luego me mira – puedes tenerlo

Cuando cierra la puerta con un golpe, Peter y yo nos quedamos de pie, en silencio. Me zafo de su brazo.

- ¿Vas a venir o no? – pregunto impaciente

Me sigue hacia la habitación. Los chicos y Nico están en el cine, yo decidí volver porque mi pierna me empezó a doler.

- Necesito ayuda – balbucea Peter al tiempo que coloca de nuevo su brazo encima de mis hombros
- Apestas a cerveza – le digo, empujándolo – y si quieres ayuda para subirte el cierre del pantalón, le has preguntado a la chica equivocada

Él bufa y se lanza en el sillón.

- ¿Así que eres la chica incorrecta para mí, pero la correcta para Benja? – pregunta
- Cállate Peter. Benja es sólo un amigo
- No lo creo. Creo que sientes algo por él
- Mis relaciones no te incumben. Y sólo porque le hable a un chico no significa que pase algo
- Claro. Lo sé – mira alrededor, confundido – Espera, ¿dónde está el resto del grupo?
- En el cine
- ¿Por qué no estás con ellos?
- Tengo que recostar la pierna – él golpea suavemente el sillón, a su lado
- Siéntate conmigo

Su cabello está completamente desordenado, yendo para todos lados. Aún tiene el cierre abierto y me recuerda cuando lo vi con la chica. El problema es que se ve demasiado sexy.

- No
- Vamos, sólo un segundo

Sus ojos se achinan, en un intento de parecer vulnerable e inocente.

- Deberías ir a la cama antes que Nico te encuentre y se dé cuenta que estuviste tomando alcohol y quién sabe qué más – le digo
- Siéntate conmigo un minuto, luego desaparece de esta habitación y no tendrás que verme por el resto de la noche. Te lo prometo – sonríe mientras se acomoda el pantalón – y, para que sepas, no ingerí ninguna droga. Podría haberlo hecho, pero no lo hice. No quiero terminar como mi madre – balbucea

Es la primera vez que lo escucho hablar sobre su familia desde que empezó el viaje.

- Estuviste tomando esta noche. No lo niegues
- Sí, tomé. Se siente bien no pensar
- Debería reportarte con Nico
- Sí, deberías – suspiro
- Pero, no lo haré
- ¿Por qué no Lali? ¿Puede ser que aún dentro de ese corazón me quieras?

Se levanta y me jala hacia él. Gentilmente, me recuesta en el sillón hasta que me quedo debajo de él.

- No respondas la pregunta – dice

Mi cerebro me dice que me aleje, que mantenga la distancia, pero mi cuerpo no está escuchando a mi cerebro. Observo esos ojos verdes intensos. Aquellos que están enfocados en mis labios, recordándome la primera vez que nos besamos en Paradise. Él acaricia mi cabello con total cuidado y gentileza, sus dedos suaves recorren mis mejillas.

- Lali, ¿quieres esto tanto como yo? – pregunta, su rostro pegado al mío
- Yo….no puedo responder eso
- ¿Por qué no?

Coloco mi mano en su pecho antes que pierda todo el sentido común. Tenerlo tan cerca hace que mi respiración se vuelva más densa y que mi pulso se acelere, lo que me hace enojarme aún más conmigo misma.

- ¿Realmente tienes que preguntar? Obviamente estuviste con otra chica esta noche Peter
- No la bese. Te lo juro. Claro que coqueteamos pero no pude hacer nada más porque… - cierra sus ojos un instante y luego los abre de nuevo, mirándome fijamente – olvídalo
- Anda a la cama – digo, intentando salir de él – es obvio que estás borracho y no estás pensando bien
- Bésame, luego me iré a la cama
- Estás loco
- Lo sé – sonríe de lado – pero hazme caso esta vez – inclina su cabeza hacia la mía

Lo miro y contengo la respiración ante sus hermosos labios, que se acercan cada vez más.

- Oh, Lali – murmura cuando enredo mis brazos en su cuello – necesito esto
- Yo también

Sus manos están a los lados de mi cabeza al tiempo que choca sus labios con los míos. Nos besamos tentativamente, como si no supiéramos si lo que hacemos está bien. Mi corazón explota de alegría y mi cuerpo tiembla con emoción y anticipación cuando una de sus manos sostiene mi cintura y me acerca a su cuerpo.

Cierro mis ojos y pretendo que estamos de vuelta en el mirador de Julia. Se sentía tan bien. Suspiro en la boca abierta de Peter. Él se aparta apenas de mí. Abro mis ojos y lo encuentro sonriendo al cien por ciento, con esa sonrisa de satisfacción.

Como si mi respuesta fuera una señal para seguir, Peter suspira también e inclina su cabeza de nuevo. Su boca se abre junto a la mía, y su lengua busca la mía. Creo que mi cerebro intenta mandar señales de advertencia, pero mi cuerpo y mi lengua están disfrutando demasiado como para escuchar. Los sonidos de nuestras lenguas y labios y suspiros me llenan, y me encuentro enredando mis manos en su cabello, atrayéndolo hacia mí.

- Tócame – susurra

Me convenzo de pensar en el mirador. Mientras mantenga mis ojos cerrados, dónde está el pasado y no el presente. Él me va a decir lo mucho que me quiere, me dirá que soy la única chica que quiere y que necesita. Besa mi cuello y luego vuelve a mi boca. Empiezo a sudar, estoy encendida. Es lento y erótico, nuestras lenguas encontrándose y buscando el sabor de cada uno.

Cuando levanta mi blusa y sus dedos recorren mi brasier, siento que el mundo se detiene y que sólo estamos nosotros dos. Siento una sensación cálida recorriendo desde mis senos hasta la punta de mis pies. Hasta que suena mi celular.

- No lo contestes – dice Peter, con voz ronca – ignóralo

Me besa de nuevo, pero el mirador se ha ido. El momento se ha perdido. Mi celular sigue sonando. Volteo mi cabeza, rompiendo el beso.

- No puedo – mis manos cogen el celular desde mi cartera – es mi padre – digo, lentamente mientras empujo las manos de Peter fuera de mi blusa. El celular deja de sonar.

Mi padre, el que me llama de vez en cuando; el que me dejó y casi nunca me recuerda. Observo a Peter, aún encima de mí. Él es el chico que me dejó y nunca volteó la vista, hasta que estuvimos forzados a venir a este viaje. Él me traicionó como lo hizo mi padre; y me mintió. Estuvo con otra chica esta noche, y luego se metió conmigo como si nada pasara.

- ¿Peter, qué estamos haciendo? – pregunto

Se aleja y se sienta, suspirando.

- Oh no. Aquí viene. Tu momento reflexivo, emocional y filosófico
- ¿Por qué no puedo ser reflexiva?
- Ni el chocolate ni la mantequilla de maní, pero de alguna manera funciona – dice – de alguna forma, la mezcla de estos dos es increíble
- Estás borracho. No hablo de comida. Hablo de dos personas con un pasado….
- Deja de pensar tanto – dice, terminando mi oración – no importa cuánto tiempo haya pasado, parece que no afecta. No sé por qué estamos peleando tanto. Mierda, no pude hacerlo con Brenda esta noche porque solo pensaba en ti. Incluso la llamé por tu nombre. Sí, la cagué, ¿pero, por qué esconder el hecho que aún nos queremos?
- Peter, eres un imbécil – digo, apartándolo
- No te entiendo – dice, frustrado – acabo de admitir que no pude estar con otra chica porque estaba pensando en ti, Lali. ¿Eso está mal?
- Sí
- ¿El admitir que me enciendes? ¿Por qué te parece que es un insulto?
- No quiero que nos deseemos – tomo un gran respiro – quiero una verdadera relación con un chico. Amor. Y, tú ni siquiera sabes lo que eso significa. Amor es honestidad, un respeto mutuo por el otro, algo que tú y yo no tenemos.
- ¿En serio? – se pone de pie, molesto - ¿así que m estás diciendo que no tienes ningún respeto por mí?
- Sí, eso es lo que digo
- Perfecto – dice
- Perfecto – digo
- Supongo que pensé que todo esto sería diferente
- Todo se trata de decir la verdad, Peter
- Sí claro, honestamente, estás siendo ridícula

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